Publicado: Jue Mar 12, 2009 12:44 pm
por Bitxo
Tenía dos hermanas (Paula y Angela) y un hermano (Alois). En su testamento de 1938, estipula que el Partido (a fin de cuentas todos los alemanes) debe abonar a cada hermana una pensión de 1.000 marcos mensuales de por vida. A su hermano un único pago de 60.000.

Y ya puestos, Eva Bräun debía cobrar una pensión igual a la de sus hermanas. Luego había toda una retahíla de amigos que también debían vivir a expensas de todos los alemanes por ser eso, sus amigos: su ama de llaves (150 marcos mensuales de por vida), Julius Schaub (un pago único de 10.000 marcos y una paga mensual de 500), Krause 100 marcos mensuales de por vida), Singe y Junge (un pago único de 3.000 marcos), "a mis respectivos en Spital, Austria", supongo que familiares, una única cantidad de 30.000 marcos que debía distribuir su hermana Angela. Luego ordenaba también que el Partido "provea una vida digna" a Bruckner, a Wiedemann y al matrimonio Kannenberg.

En compensación, el Partido heredaba toda su fortuna personal, a excepción de "el arreglo de mi piso en Münich" donde vivió Geli, el cual pasaba a su hermana Angela; objetos y piezas de arte debían ser administrados por el Tesorero del Reich.

Teniendo en cuenta que Hitler, según algunos, nunca se quedó nada como hicieran sus amigotes, puede que el Partido salga perdiendo, pero si tenemos en cuenta que el Mein Kampf era lectura obligada para todo alemán y que por lo tanto el Reich regalaba una copia a cada uno a la primera excusa (como una boda, por ejemplo), y que de ahí Hitler se quedaba con los derechos de autor, la cosa pinta mejor. En cualquier caso, resulta evidente que si los alemanes eran obligados a aceptar como "regalo" el susodicho libro, eran los alemanes quienes desembolsaban el dinero para la fortuna personal de Hitler, pues la edición y distribución del libro corría por parte del Reich, es decir, de los alemanes.

En definitiva, que los alemanes tuvieron que financiar el libro, tenerlo sí o sí, y de ahí financiar la fortuna personal de Hitler y las obligaciones derivadas de su testamento. Para postre, Hitler tenía el derecho -por decreto- de elegir a su sucesor, como si de un Rey se tratase, y su sucesor, que iba a ser Göring, conocido por su aficción a quedarse con todo y, no contento con ello, aceptar regalos de quien quisiese algo de él, era igual o peor que Hitler. Vamos que, a la postre, los alemanes no se iban a librar de la dinastía impuesta, una dinastía que no se fundaba en derechos familiares como las reales, pero que resultaba igual o peor. Y eso que Hitler no era monárquico porque, según él, eso resultaba anacrónico para la modernidad y justicia que deseaba para Alemania.

(Ya se que me salí de tema... No lo pude evitar porque me ha hecho gracia eso de que Hitler le daba a su hermana una pensión de su propio dinero :wink: )