Publicado: Jue Dic 13, 2007 10:09 pm
por Roul Wallenberg
Dr. Florian Manoliu - Salvador rumano del holocausto



El Dr. Florian Emmanuel Teodosio Manoliu nació en marzo de 1904 en la ciudad de Yassy, Rumania.
En 1927 se graduó como Licenciado en Derecho de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Yassy. Siguió sus estudios en la Universidad de Paris, donde obtuvo otros títulos en derecho y economía.

Fue docente universitario y se desempeñó en la administración pública en su país natal.

Entre 1943 y 1944 fue el consejero económico de la embajada de Rumania en Suiza.

Tenía fama de ser liberal y anti-nazi. Era buen amigo de Grigore Gafencu, ministro del exterior de Rumania antes de que el mariscal Ion Antonescu, el dictador que reemplazó al Rey Carol II, usurpara el cargo.

También era amigo y pariente de otro oponente de Antonescu, Iuliu Maniu, primer ministro de Rumania en tres oportunidades.

Durante la primera guerra, Manoliu se había desempeñado como intermediario entre Gafencu y Maniu. Estos dos hombres alentaron a Manoliu en su misión a favor de los judíos.

En 1944 Manoliu viajó a Hungría a pedido de George Mantello, un diplomático judío que trabajaba para el consulado de El Salvador en Ginebra, Suiza. Éste le encomendó investigar la situación de los judíos y ayudarlos.

Para esto le entregó mil ciudadanías salvadoreñas certificadas, una suma no determinada de dinero y medicamentos, cuenta el historiador David Kranzler en su libro "The man who stopped the trains to Auschwitz".

La primera parada de Manoliu debía ser Bistrice, la ciudad natal de Mantello, donde sus padres y el resto de su extensa familia se encontraban entre los 8.000 judíos de la ciudad. Sus padres, entre otros judíos, recibirían cien pasaportes de El Salvador. Cada uno de estos certificados servía para una familia entera.

Manoliu planeó encontrarse con Moshe Krausz, jefe de la Oficina Palestina de Certificados en Budapest. Para asegurarse de que éste hablaría libremente con él, ya que no se conocían, Manoliu obtuvo un certificado de visita firmado por un amigo de Krausz, el Dr. Samuel Scheps, jefe de la Oficina de Certificados Palestina en Ginebra. Sin embargo, el Dr. Scheps no estaba disponible porque se encontraba como reservista en el ejército suizo. En cambio, consiguió un certificado de visita del asistente de Scheps, el Dr. Chaim Posner, quien escribió en hebreo que Manoliu era de total confianza.

En una entrevista algunos años después de la guerra, Manoliu describió el origen de su misión: "Siguiendo el pedido del Sr. Mantello, viajé a Budapest el 22 de mayo de 1944, con papeles de El Salvador. George Mantello y su hermano, Josef Mandl, me asignaron averiguar la real naturaleza de los eventos en Hungría. También me solicitaron que ayudara a sus padres en Bistrice."

Antes de que Manoliu pudiera viajar, estuvo demorado varias semanas debido a los esfuerzos de la embajada alemana en Berna, que estaba al tanto de su inclinación liberal y anti-nazi. Finalmente lo dejaron viajar, pero le prohibieron dirigirse a Budapest.

Preocupado por su primer parada en Viena, arregló un encuentro con el cónsul rumano en la estación de trenes donde le entregó el equipaje que contenía el dinero, los medicamentos y los salvoconductos.

La reputación liberal de Manoliu lo hacía sospechoso, por lo que fue rápidamente enviado desde Viena hasta Berlín para ser interrogado acerca de los objetivos de su viaje. Manoliu se quejó ante sus interrogadores alemanes: "¿Acaso no somos aliados?" ¿Por qué me interrogan? Cualquier pregunta sobre mi viaje debe dirigirse al embajador de Rumania." Solo al cabo de una fuerte intervención de oficiales en Bucarest le permitieron retornar a Viena, y solo después de sentar por escrito que iría directo a Bucarest sin pasar por Budapest.

A principios de junio, Manoliu debía partir de Berlín hacia Bucarest para entregar un mensaje de Gafencu a Maniu y luego retornar a Suiza, como lo dictaba su visa de tránsito alemana. En cambio, viajó a Bistrice en busca de la familia de Mantello. Pero cuando arribó no encontró ni a su familia ni a ningún otro judío. Todo lo que vio fue una pequeña bandera blanca que, según le informó un oficial, indicaba que Bistrice estaba "Judenrein" (libre de judíos); dos días antes, todos los judíos habían sido enviados en tren al Este.

Manoliu no sabía con exactitud qué significaba esto, pero se dio cuenta de que esta noticia no era un buen augurio.
Durante varios días, Manoliu viajó a varias ciudades de Transilvana como Cluj (Kolozsvár), Satu-Mare (Szatmar) y Dej (Dezs). En todas ellas encontró la misma bandera blanca y la misma explicación: "Judenrein". Para averiguar lo que le estaba pasando a los judíos, decidió viajar a Budapest, desafiando el peligro al que se exponía al ignorar las órdenes nazis.

Una vez en la ciudad, a mediados de junio, se dirigió rápidamente al consulado rumano en 15 Horánzky Street. Allí le explicó su misión y su itinerario al cónsul general, Joachim Daianu, en caso de que los nazis o sus aliados locales pusieran trabas. Daianu comprometió toda su colaboración y le ofreció ayudarlo a contactarse con quien él quisiera; también sugirió discutir asuntos delicados en privado, en su departamento de Nürnberg Street.

Todavía aferrado a la pila de documentos salvadoreños, Manoliu se dirigió al consulado suizo en 12 Szabatsagter Street, donde conoció a Carl Lutz, Cónsul de Suiza en Budapest entre 1944 y 1945. Allí le contó acerca de su misión y le entregó la mayoría de los salvoconductos.

Lutz sugirió que Miklósz Krausz, refugiado en el consulado suizo, podía proveerlo con la última información sobre la situación de los judíos. Manoliu aceptó, y fue llevado a donde se encontraba esta persona. En un principio, Krausz se negó a hablar ya que no conocía a Manoliu ni a Mantello. Sabía que el sistema utilizado por los judíos para enviar mensajes desde los países ocupados por los nazis hacia los países libres había sido penetrado por los alemanes, y temía que Manoliu fuera parte de una trampa de la Gestapo para determinar cuánto sabían los judíos sobre la última fase de la Solución Final.

Solo después de que Manoliu le mostrara el certificado de visita que le había entregado el Dr. Posner con la inscripción en hebreo, Krausz se sintió lo suficientemente seguro para hablar.

Trató de explicarle la situación desesperante de los judíos húngaros, especialmente en referencia a los 250.000 dentro de Budapest y en sus cercanías. Sin embargo, debido a que Manoliu no hablaba húngaro con fluidez y Krausz no sabía francés ni rumano, Manoliu sugirió que Krausz escribiera un resumen de su reporte en una carta que él mismo podría encargarse de llevar de vuelta a Ginebra. Krausz estuvo de acuerdo, y agregó que "por favor lleve dos importantes reportes que describen todos los horribles detalles de Auschwitz y la situación húngara, y un breve mensaje al Dr. Posner."

Krausz y Manoliu acordaron encontrarse al día siguiente en el hotel de este último en lugar de hacerlo en el consulado rumano, ya que representaría un gran peligro para Krausz. Su esposa tipeó copias de los dos reportes y su carta, y al día siguiente, a pesar del peligro, él mismo le entregó el material a Manoliu en la legación rumana.
El primer reporte consistía en una abreviación del Reporte original de Auschwitz que contenía treinta y tres páginas, concluyendo con una lista de deportaciones por país y el total de 1.750.000 judíos asesinados. Este resumen también contenía una versión abreviada del testimonio adicional de Arnost Rocín y Czeslaw Mordowicz, dos hombres que escaparon de Auschwitz en mayo de 1944; esto fue aproximadamente un mes después de que los primeros en escapar de Auschwitz proporcionaran la información para el Reporte original. El testimonio de la segunda pareja corroboró la información inicial, incluyendo estadísticas del aniquilamiento en masa de los judíos húngaros desde principios de abril hasta finales de mayo.

El otro documento que Krausz le entregó a Manoliu fue el Reporte Húngaro, que contenía alrededor de seis páginas. Detallaba la "ghettización" y deportación de los judíos húngaros, ciudad por ciudad, hacia Auschwitz.
La carta de Krausz también decía que, del 7 al 19 de junio, cuando le entregó los reportes a Manoliu, 100.000 judíos húngaros más habían sido convertidos en cenizas en los hornos de Auschwitz.

"A solas, Manoliu mezcló las páginas de los reportes entre los documentos diplomáticos rumanos para que ante la eventual búsqueda no lo descubrieran", revela David Kranzler en su libro.

En su primer encuentro con Lutz, Manoliu le había mencionado que también quería contactar a la esposa de Mantello, Iréne, y a la familia de los padres de esta en Budapest. Lutz le respondió que la había asignado a cuidar niños judíos que estaban bajo protección de la legación suiza, y que su padre no vivía muy lejos. Aunque Manoliu no podía llegar a la esposa de Mantello, Lutz lo ayudó a localizar al padre de Iréne, Ignaz (Yitzchok) Berger.

Berger y Manoliu se encontraron el 19 de junio en el hotel de este último, en lugar de hacerlo en el consulado rumano, ya que traería sospechas. Allí, además de dinero y medicinas, Manoliu le entregó el nuevo pasaporte para su hija y una ciudadanía de El Salvador para él y su familia. También le mostró la carta y los reportes de Krausz, a los que Berger decidió agregar una nota en Yiddish dirigida a Mantello, llamándolo por su nombre en Yiddish, Bandi (diminutivo de Boruch Bendit).

Con los reportes en su posesión, Manoliu completó el aspecto más crucial de su misión; pero su retorno a Suiza con este material lo ponía en una posición todavía más peligrosa. Además, existía la posibilidad de que lo detuvieran en la frontera húngaro-suiza, donde los guardias húngaros podrían exigirle una explicación sobre el desvío de su viaje, violando su visa de tránsito alemana; pero en su desesperada misión de retornar a Suiza lo antes posible con los siniestros reportes, ignoró por completo este peligro.

Cuatro semanas después de comenzar su misión, Manoliu regresó a Suiza, donde le contó a los hermanos Mantello todo lo que había descubierto.

Finalmente les entregó la nota del suegro de Mantello, que Josef leyó en voz alta mientras le caían las lágrimas. Manoliu se levantó, abrazó a los dos hermanos y dejó la habitación.

En 15 de septiembre de 1951, el Dr. Florin Manoliu se naturalizó argentino. En este país se desempeñó como docente en la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca) y en el Instituto Universitario de Trelew. Su hija, Dominga Manoliu, recuerda que su padre auxilió a numerosos perseguidos por la dictadura que gobernó Argentina entre 1976 y 1983.
Además de publicar numerosos trabajos en francés, rumano y español, participó en gran cantidad de congresos y reuniones científicas.

En 1966 la Universidad de Lieja, en Bélgica, lo distinguió con "La Médaille Universitaire"

Murió en Buenos Aires el 23 de abril de 1977.



Fuente: * Baruj Tenembaum es Fundador de The Internarional Raoul Wallenberg Foundation.Extracto de la conferencia "Los Salvadores de la Humanidad".
http://www.raoulwallenberg.net/?es/salv ... s/1620.htm