Publicado: Jue May 06, 2021 11:15 am
por Kurt_Steiner
El frente interno estuvo sujeto a cambios sociales dinámicos a lo largo de la guerra, aunque los problemas internos ya no eran la preocupación política más urgente de Roosevelt a partir de 1941. La acumulación militar estimuló el crecimiento económico. El desempleo se redujo a la mitad de 7,7 millones en la primavera de 1940 a 3,4 millones en el otoño de 1941 y volvió a bajar a la mitad a 1,5 millones en el otoño de 1942, de una población activa de 54 millones. Hubo una creciente escasez de mano de obra, lo que aceleró la segunda ola de la Gran Migración a los centros de fabricación. Los afroamericanos del sur fueron a la costa oeste en busca de trabajos en la industria de defensa. Para pagar el aumento del gasto público, en 1941 Roosevelt propuso que el Congreso promulgara una tasa de impuesto sobre la renta del 99,5% sobre todos los ingresos superiores a $100.000; cuando la propuesta fracasó, emitió una orden ejecutiva que imponía un impuesto sobre la renta del 100% sobre los ingresos superiores a $25.000, que el Congreso anuló. La Ley de Ingresos de 1942 instituyó tipos impositivos máximos de hasta el 94% (después de tener en cuenta el impuesto sobre los beneficios excedentes), aumentó considerablemente la base impositiva e instituyó la primera retención en origen federal. En 1944, Roosevelt solicitó que el Congreso promulgara una legislación que gravara todas las ganancias "irrazonables", tanto corporativas como individuales, y de ese modo respaldaría su necesidad de más de $10 mil millones en ingresos para la guerra y otras medidas gubernamentales. El Congreso anuló el veto de Roosevelt para aprobar un proyecto de ley de ingresos más pequeño que recaudaba $2 mil millones.

En 1942, con EEUU en guerra, la producción bélica aumentó dramáticamente pero no alcanzó las metas establecidas por el presidente, debido en parte a la escasez de mano de obra. El esfuerzo también se vio obstaculizado por numerosas huelgas, especialmente entre los trabajadores sindicales de las industrias de la minería del carbón y del ferrocarril, que se prolongó hasta bien entrado 1944. No obstante, entre 1941 y 1945, EEUU produjo 2,4 millones de camiones, 300.000 aviones, 88.400 tanques y 40.000 millones de cartuchos. La capacidad de producción estadounidense eclipsaba a la de otros países; por ejemplo, en 1944, EEUU produjo más aviones que Alemania, Japón, Gran Bretaña y la URSS. La Casa Blanca se convirtió en el sitio definitivo para la mediación, conciliación o arbitraje laboral. Una disputa emergió entre el vicepresidente Wallace, quien encabezó la Junta de Guerra Económica, y Jesse H. Jones, a cargo de la Corporación Financiera de Reconstrucción; ambas agencias asumieron la responsabilidad de la adquisición de suministros de caucho y llegaron a desacuerdos sobre la financiación. Roosevelt resolvió la disputa disolviendo ambas agencias. En 1943, Roosevelt estableció la Oficina de Movilización de Guerra para supervisar el frente interno; la agencia estaba dirigida por James F. Byrnes, quien llegó a ser conocido como el "presidente asistente" debido a su influencia.

En el Discurso sobre el Estado de la Unión de 1944 defendió que los estadounidenses deberían pensar en los derechos económicos básicos como una Segunda Declaración de Derechos. Afirmó que todos los estadounidenses deberían tener derecho a una "atención médica adecuada", "una buena educación", "un hogar decente" y un "trabajo útil y remunerado". En la propuesta doméstica más ambiciosa de su tercer mandato, Roosevelt propuso el G.I. Bill, que crearía un programa de ayuda masiva para los soldados que regresan. Los beneficios incluían educación postsecundaria, atención médica, seguro de desempleo, asesoramiento laboral y préstamos a bajo costo para hogares y negocios. Este proyecto de ley fue aprobado por unanimidad en ambas cámaras del Congreso y se convirtió en ley en junio de 1944. De los quince millones de estadounidenses que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, más de la mitad se beneficiaron de las oportunidades educativas previstas en la ley.

La salud de Roosevelt, un fumador empedernido durante toda su vida adulta, había estado en declive desde al menos 1940. En marzo de 1944, poco después de cumplir 62 años, se sometió a pruebas en el Hospital Bethesda y se descubrió que tenía presión arterial alta y sufría de aterosclerosis, enfermedad de las arterias coronarias que causaba angina de pecho e insuficiencia cardíaca congestiva.

Los médicos del hospital y dos especialistas externos ordenaron a Roosevelt que descansara. Su médico personal, el almirante Ross McIntire, creó un horario diario que relajaba la activdad del presidente e incorporaba dos horas de descanso cada día. Durante la campaña de reelección de 1944, McIntire negó varias veces que la salud de Roosevelt fuera mala; el 12 de octubre, por ejemplo, anunció que "la salud del presidente está perfectamente bien. No hay absolutamente ninguna dificultad orgánica". Roosevelt se dio cuenta de que su salud podría impedirle continuar como presidente, y en 1945 le dijo a un confidente que podría renunciar a la presidencia una vez finalizada la guerra.

Imagen
La última fotografía de Roosevelt: 11 de abril de 1945.
https://en.wikipedia.org/wiki/Franklin_D._Roosevelt