Publicado: Sab Mar 31, 2007 11:18 am
por Lyyukluj
El testimonio de los supervivientes.
En 1952 un comité selecto del senado publicó un informe sobre Katyn, en dos volúmenes: "The Katyn Forest Massacre," House Report No. 2505, 82nd Congress, 2nd Session (December 22. 1952). En el se recoge el testimonio de 26 oficiales que habían sido originalmente prisioneros en Kobielsk, con otros 5.000 compañeros; Starobielsk, que contenía a 4.000 cautivos; y Ostashkov, en el que estaban internados 6.400 polacos.
En la ultima entrada del diario hallado en el cadáver del mayor Adam Solsk, fechado en 8 de abril de 1940, se lee:

"Desde las 12 de la noche estamos en Smolesko.
"9 de abril, 1940, faltan unos pocos minutos para las 5 am, y comienzan los preparativos para partir. ¿A donde vamos, y entonces que?
"Desde el amanecer, el día ha comenzado de una manera particular. Nos trasladan en camiones, a un lugar en el bosque, una especie de estación veraniega. Entonces nos sometieron a un intenso registro, me quitaron el reloj, en el que vi que eran las 6.30 am (8.30), mi alianza de matrimonio, mis rublos, mi cinturón y mi cuchillo de bolsillo."

Aquí acaba el diario.

Los prisioneros evacuados desde Starobielks testificaron haber visto inscripciones de sus compañeros que decían "Nos llevan a Kharkov." El rastro de los prisioneros evacuados de Ostashkov finaliza en Wiasma, según aseguró el testigo Zygmunt Luszczynski: "Nos llevaron de Ostashkov a Wiasma, donde nos quedamos durante 3 días. Entonces, seis de los siete vagones del tren fueron desenganchados y se los llevaron a otra parte, mientras que a nosotros nos llevaron a Babynino (en ruta a Pavlishev Bor). Otro prisionero asegura firmemente que los prisioneros de Ostashkov fueron ahogados en la mar Blanco. Adam Moszynski, ex prisionero de Starobielsk, testificó: "Hay tres Katyns en el mundo: Uno en el bosque de Katyn, cerca de Gniezdovo (Smolensk); el segundo, los de Starobielsk, cerca de Kharkov, y los de Ostashkov, en el mar Blanco".

El coronel George Grobicki, que estuvo internado en Kozielsk, testificó: "todos estabamos vestidos al abandonar los campos como cuando fuimos hechos prisioneros. Mucha gente llevaba sus abrigos cuando dejaron los campos." Evidentemente, si los prisioneros hubieran sido ejecutados por los nazis en agosto, es dudoso que llevaran sus abrigos de invierno. Según el testimonio de Geobicki, cuando leyó los informes alemanes sobre como se hallaban los cadáveres en las fosas, se dio cuenta de que habían sido enterrados siguiendo las mismas agrupaciones que formaban cuando fueron evacuados de Kozielsk. Es difícil de creer que los prisioneros seguirían agrupados del siguiente modo si hubieran sido ejecutados por los alemanes en agosto de 1941.

El 5 de abril de 1940 el oficial polaco de mayor rango en Starobielsk eran el comandante Niewiarowski. A las 9:00 a.m. el comandante del campo, teniente coronel Boreshkov, y Kirshov, el comisario político, le dijeron que ese mismo día el primer contingente de oficiales -195- abandonaría el campo,
"A dónde van?" preguntó Niewiarowski.
"A dónde ?' Boreshkov preguntó, "A casa! Primero serán enviados a campos de transito, y de ahí a vuestro lugar de orígentes, con vuestras mujeres".
A.Woronecki, preguntando a uno de sus guardianes sobre los soldados desaparecidos, obtuvo la siguiente respuesta:"No los volveréis a ver. No han sido enviados a casa, ni a campos de trabajo [...] Los han ahogado".

El testimonio de los observadores presentes en KATYN durante las exhumaciones
El corresponsal sueco Christer Jaederlunt, del Stockholm Tidningen, fue invitado por el ministerio de propaganda nazi para visitar Katyn. Al principio sospechó que se trataba de un montaje nazi para lanzar una diatriba anticomunista. Sin embargo, al llegar a Katyn, y tras realizar unas cuantas investigaciones, Jaederlunt tuvo que reconocer que no podía tratarse de un montaje propagandístico nazi: "No nos fiábamos de Goebbels y pensamos que podía tratarse de un montaje. Pero cuando estuve frente a las fosas, todas mis sospechas se desvanecieron. "

Casmir Skarzynski de la Cruz Roja polaca establecida en la Polonia ocupada testificó que la Cruz Roja no quería participar en el comité que iba a investigar la masacre, porque lo consideraron un "mero movimiento propagandístico". Una vez en Katyn, la magnitud de la tragedia le conmovió y se convenció de que el ejército alemán era inocente, y que por ello testificaba, debido a su convencimiento.

El teniente coronel Donald B. Stewart y el coronel John H. Van Vliet, Jr., del US Army habían sido capturados por los alemanes en África del Norte. Ellos, junto con dos oficiales ingleses visitaron Katyn en Mayo de 1943. Como en el caso de Christer Jaederlunt , Stewart también sospechaba sobre las intenciones alemanas, y él estaba decidido a no participar en ningún acto propagandístico nazi. Van Vliet afirmó: "Odiaba a los alemanes. No quería creerles. Al ser invitado para ir a Katyn, me di cuenta que los alemanes querían manipularme para hacer creer al mundo que Soviética era culpable. Y me propuse no dejarme convencer". La visión de los cadáveres les hizo cambiar de opinión. Los dos oficiales comentaron el excelente estado de las ropas, especialmente las botas. Por su experiencia como prisioneros de guerra de los alemanes, ambos oficiales afirmaron que las ropas no podían haber estado en ese estado si hubieran sido llevadas por un año en un campo de prisioneros. Si los oficiales polacos hubieran sido usados para construir carreteras, como indicaban los soviéticos, las ropas y las botas hubieran mostrado un evidente desgaste, y ese no era el caso.

Zbigniew Rowinsk estaba prisionero en Woldenberg cuando fue llevado a Katyn en abril de 1943. Afirmó que no todos los prisioneros fueron ejecutados por un disparo en la cabeza: "Supongo que sólo los que quisieron defenderse fueron atados, porque vi varios cadáveres con serrín en sus bocas y algunos con sus cabezas cubiertas por sus abrigos, con una cuerda alrededor del cuello y conectada con las ligaduras que le ataban las manos. Por tanto, si se movían para liberar sus manos, debieron ahogarse ellos mismos".

El testigo identificado como "John Doe" mantuvo que el y un compatriota habían visto a los soviéticos ejecutar a 200 prisioneros polacos en lo que el supuso que era el bosque de Katyn. Estas observaciones fueron efectuadas por el testigo y sus compañeros tras escaparse del campo de prisioneros de Pavilschchev Bor, a principios de noviembre. Tras narrar como observaron como eran llevados los prisioneros polacos al bosque, el testigo continuó: "Dos de ellos [soldados soviéticos] les ataron las manos a la espalda y uno de ellos levantó su barbilla -la de la víctima- abrió su boca y se la llenó con un puñado de serrín". Añadió el testigo que vio a la mayoría de los prisioneros ejecutados con un tiro en la nuca, pero que algunos fueron lanzados vivos a las tumbas para que se asfixiaran. "John Doe" añadió que varios prisioneros fueron maniatados con alambre de espino. Debe hacerse notar que cuando "John Doe" testificó estos hallazgos no se habían hecho públicos, aunque se encontraban testimonios similares entre el material recogido por el gobierno polaco relativo a la masacre. Estos testimonios fueron confirmados por el doctor Tramsen, de la comisión médica alemana, y por el Dr. Naville, de Suiza, de la comisión médica internacional. Varios testigos alemanes confirmaron estos detalles.

Boris Olshansky, ex oficial del ejército soviético que escapó en 1946 a EEUU, relató sus conversaciones con N. N. Burdenko, director de la comisión especial soviética que investigó la masacre en enero de 1944 y que afirmó que ésta tuvo lugar en otoño de 1941. Olshansky testificó que Burdenko le dijo que el informe era falso, que Stalin le había nombrado personalmente para ocuparse del asunto, que todos los cadáveres tenían una antigüedad de 4 años, y que, finalmente, todo se había tratado de un error del NKVD. Olshansky añadió que Burdenko le aseguró que en Soviética existían más Katyns en la URSS.