Publicado: Dom May 04, 2008 5:27 pm
por Shindler
Carta que escribió un joven holandés de 22 años, el 27 de Febrero, pocos momentos antes de ser fusilado, junto a tres compañeros, por los alemanes.
¿Su delito? Haberse escapado de Holanda para reunirse con las fuerzas holandesas en Inglaterra. Capturados los cuatro en la Francia ocupada, fueron juzgados, el 13 de Febrero de 1942, por un consejo de guerra alemán, el cual los condenó, a la última pena, "por auxilio al enemigo".


Muero al amanecer

Queridísimo padre:

Me aflige mucho escribirte esta carta, pero no tengo más remedio que enterarte de que el consejo de guerra nos ha condenado a una pena sumamente grave.

Procura leer esta carta a solas. Ve dándole la noticia a mamá poco a poco. Cuando te escribí mi carta anterior, el 14 de Febrero, ya sabíamos que estábamos condenados a muerte. mas no tuve el valor de decírtelo. No quise que sufrieras con la misma incertidumbre que a nosotros nos atormentaba. En París rechazaron la solicitud de gracia que se elevó en nombre nuestro, a pesar de que teníamos tantas esperanzas de que fuera escuchada. ¿No era tan grave el delito que habíamos cometido!.

He dicho papá, incertidumbre y no miedo. Por fortuna, ninguno de nosotros lo sentía. He rezado mucho y tengo la seguridad de que alcanzaré el consuelo de una muerte en Cristo.

Dentro de unos instantes, a las cinco de la mañana, terminará todo. y no me parece tan horrible. Al fin y al cabo. es cosa de un momento y en seguida, estaré con Dios... y se habrán acabado las miserias y la tristeza de esta Tierra. ¿Verdad que no es tan terrible el tránsito?

Por el contrario ¿que hermoso es descansar en el poder del Señor! Dios nos ha prometido no desamapararnos, siempre que imploremos su auxilio. Me siento tan cerca de Dios, que estoy pronto a morir. Ojalá que el saberlo te sirva de consuelo.

Se muy bien que es algo espantoso. Somos tan jóvenes. Pero Dios ve lo justo de nuestra causa. Creo que será más duro para tí que para mí. Yo le he confesado mis pecados a Dios y estoy tranquilo. no te aflijas pon tu confianza en Dios y pídele que te de fuerzas.

Mamá, madre queridísima, quisiera abrazarte. perdóname si en algo te he faltado. No llores, mamá de mi alma. Ten valor. piensa que te quedan otros hijos, y que en cambio a la pobre señora de L no le queda ninguno. Estoy seguro de que los volveré a ver a todos. Recibe un último beso muy cariñoso de tu hijo Kees.

Papá: perdóname tu también. Yo sé que tienes fe como mamá. No te pongas triste...dale gracias a Dios porque nos ha concedido su gracia. No digas: "contigo hijo se fueron para siempre nuestra paz y nuestra alegría". Piensa que no he hecho sino dar mi vida por la patria, como están dando tantos otros ahora mismo. Dame un último abrazo. ¿Que se cumpla la voluntad de Dios!

Jan, Bep, El, Fien: un saludo para todos. Que sean fuertes y le pidan a Dios conformidad. Crean en el, y el hará que todo les salga bien. Sean buenos con papá y mamá. reciban muchos besos de su hermano Kees. Saluden de mi parte a mis hermanitos y hermanitas. Ellos tal vez no comprendan todavía lo que pasa pero de todos modos enséñenles tambien a creer.
Saluden a todos, de parte de nosotros cuatro. Gracias a todos por los favores que les debo.
No nos falta el valor. Que no les falte a ustedes tampoco. nos podrán despojar sólo de los cuerpos. nuestras almas están en manos de Dios. Ese debe ser un gran consuelo.

Adiós... hasta que nos volvamos a ver juntos en una reunión más feliz. Que Dios los bendiga a todos. No sientan odio. Yo muero sin odiar a nadie. Es Dios quien todo lo gobierna y dispone.


Extraído del Harper's Bazaar