Publicado: Sab May 03, 2008 8:43 am
por Joaquin Garcia Morato
Gita Sereni, en "Nueva-sion on line", sección "Conmemoraciones", el 02/05/2008 escribió:"Pocas veces los veía como individuos"

El siguiente es un fragmento de la entrevista aparecida en el libro 'Holocausto y Memoria' (de Israel Gutman, editado por Yad Vashem) en la que puede apreciarse los aspectos, aunque parezca contradictorio, más terriblemente humanos del nazismo y sus personajes más comprometidos con la tragedia.

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Stang, nacido en Austria, fue designado en 1940 como supervisor de uno de los institutos de la Operación Eutanasia- en marzo de 1942 fue nombrado comandante del campo de exterminio de Sobibor.
Desde septiembre de 1942 hasta agosto de 1943 comandó el campo de exterminio de Treblinka. Luego de finalizada la guerra huyó a Brasil.
En 1967 fue extraditado y enjuiciado en Alemania. En 1970 fue sentenciado a cadena perpetua y en 1971 murió en la cárcel.
La entrevista fue realizada durante su prisión, en Dusseldorf.

¿Podemos decir que se acostumbró a los aniquilamientos?

Para decir verdad sí, nos acostumbramos a los aniquilamientos.

¿Tardó días, meses o años?

Meses. Pasaron meses hasta que pude mirar a alguno de ellos a los ojos. Lo reprimía a través del intento de crear un lugar especial: jardines, cuarteles nuevos…

¿Aún así, si lo sentía fuertemente, sin dudas había momentos en los que no podía no pensar en eso?

Lo único que ayudaba era la bebida. Todas las noches me llevaba a la cama un vaso grande de brandy y bebía. Claro que los pensamientos surgían, pero yo los expulsaba.

¿Sería acertado decir que ya al final, para usted, no eran criaturas humanas?

Cuando años después estaba de paseo en Brasil mi tren paró junto a un matadero, el ganado -al escuchar el ruido del tren- se acercó al cerco y los animales fijaron sus ojos en el tren. Se apretujaban unos contra otros y me miraban. Entonces pensé: - Míralos, recuerda a Polonia, exactamente así miraba la gente, con confianza antes de que los metan en latas de conserva. Después de eso no pude comer más carne enlatada. Esos grande ojos que me miraban sin saber que en un breve lapso de tiempo morirían

¿No pensaba que eran seres humanos?

Carga. Ellos eran cargamento.

¿Cuándo empezó a pensar en ellos como una carga?

Creo que comenzó cuando vi por primera vez el 'Totenlanger' (la sección del campo donde se asesinaba a las víctimas). Recuerdo como Wirth (uno de los comandantes de la Operación Reinhard) estaba allí parado junto a las fosas repletas de cadáveres azulados. Eso no tenía ninguna relación con la humanidad. Era una masa de carne en putrefacción. Wirth dijo: - ¿qué haremos con toda esta basura? Creo que esto es lo que me causó que pensara sobre ellos como una carga.
Había allí muchos niños. ¿Nunca le hicieron pensar en sus hijos o como usted hubiera sentido si hubiera estado en el lugar de esos padres?

No, no puedo decir que no pensé… pero muy pocas veces los veía como individuos. A veces me paraba en el muro y los veía con la 'manguera' ¿cómo puedo explicarlo?... ellos estaban desnudos, apretujados. Corrían todos juntos, acelerados por el látigo.

¿No podía usted cambiar las cosas, poner fin al desnudo, a los látigos, a las atrocidades del matadero?

No, no. Ese era el sistema. Wirth lo había inventado. Funcionaba y como funcionaba era imposible cambiarlo.

Es la mismísima abyección llevada al paroxismo. Pero, ¿ saben, amigos, lo que más me sobrecoge de todo este espantoso relato ?: que no hay la más mínima muestra de arrepentimiento. Como tampoco habría en mí la más mínima muestra de compasión de haberlo visto en la horca.
Qué ser tan repugnante, por Dios.

Un saludo cordial
Joaquín García-Morato.