Publicado: Vie Sep 28, 2007 11:22 pm
por Roul Wallenberg
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Auschwitz




Topf y sus hijos diseñaron y construyeron los hornos haciendo un alarde de la eficacia y alto desarrollo de la tecnología alemana. No sé, ¿lo saben ustedes? ¿si hubo alguna vez quejas por parte de sus clientes acerca de alguna deficiencia en el funcionamiento de los ingenios tan laboriosamente desarrollados por Topf con sus hijos?. Los clientes de los señores Topf eran muy exigentes, a no dudarlo, no darles en el gusto podía significar que se enojaran, y su enojo podía significar la muerte.

Si no hubo reclamos, significa que los clientes quedaron satisfechos con el producto. Funcionó como ellos lo deseaban, ante altas exigencias por el incremento de la demanda de utilización de los hornos. Debe haber cartas de agradecimiento en algún archivo rotulado así como "Correspondencia Recibida - Clientes - SS/ Campos", en la modernas y encristaladas oficinas de la pretigiosa empresa del señor Topf y de sus hijos.

¿Cuántas más empresas habrán contribuído y hecho negocios con el esfuerzo de las autoridades alemanas en el sentido de habilitar la mejor tecnología posible para poder cumplir las metas que la planificación de delicadas y secretas operaciones había trazado?

¿ Y los dueños de esas empresas también trabajaban con sus hijos? ¿Y lo hijos de esos hijos también trabajan en la empresas del abuelo, como lo estarán haciendo los del abueloTopf?

Algo es seguro. El abuelo Topf y sus hijos no sabían que sus sofisticados productos algún día llegarían a tener el significado de un monumento, y que como tal muchas gentes irían a verlos y que hablaría mucho acerca de ellos. De haberlo sabido quizá habrían sido más prolijos en sus terminaciones, para que se vieran mejor y llamaran favorablemente la atención de la clientela, la suya, la de sus hijos y la de los nietos de Herrn Topf.


Muchas empresas alemanas fueron bombardeadas durante la guerra. No la de Topf e Hijos. ¿Alguien sabe porqué? ¿Sería porque alguien pensó que quizás en el futuro necesitarían de sus eficientes servicios? ¿Que sería necesario encender nuevamente los hornos, y de ser insuficientes los que ya había, habría que mandar construír más?

Y si sólo fué un olvido, ¿porqué no lo hacen ahora? Ahora aún es tiempo, los alemanes recién han recordado que tienen que indemnizar a sus trabajadores esclavos (¿los tendrían el Sr. Topf y sus hijos?). Sí, aún es tiempo, vayan a Weisbaden y láncenles muchas bombas y hagan polvo la empresa de Topf, y también la de sus hijos.