Publicado: Dom Nov 05, 2006 2:03 am
por Capitan Miller
Muy buenas.

Creo que sería necesario diferenciar entre nazificación y colaboración, y aún dentro de colaboración diferenciar también entre la activa y la forzada.

Respecto de la nazificación de la Wehrmacht mi opinión es que se encontraba más arraigada entre los oficales del OKW, más cercanos a Hitler, que entre los comandantes de tropas combatientes. E incluso estos últimos, testigos más directos del costo en todos los sentidos de la guerra y su dirección (sobre todo a partir de 1943), fueron perdiendo poco a poco, salvo casos particulares, la fe que habían depositado en su Fuhrer. Por el contrario, la mayoría de oficiales de Estado Mayor aún insistían en la posibilidad de la victoria cuando el Ejército Soviético se encontraba a las puertas de Berlín.

Lo que el nacionalsocialismo había removido en la clase militar alemana no era otra cosa que un nacionalismo ya existente desde los tiempos de Federico el Grande, aderezado con un sentimiento de revancha por la derrota de la IGM. Entre los miembros de la antigua Reichswehr (el ejército de Guillermo II) bullía la sensación de haber entregado la guerra a los aliados, de que aún cuando todavía se podía tomar París, o al menos forzar una paz negociada, habían sido los políticos en Berlín quienes se habían rendido. La llegada de Hitler al poder, y sus promesas de devolver a Alemania su orgullo nacional perdido, colocó sino a toda si a una gran parte del estamento militar del lado del nuevo gobierno. La semilla ya había sido plantada, ahora sólo faltaba regar y abonar.

Por ello, y volviendo a la diferencia entre nazificación y grados de colaboración, no debemos olvidar que el Ejército Alemán en pleno realizó un juramento de fidelidad al Fuhrer, no a Alemania, que le obligaba a un cumplimiento incuestionable de las órdenes recibidas. Si un general responsable de todo un Ejército, como Paulus, fue incapaz de desobedecer una orden directa de Hitler y salvar a sus hombres, ¿habría movido un dedo para que no asesinaran a unos miles de judios? Lamentablemente creo que no.

Las actividades de los Einsatzgruppen en el Este Ocupado, que ya comenzaron en Polonia antes del inicio de la Operación Barbarroja, eran de sobra conocidas por los responsables militares de los distintos distritos. La única pregunta que cabe realizar, desde mi punto de vista, es si ese conocimiento se acompañaba de una ayuda en los crímenes o un simple mirar hacia otro lado. Puede que algunos altos mandos como Paulus o Manstein no ordenaran la colaboración estrecha y directa de sus subordinados en las matanzas, pero tengo mis dudas de si se negaron en algún momento a proporcionar los Einsatzgruppen la información necesaria para ejecutar sus crímenes. Lo que desde luego no hicieron fue ordenar a sus tropas que protegieran a tal o cual aldea de la atrocidad que se avecinaba. Tampoco tengo noticia sobre si oficiales responsables impidieron alguna matanza negándose a obedecer las órdenes o sencillamente ignorándolas. Tal vez llegara a suceder pero me temo que por desgracia estariamos hablando de un caso aislado.

Haciendo referencia expresa al sector Sur del Frente Oriental, no debemos olvidar que fue precisamente en Babi-Yar (Ucrania) donde fue perpetrada una de las mayores matanzas documentada de judios, llevada a cabo por miembros del Einsatzgruppen C con base en Kiev. Os copio un enlace interesante con mapas sobre las actividades de los distintos Einsatzgruppen:

http://www.ushmm.org/wlc/article.php?la ... d=10005767

También es un hecho que las actividades contraguerrilleras de la Wehrmacht en Yugoeslavia, Grecia y Rusia, por citar unos ejemplos, fueron consideradas crimenes de guerra y alcanzaron una crueldad en determinados casos que iba mucho más allá de lo asumible en un entorno bélico. Por supuesto que según las Leyes Internacionales de la Guerra sólo determinados miembros de grupos guerrilleros pueden ser asignados al estatus de prisionero de guerra; pero aún así y todo, ello queda muy lejos de las represalias ejercidas por el Ejército Alemán en los casos referidos.

Otro hecho incuestionable es el trato dado a los prisioneros de guerra soviéticos. Se calcula que más de tres millones de los cinco millones iniciales habían muerto en 1944 por causa de enfermedades y hambre. Sencillamente nunca se les aplicó el trato de prisioneros de guerra, a todos los efectos eran "untermensch" (subhumanos) que no merecían ese estatus. En el otro lado de la balanza, y siendo coherentes, sería necesario sopesar y reconocer lo contrario, el destino de los prisioneros alemanes en los campos soviéticos. Sinceramente, no creo que quedaran muchas conciencias tranquilas en ninguno de los dos bandos en aquel infierno que fue el Frente Oriental.

Sobre la actitud de determinados oficiales en contra de Hitler, es mi opinión que primaba en ellos ese sentimiento nacionalista antes citado más que un afan democratizador. Lo que buscaban era la supervivencia de Alemania, la posibilidad de negociar la paz antes que ver al país reducido a escombros. El mismo Rommel, de quien tanto se ha discutido sobre su conocimiento y/o participación en el atentado del 5 de Julio de 1944, era un ferviente admirador del nacionalsocialismo en lo que de resurgimiento de Alemania podía significar, y creo que la inmensa mayoría de altos oficiales de la Wehrmacht eran de su misma opinión. Otra cosa es que los acontecimientos les fueran convenciendo año tras año de que su país podría quedar bastante peor de como quedó en 1918, y ello les llevara a distanciarse, no sin motivo, de la persona y el gobierno a quienes habían jurado fidelidad.

Saludos.