Publicado: Jue Sep 19, 2019 10:31 am
por José Luis
¡Hola a todos!

De la lectura general de este hilo yo no tengo claro que todos sus participantes hayan expresado acuerdo sobre que "la cuestión política [de la Wehrmacht] está fuera de toda duda", por utilizar la frase del compañero Capitán Miller.

Por otra parte, no se puede comparar el papel institucional de unas fuerzas armadas en regímenes políticos totalitarios con las de regímenes políticos pluralistas. En el caso concreto que nos ocupa, la Alemania del Tercer Reich fue a partir del verano de 1934 un estado totalitario donde los miembros de sus fuerzas armadas juraron de forma voluntaria obediencia incondicional a la persona de Adolf Hitler. Hubo algunos oficiales, pocos, que se negaron a prestar ese juramento. Al hacer ese juramento, el liderazgo del entonces Reichswehr incumplió su juramento anterior de respeto por la Constitución de Weimar, y recuerdo que Hitler no abolió de iure esa constitución. La diferencia crucial en este aspecto institucional entre el Reichswehr de la República de Weimar hasta el verano de 1934 y el que siguió después de esa fecha es que el primero había jurado fidelidad a la Constitución de Weimar, teniendo como comandante supremo al Jefe del Estado (fuese quien fuese), tal como sucede con las fuerzas armadas de los regímenes políticos pluralistas, mientras que el Reichswehr de Hitler juró obediencia incondicional a Adolf Hitler. Las fuerzas armadas de un estado democrático y de derecho juran lealtad a la constitución de dicho estado y no a ningún jefe de estado o primer ministro particular del mismo. Jurar lealtad a la constitución de un estado significa respetarla, y por tanto no aceptar ninguna orden -ya emane del ministro de Defensa, del primer ministro o del jefe del estado- que vulnere claramente la constitución y las leyes de ese estado.

Cualquiera que conozca con cierto rigor la historia del Reichswehr-Wehrmacht durante el Tercer Reich conoce igualmente el rosario interminable de órdenes ilegales/criminales (contrarias a la Constitución de Weimar, al Código Penal Militar alemán o al Derecho Internacional y tratados internacionales firmados y ratificados por gobiernos alemanes) que acató y ejecutó su liderazgo.

No es un asunto baladí porque durante muchísimos años se difundió el mito (todavía existente y no poco generalizado pese al montón de evidencias en contra) de que la Wehrmacht y su liderazgo constituían una institución apolítica (que había hecho una guerra "limpia"). Vamos, como si en la Alemania hitleriana (o en la Rusia stalinista) pudiera existir una institución del estado apolítica.

El ejército de un estado de derecho no está supeditado al poder civil en el contexto que tratamos aquí, sino a la constitución y las leyes de su país. Obviamente, sigue todas las órdenes legales que emanan del poder político (ya sea del poder legislativo, ya del ejecutivo), pero siempre está limitado por la constitución y las leyes. Esto no sucede, como es obvio, en los estados totalitarios porque sencillamente no son estados de derecho, no son estados donde rige el imperio de la ley.

Ya sé que todo lo anterior parecerá superfluo a muchos, pero no a todos. Por eso me permito subrayarlo.

Saludos cordiales
JL