Publicado: Vie Nov 20, 2020 8:47 pm
por Kurt_Steiner
Por su parte, Bunzō Minagawa y el sargento Tadashi Itō, miembro de la unidad de Minagawa, se entregaron en Guam, con pocos días de diferencia, en 1960. El sargento Shōichi Yokoi, que sirvió bajo las órdenes de Ito, fue capturado en Guam en enero de 1972; había leído las octavillas, pero pensó que eran propaganda enemiga. Tras volver a Japón tantos años más tarde, se encontró con una nación totalmente distinta, y lamentó no haber servido mejor al Emperador; sin embargo, se casó, escribió un libro sobre su experiencia, y llegó a aparecer en un programa de TV sobre supervivencia en la naturaleza. Incluso se presentó a las elecciones (aunque no consiguió escaño) y fue recibido en el palacio imperial en 1991; falleció en 1997.

Y finalmente, está el caso del teniente Hiroo Onoda, el último soldado japonés en volver a casa, en marzo de 1974. Cuando un excursionista nipón lo encontró en la isla de Lubang le encontró, no quiso creerle y dijo que no rendiría su arma hasta que su superior jerárquico se lo ordenase. Por lo que el desconcertado viajero volvió a Japón y puso el caso en conocimiento de las autoridades, quienes localizaron a su antiguo superior, el comandante Taniguchi (entonces dueño de una librería), que viajó a Filipinas para convencer a Onoda; el cual, por cierto, cuando volvió a Japón, lo primero que hizo fue visitar su propia tumba, ya que su familia estaba convencida de que había fallecido. Los citados Shimada y Kozuka eran sus compañeros, tal como contó en su libro Luché y sobreviví: Mi guerra de 30 años. Onoda falleció en enero de 2014, a los 91 años de edad.

Aunque a Onoda se le considera el último rezagado japonés, hay otro caso aun más duradero, el de Teruo Nakamura, quien se rindió en Diciembre de 1974 en la isla indonesia de Motorai. Nakamura era un aborigen taiwanés, probablemente de la etnia amis, de Taiwán. Nacido en 1919, fue obligado a ingresar a la 4ª Unidad Voluntaria Takasago del Ejército Imperial japonés en 1943. Fue destinado en la isla de Morotai, Indonesia poco antes de que la isla fuese conquistada por los Aliados en septiembre de 1944.

Después de la captura de la isla, Nakamura vivió junto a otros rezagados hasta bien entrados los años 50, mientras iba a periodos extendidos por su propia cuenta. En 1956, aparentemente decidió renunciar a la resistencia con otros rezagados en la isla y se construyó un pequeño campo para sí mismo, que consistía en una pequeña cabaña de entre 20 y 30 metros cuadrados. Cuando le preguntaron las razones por las cuales abandonó a los otros, Nakamura dijo que estos intentaron matarlo; sin embargo, los otros rezagados negaron estas afirmaciones por su grupo que fue descubierto en 1950.

La cabaña de Nakamura fue descubierta accidentamente por un piloto a mediados de 1974. En noviembre de 1974, la Embajada japonesa en Indonesia, situada en Yakarta, pidió la asistencia del gobierno indonesio en una misión de búsqueda llevada a cabo por las fuerzas aéreas de Indonesia en Morotai que llevó a su arresto el 18 de diciembre de 1974. Fue llevado a Yakarta y hospitalizado. Las noticias de su descubrimiento llegaron a Japón el 27 de diciembre de 1974. Nakamura decidió ser repatriado a Taiwán, pasando por Japón y murió de cáncer de pulmón cinco años después en 1979.

La repatriación de Nakamura y su percepción ante el público japonés de su tiempo, difirieron de otros hallazgos recientes, como el de Hiroo Onoda, quien fue descubierto unos meses antes. Una razón fue la cuestión de su nacionalidad. Nacido en Taiwán, Nakamura, que era étnicamente amis, legalmente no tenía una nacionalidad propia. Las cuestiones de la nacionalidad eran de gran importancia en el público nipón de aquel entonces y aunque la embajada japonesa ofreció repatriarlo, también había inseguridad acerca de cómo tratarlo en caso de que quisiese ir de nuevo a Taiwán. En el momento de su captura Nakamura no hablaba ni japonés ni mandarín. La segunda razón del poco reconocimiento recibido por Nakamura, fue que Onoda era oficial, mientras que Nakamura era un soldado raso de una colonia japonesa, lo que no excitó la imaginación del público y puso en cuestión el papel del colonialismo japonés durante la guerra. Otra cuestión delicada fue el pago de la pensión al soldado. Como voluntario, Nakamura no tuvo derecho a pensión hasta después de 1953 cuando se cambiaron las leyes de pensión y por tanto recibió una suma de ¥68,000 (US $227.59 y ahora US $1200 2020).​ Esto motivó una controversia en los medios, lo cual provocó que se le diese una cifra similar a la de Onoda. Esto generó malestar entre otros "rezagados" taiwaneses, causando una grran polémica acerca del trato distinto que se le dio a japoneses y taiwaneses.

También es muy curioso el caso de Ishinosuke Uwano, quien había sido visto por última vez en la isla de Sajalin, conquistada por la URSS durante el fin de la guerra, y reapareció en 2006 en Ucrania, donde se había casado y se estableció en Kiev, donde tuvo tres hijos. Aunque este caso, realmente, no es equiparable a los anteriores, al tratarse de un prisionero que, voluntariamente, cortó sus lazos con Japón en 1958. La falta de contacto llevó a su familia a declararlo legalmente muerto en 2000. Como consecuencia, cuando volvió a Japón a visitar a su familia el 2006, tuvo que entrar a su país con su pasaporte ucraniano.

Imagen
Teniente Hiroo Onoda: Uno de los últimos de los san-ryu-scha
http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?t=9528


fuentes: http://guerra-abierta.blogspot.com/2010/08/
https://www.licenciahistorica.com/2014/ ... ca-se.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Soldados_ ... ra_Mundial