Publicado: Vie Dic 29, 2006 3:31 am
por Domper
Varias cosas, sobre el Tiger.

Por de pronto, no fue (ni mucho menos) el mejor tanque, salvo tal vez durante unos meses. Ese honor debiera dejarse al Pz V Panther, un vehículo mejor protegido, con armamento equivalente (luego iré a ello) y con mejor movilidad. Con todo, el Tiger I fue un vehículo excelente e incluso superior al Tiger II.

Pero un tanque no puede analizarse aisladamente. Deben estudiarse cada uno de sus aspectos, y comparados con los de sus contrapartes coetáneos.

Clásicamente, un tanque debe ser un equilibrio entre potencia de fuego, movilidad y protección, aunque debe añadirse un cuarto aspecto, más importante aún, la ergonomía.

1. Potencia de fuego:

Cuando apareció (a mediados de 1942) el armamento del Tiger I era superior al de casi cualquier vehículo existente. Estaba equipado con el cañón Kwk 36 de 88/56. Nótese que este cañón no es el archifamoso ‘88’ Kwk 43 (de 88/71) sino una versión anterior, de menor velocidad inicial, y de potencia similar al Kwk 42 75/70 del Panther. Otros cañones equivalentes eran el 17 libras inglés, el 90 mm norteamericano, o el 100 mm soviético (hubo varias versiones de los dos últimos modelos y por eso sólo cito el calibre).

El Kwk 36 podía destruir a distancias cortas y medias a casi cualquier vehículo aliado, con escasas excepciones (el escudo frontal del Churchill, del JS-2 o del Sherman Jumbo, a medias distancias, tenía alguna posibilidad). Estaba apoyado por un sistema óptico superior a cualquiera aliado (hasta 1944 no se tuvieron miras equivalentes). Tenía dos defectos:

- Freno de boca: en teoría, ventajoso, porque disminuye la presión sobre los muñones, pero produce un fogonazo y levanta una nube de polvo que identifica al vehículo y ciega a sus ocupantes. Ese defecto lo tenían casi todos los cañones coetáneos.

- Munición: por desgracia para los alemanes carecían de suministros adecuados de Tungsteno, por lo que no podían usar proyectiles perforantes de núcleo duro, y tuvieron que aguantarse con proyectiles perforantes de capacete o cargas huecas. Por eso algunos cañones aliados, teóricamente inferiores (como el 17 libras o el 90/48 norteamericano) tenían de hecho mayor capacidad de penetración a cortas distancias.

A cambio, el cañón de 88 mm sufría menos desgaste que el del Panther, y era más adecuado para e apoyo a la infantería. Se estudió el Panther II con el mismo cañón que el Tiger I. En principio, la potencias de fuego era más que adecuada.

2. Movilidad:

Ese era el punto débil. El sistema de suspensión de barras de torsión y ruedas superpuestas era muy efectivo, y más cómodo para la tripulación que el de ruedas no superpuestas, pero era muy delicado. Peor era que estaba subpotenciado, requiriéndose el funcionar continuamente a regímenes elevados que aumentaba el consumo y favorecía las averías. Además era un vehículo tan pesado que creaba importantes problemas de desplazamiento (tanto estratégico en trenes como táctico en el campo de batalla).

La combinación de gran peso con frecuentes averías hacía que la disponibilidad del tanque fuera baja, y se tuviese que abandonar muchos vehículos.

3. Protección:

Aunque era muy buena, no era un tanque invulnerable. La protección máxima era de 100 mm (coraza frontal y escudo de la torre) de coraza vertical: como comparación, el JS-2M llegaba a los 160 mm de coraza oblicua (equivalentes a unos 200 mm de coraza vertical) con un peso nueve toneladas inferior.

Un problema añadido, sobre todo en los últimos vehículos fabricados, fue la carencia de minerales estratégicos por parte alemana, lo que hizo que la calidad de sus corazas empeorase: así, las corazas germanas de 1944 y 1945 eran proclives a rajarse o fragmentarse por impactos no penetrantes. El Tiger I era vulnerable a cortas distancias al cañón de 6 libras (57 mm) con munición especial.

4. Ergonomía:

Como la de casi todos los tanques germanos era excelente, y era un factor que aumentaba la eficacia, sobre todo frente a carros deficientes en este aspecto como el T-34/76.

5. Otros aspectos:

Una ventaja inesperada era su parecido al Pz-IV (a las versiones de tubo largo) lo que hacía que esos tanques inferiores consiguiesen bastantes éxitos.

A cambio, el Tiger I tenía un problema muy serio: era un vehículo carísimo de producir. Se fabricaron muy pocos (unos 1.500, más unos 600 Tiger II), lo que es una cantidad ridícula comparada con casi cualquier otro tanque.

En resumen: un buen vehículo, pero no el mejor tanque de la guerra.

Saludos