Publicado: Lun Feb 07, 2011 6:12 pm
por Kurt_Steiner
Dotación y montaje

Sobre una línea férrea tendida especialmente, el 80-cm K (E) avanzó despacio hasta Crimea, mientras, con gran anticipación, un pequeño ejército de obreros comenzó a preparar su emplazamiento en Bakchisaray, una pequeña localidad cercana a Sebastopol. Simultáneamente, una brigada de 1.500 hombres, encuadrados en una unidad de ingenieros, excavaron una montaña hasta construir un emplazamiento ferroviario de doble vía, protegido por una amplia trinchera, cuyos flancos fueron elevados para ocultar completamente el cañón. Sobre las rampas de acceso, unidades de ferrocarriles procedieron a la adaptación y refuerzo del tendido en los tramos en que se temía que el firme cediera ante el peso del “Schwere Gustav”. Los trabajos fueron de tal magnitud que la zona inmediata a la curva de tiro parecía un enlace ferroviario de casi 1,2 km de longitud, ya que las 25 cargas separadas que formaban el cañón y su montaje había de ser ensambladas y empujadas a su posición correcta. Más atrás se encontraban las zonas de alojamiento, donde los hombres de la dotación habrían de vivir y prepararse para su tarea.

La mano de obra que participó en el ensamblaje del “Schwere Gustav” fue ingente. Cada 80-cm K (E) disponía de un destacamento de no menos de 1.400 hombres, al mando de un coronel, con su plana mayor y su propio cuartel general; los servidores propiamente dichos eran unos 500, la mayoría ocupados en el complicado mantenimiento de la munición y su manejo. Durante la acción, estos 500 hombres permanecían con la pieza, pero el resto de la dotación se encuadraba en distintas unidades, incluida una de inteligencia que determinaba qué blancos debían batirse. Un número de tropas bastante elevado se ocupaba en los dos batallones de defensa antiaérea que siempre acompañaban al cañón durante sus desplazamientos y que también ayudaban al montaje de la pieza una vez en posición. Después vigilaban el cielo a la espera de incursiones aéreas. Dos compañías de guardias patrullaban constantemente el perímetro de emplazamiento (en una ocasión, una de ellas era rumana) y siempre se contaba con la asistencia de un pequeño grupo de civiles, técnicos de la Krupp, que supervisaban algunos aspectos de la monstruosa carga y aconsejaban a los soldados. Tropas de ferrocarriles y el usual personal administrativo completaban la dotación.

Incluso contando con este pequeño ejército, se tardaba entre tres y seis semanas en proceder al ensamblaje del cañón, utilizando dos grúas de 110 t que había sido especialmente diseñadas para tal tarea. La simple operación de colocar la carga de los distintos subconjuntos en su lugar exacto era una obra maestra de planificación ferroviaria, pero, a pesar de todo, a principios de junio de 1942 el “Schwere Gustav” estuvo listo junto con el resto del tren de asedio, y las municiones quedaron situadas en sus polvorines. El fuego se inició el 5 de junio de 1942. La del “Schwere Gustav” era sólo una voz más en el mayor concierto artillero de todos los tiempos. Cuando Sebastopol cayó en manos de los alemanes a principio de julio, se calculó que habían caído sobre el puerto unos 562.944 proyectiles de artillería, la mayoría procedentes de las piezas de grueso calibre y los obuses de sitio, y en ese total no se incluyen ni las ruidosas tormentas de cohetes ni los proyectiles provenientes de los cañones de apoyo de infantería. Cómo lograron sobrevivir los habitantes de la ciudad es algo que puede explicarse fácilmente: se ocultaron en refugios subterráneos. La ciudad supo que el bombardeo comenzaría no sólo por los avisos de las autoridades, sino también por las constantes amenazas radiofónicas y la variada propaganda de los daños que iban a causar. De modo que, cuando los bombardeos comenzaron, los habitantes de la población se habían construido refugios subterráneos y allí permanecieron durante semanas. Muchos sobrevivieron.