Publicado: Dom Sep 06, 2015 2:18 am
por Aldo
grognard escribió:
Richard Hiedrich escribió:Ya comenté en un post anterior (viewtopic.php?f=28&t=705&p=53095) que Curzio Malaparte fue testigo del uso de los animales durante al avance alemán.

He encontrado el texto en cuestión:

"[i]Un buen día los alemanes empezaron dar caza a los perros. Al principio creí que podía haberse declarado algún caso de rabia y que por eso el general Von Schobert había ordenado exterminar a los perros. Más tarde me di cuenta de que el motivo tenía que ser otro. Nada más entrar en los pueblos, antes incluso de la caza de los judíos, empezaba la caza de los perros. Grupos de SS y de Panzerschützen corrían por las calles disparando sus fusiles ametralladores y lanzando granadas de mano contra esos pobres perros mestizos de pelaje amarillento, ojos rojos y brillantes y patas torcidas, los hacían salir de los huertos y setos y los perseguían ferozmente por los campos. Los pobres animales huían a los bosques, se escondían en las zanjas y los fosos, tras las empalizadas de los huertos o corrían a buscar refugio en las casas, agazapándose en los rincones, debajo de los jergones de los campesinos, tras la estufa o bajo los bancos. Los soldados alemanes entraban en las casas, los hacían salir de sus escondites y los sacrificaban a culatazos con el fusil.

A la hora de cazar, los más feroces eran los pilotos de los tanques, los Panzerschützen. Parecía que se la tuvieran jurada a esas pobres bestias. «Pero ¿por qué?», les preguntaba yo a los Panzerschützen. «Pregúnteselo a los perros», contestaban lacónicos los Panzerschützen, y fruncían el ceño y me daban la espalda.



No deja de resultar curioso el hecho de que Hitler permitiese el sacrificio indiscriminado de canes, teniendo en cuenta, salvo opinión en contrario, que aquel amaba a los perros, (no estoy muy seguro pero me parece que está señalado en el segundo número ("Hitler aplasta Polonia"), de la colección sobre la segunda guerra mundial editada por el diario El Mundo), donde en el apartado correspondiente a su semblanza se indica que cuando él luchó en la Gran Guerra más lo conmovió, hasta el punto que se puso a llorar como un niño, la muerte del perro que el encontró, que la caída de un compañero de armas, por lo que lo más lógico sería deducir que en este caso concreto haya prevalecido su gran deseo de ganar la guerra a toda costa, por sobre el "sacrificio" de los canes; ahora bien, también cabe la posibilidad de que el general Von Schobert haya dado la orden de motu propio y que Hitler no estuviera ni siquiera enterado de las extravagancias militares de sus hombres, lo que a mi entender resultaría más difícil de creer o no?
Saludos