Publicado: Sab Nov 10, 2007 7:47 pm
por Juan Manoel
Paracaidistas Franceses (parte 07) :


c3) Los Paracaidistas Franceses SAS en Francia (parte 03) :



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Puesto de radio de los paracaidistas franceses en Bretaña.



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Jeep de los paracaidistas franceses en Bretaña.



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Primera ceremonia frente a la bandera francesa en la villa incendiada de Saint Marcel, después de su liberación.



Después de dos meses de combate en Bretaña, y terminada la misión, el 2° RCP habrá deberá lamentar, de los casi 500 hombres empleados, a 77 muertos, a veces fusilados después de ser torturados, y a 197 heridos.

En agosto de 1944, el 3° RCP, no había sido lanzado en Francia.

Entre el 4 y 5 de agosto, en Finistére son lanzadas en paracaídas, las patrullas del capitán Sicaud, la 2ª Compañía del 3° RCP, entre las que se cuentan las del teniente Duno, del teniente Rosset, del teniente Puydupin, del teniente Gourkow, del teniente Quelen, del teniente Anspach y del teniente Thomé, para ayudar a los hombres de Bourgouin.

Del teniente Thomé y su patrulla, se conocen dos historias muy singulares, en su lanzamiento en Finistére, en Bretaña.

En esa época, la 2° División Paracaidista Alemana, estaba alejándose de Arromanches hacia el oeste, y al no poder ir a ninguna parte, caía en emboscada tras emboscada. Casi se puede decir que la división fue fraccionada en pequeños grupos, que andaban dispersos por los bosques de Bretaña. Algunos inclusive sólo esperaban la llegada de los aliados para rendirse, debido al terror que se le tenía a los partizanos.

La patrulla cayó aproximadamente a 10 kilómetros de la DZ prevista, cerca de Doulas, y estos paracaidistas tienen la ocasión de experimentar una de las más grandes emociones de sus vidas.

En el intervalo de dos acciones, la patrulla se esconde en una granja cerca de Saint Urbain. Ese domingo 6 de agosto, Thomé decide ir solo a un reconocimiento de un depósito de municiones que le ha indicado la Resistencia no lejos de ahí. Revisa el depósito, y se da cuenta que una operación contra él es imposible para sus comandos.

En el camino de vuelta, escucha una voz con acento alemán, que lo llama, de detrás de un árbol. Al darse vuelta ve un oficial alemán armado, que le dice que quiere rendirse. El teniente lo desarma e intenta llevarlo con él. Pero el alemán le indica que hay un problema, en este minuto hay cien paracaidistas del regimiento escogido que los observan por binoculares, y como han visto que Thomé es paracaidista como ellos han decidido rendirse a él. En ese minuto Thomé se da cuenta de la situación, ha estado paseándose sólo frente a cien paracaidistas alemanes, por lo que comienza a vacilar, tiene que organizar algo, trata de dilatar la acción, está ante cien paracaidistas, y él es uno sólo. El alemán le indica que quieren rendirse enseguida, que si se niega son capaces de destriparlo, le indica que se nota que no los conoce, e insiste, son solados, verdaderos soldados. Además le dice que no entiende su desconfianza, ya que los alemanes han tenido cien veces la ocasión de matarlo mientras él se paseaba en sus narices.

Thomé negocia, y traza un itinerario seguro, en caso de que algo salga mal, y sin embargo se produce lo increíble, quince minutos después, por un sendero, aparece una compañía de paracaidista alemanes, respetando las consignas transmitidas por el oficial. Le indica al oficial el camino a seguir para que se dirijan a su "base" en la granja de Saint Urbain. El oficial traduce, y los disciplinados fallschirmjager obedecen a ciegas.

El francés los observa, no tienen aspecto de una tropa acosada o agotada, todavía menos de una unidad derrotada. Han conservado su buen aspecto hasta el final y sólo dejaron de pelear porque les parecía inútil. En Normandía han luchado bien, pero ya no podían combatir en otra parte, por lo que se pararon, era normal.

Thomé llega con los alemanes a la granja una hora más tarde. Pero aquí está el problema, que pasará cuando los alemanes se den cuenta de que la "unidad aliada" a la que se rendían, constaba de un oficial, un suboficial y ocho paracaidistas. Entonces Thomé comienza a llamar a sus hombres por su nombre, y le añade grados postizos : donde hay muchos oficiales, hay muchos hombres.

Klein, grita Thomé, sargento Klein, grita nuevamente. Nadie contesta, la patrulla se disponía a cenar, y el centinela no se ha percatado de nada. Grita nuevamente, pensando que quizás la patrulla ha salido en su búsqueda.

En ese instante sale el sargento, seguido del cabo Clément. Al ver a su jefe seguido de la centena de paracaidistas alemanes, el sargento queda petrificado. No dice nada. El cabo Clément impávido sólo tiende a llamar al resto del grupo diciéndoles : vengan, son paracaidistas alemanes, vengan son compañeros.

Lo anterior que puede aparecer un poco estúpido para esa época en plena Segunda Guerra Mundial, pero años después en las guerras de Indochina y Argelia, será algo más que latente, y quedará demostrado que en los paracaidistas del Ejército Francés, los paracaidistas franceses y los paracaidistas alemanes serán compañeros de verdad.

Al día siguiente cuatro los hombres de Thomé llevarán a los fallschirmjager hasta las líneas aliadas.

Dos días después Thomé ha capturado un automóvil Mercedes modelo 540k, y decide probarlo. Como pista elige una posición de la carretera que va en línea recta hasta Landerneau. El sargento Klein demuestra su desacuerdo indicando que en el pueblo hay por lo menos dos compañías de SS. Pero Thomé insiste que no entrarán al pueblo, ya que hay una curva antes de él (según indicaban los planos), y ese será el límite de su prueba.

Los tres paracaidistas montan el vehículo, y ponen en él una caja de granadas "gammon", esas granadas inglesas rellenas de plástico. Pero acá empieza lo bueno, lo que no saben los paracaidistas es que los alemanes han reconstruido la carretera, y que la curva en cuestión no existe.

Cuando Thomé, conduciendo el Mercedes, a 150 km./hr., se da cuenta que han llegado demasiado lejos, ya no puede dar media vuelta, está en el pueblo mismo.

Klein indica que es necesario retirarse, pero Thomé le señala como una sección de SS ha bloqueado las salidas.

Thomé acelera más aún, desembocando en la plaza, en donde la una sección de retaguardia de los SS se dispone a subir a unos camiones.

Klein y el otro paracaidista comienzan a lanzar granada a los camiones y a los grupos de hombres, es una matanza. Thomé conduce con una mano, dando vueltas a la plaza a gran velocidad, mientras con la otra lanza las granadas que le entrega el paracaidista Guichard.

Al final, aparte de unos afortunados que han conseguido huir de Landernau en un camión que han tomado al paso, todos los SS han sido puestos fuera de combate.

Con la respiración entrecortada los paracaidistas paran y horrorizados contemplan el espectáculo. No queda ni un SS en pie. Algunos, heridos, se quejan, los otros están muertos. Y de improviso frente a ellos, se abre una puerta, y aparece un hombre que se da a conocer como el secretario del Alcalde, y les dice que en su nombre y en el de toda la población de Landerneau, grita : ¡Bienvenidos nuestros libertadores!

Se precipita a los brazos de Thomé y lo estrecha noblemente, en un abrazo patriótico. En un segundo se abren todas las ventanas y la muchedumbre repite el grito lanzado por las "autoridades". El Mercedes queda cubierto de flores y Guichard sucumbe bajo los besos de las muchachas.

Thomé recibió por esta hazaña la Cruz de Caballero de la Legión de Honor. En la citación firmada por el general de Gaulle, se hablaba de una compañía. El general nunca supo que la "compañía" en cuestión se componía de un oficial, un segunda clase y un sargento.

Las operaciones de la 2ª Compañía del 3° RCP terminarán con 4 paracaidistas muertos y tres heridos. Todos los objetivos fijados se cumplieron. El balance está de una centena de enemigos muertos, más doscientos prisioneros, la destrucción de dos carros de combate y de numerosos vehículos, la captura de una unidad de DCA con sus piezas y proyectores incluidos, la destrucción de redes de telefonía, etc. Cinco ciudades son liberadas por el SAS : Lesneven, Folgoet, Landerneau, Carantec y Plabennec. La operación se acaba con reconocimientosen el sector de Lorient. Después, la 2ª Compañía se reagrupa en Vannes antes de ser embarcada en Arromanches. Recién llegada a Inglaterra es puesta en alerta para una nueva operación: "Abel" en Franche-Comté y Doubs, donde será lanzada en paracaídas de nuevo algunas semanas después para una misión de enlace y reconocimiento.



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Liberación de Carantec. Se observa a los paracaidistas tomando prisioneros.



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Embarco del 2ª Compañía del 3° RCP en Arromanches.



El 15 de agosto de 1944, otro desembarco es Programado al sur de Francia. Se efectuará El 15 de agosto de 1944 en la región de Cavalaire en Provenza, y ahí se presenta una gran oportunidad para el 3° RCP.

El 6 de agosto, algunos de los hombres de 3° RCP (alrededor de 200) al mando del comandante Chateu-Jobert son lanzados en paracaídas en varios puntos de Francia. Esto principalmente será en Vendée con la patrulla del capitán Fournier, en Vienne con la patrulla del capitán Simón, venidas para relevar a los supervivientes de 1° SAS Británico que lanzado en paracaídas en la región, tuvo 40 muertos, de los cuales 33 fueron fusilados, en Corrèze con las patrullas del capitán Vauthier, en Creuse con la patrulla del teniente Hubler, y en Lyonnais con la patrulla del teniente Hourst. La misión no es específica, sólo desorganizar la retaguardia enemiga, de provocar inseguridad, para bloquear al máximo de efectivos enemigos. Anclarse a lo largo de las Carreteras Nacionales 6 y 7, con el fin de atacar allí los convoyes destinados a la defensa enemiga en el sur de Francia

La potencia de fuego de las patrullas ya dotadas de bazucas, todavía va a ser duplicada por la llegada por tierra de jeeps armados, como los del desierto. Habían habido dificultades para enviarlos al SAS en operación, su lanzamiento en paracaídas había sido desastroso, además, el avance aliado en Francia era bastante rápido, por lo que se decide que se realice un raid muy audaz para llegar a reunirse en Saône et Loire, con los SAS, que habían sido largados en paracaídas, y que ya estaban en acción, para reforzarlos.



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Abastecimiento por aire a los elementos de la Brigada SAS en Francia.



El 7 de agosto el resto 3° empieza a llegar a Francia. Tal como he indicado antes su misión, no es ninguna específica, sólo se les pide atacar a todas las unidades alemanas, que puedan y, que se encuentren más allá del Loira.


Fuente de esta séptima parte :

Los Paras ( Erwan Bergot )

Fuente en línea :

http://tdm.vo.qc.ca/para/para010.htm

http://www.france-libre.net

http://souvenirsas.ifrance.com/index.htm


Continuará.......