Publicado: Lun Ene 19, 2015 11:46 pm
por ratonerly
Hola a todos, vuelvo sobre un tema que había dejado abandonado.

Stalingrado: La academia
Los combates en Stalingrado fueron notables por su escala y por su variedad. Los oponentes tuvieron que pelear por edificaciones de todos los tipos, tamaños y formas, con materiales de toda clase que se degradaron o desfragmentaron de diferente modo para crear diferentes paisajes del campo de batalla:



Las tácticas soviéticas al inicio distaban mucho de ser sofisticadas. Las nuevas formaciones se enviaban a través del Volga, soportando los ataques aereos o de artillería, con poco armamento moderno y escasa instrucción táctica. Algunas unidades entraron en combate portando solo un rifle cada dos hombres. La postura soviética era gobernada por la Orden 227 (“Ni un paso atrás”) de la Stavka y firmada por Stalin, que manifestaba que los que “entraban en pánico” y los “cobardes” debían ser eliminados en el acto, mientras que los oficiales que ordenaran retiradas no autorizadas se considerarían como “traidores a la Patria”.

La orden de Chiukov nro 166
Los métodos soviéticos fueron mejorando a medida que la batalla avanzaba. Un hito en este avance fue la orden número 166 del general Chiukov del 62 Ejército a finales de septiembre. En ella se concluye, gracias al aporte de los comandantes subalternos, que las operaciones no deberían llevarse a cabo con unidades completas a nivel de batallones o compañías. Las ofensivas deberían organizarse principalmente sobre la base de pequeños grupos armados con subametralladoras, granadas, botellas con contenido inflamable y rifles anti-tanque. La artillería del batallón o del regimiento debía ser utilizada para apoyar a los grupos atacantes haciendo blanco en ventanas, troneras, áticos y sótanos. Esto significaba que una pequeña porción de cada batallón se comprometía en la ofensiva mientras el resto de la tropa quedaba en defensa.
Los grupos de ataque comenzaban sus operaciones de noche, así las tropas podrían acercarse lo más posible antes de atacar en terreno abierto. La aproximación furtiva debía llevarlos hasta unos 25 metros del objetivo. Estos grupos de asalto se componían de: un pelotón de ataque, un grupo de refuerzo y otro grupo de reserva. La fuerza y composición de estos grupos dependía de la tarea a realizar y la información obtenida mediante reconocimientos previos. La inteligencia previa que debía reunir el comandante del asalto consistía en
    - El tipo de edificio que había de ser atacado.
    - Debilidades en paredes y pisos.
    - La presencia de bodegas, sótanos o altillos.
    - Entradas y salidas.
    - Tipo de fortificación y troneras.
    - Enlaces de comunicaciones de los defensores con otras fuerzas de apoyo
    - Otros puntos enemigos que podían ofrecer apoyo de fuego sobre el objetivo.
Con esta información era posible determinar la fuerza del defensor y sus campos de tiro, la fuerza de ataque necesaria y la dirección del ataque principal.

Un típico ejemplo de estos grupos de asalto es la utilizada por la 13 División de Guardias en sus ataques a la “casa en forma de L” (La Casa de los Profesionales de la Construcción), se trataba de un edificio bien fortificado de seis plantas, que proporcionan una buena zona de fuego sobre un sector importante del Volga.
El grupo de asalto consistía en los pelotones de asalto con 6 u 8 hombres cada uno. Ellos serían los encargados de entrar rápidamente en el edificio y luchar en forma independiente una vez dentro. Cada pelotón tenía una misión diferente y estaban armados con SMGs, granadas, un cuchillo y una pala (usualmente usada como hacha). Los grupos estaban bajo un comandante que disponía de señales y, a veces de una radio.
El grupo de refuerzo normalmente se dividía en diferentes facciones que debían ingresar en la construcción inmediatamente después del grupo de asalto. Luego de ingresar en la edificación y establecer las posiciones de tiro, desplegaban su propio fuego ante posibles incursiones enemigas para prestar asistencia a guarnición asediada. Este grupo estaba más fuertemente armado, contando con ametralladoras pesadas, morteros, armas anti-tanque. También confluían zapadores, francotiradores, etc.
El grupo de reserva era utilizado para reforzar al grupo de asalto, para bloquear ataques enemigos sobre los flancos. También podría ser utilizado para armar nuevos grupos de asalto dependiendo las circunstancias.

La experiencia sugería armar los grupos de una misma unidad para darle cohesión y flexibilidad. El punto de partida debía situarse los más próximo posible al enemigo, lo que significaba un duelo constante con la infantería enemiga y, además, tenía el beneficio de negar el uso de armas anti-aéreas que daban los alemanes para soporte de la infantería. Muchas veces el punto de partida lo determinaba el alcance del lanzamiento de las granadas. Esta se convertiría en la “regla de la granada de mano” citada por Chuikov y una máxima táctica en Stalingrado era “No moverse sin tirar una granada y no avanzar en un solo movimiento más allá del alcance de tu granada”.

Una vez dentro de los edificios se limpiaba habitación por habitación, se lanzaba una granada y se entraba luego de la explosión tan rápido como fuera posible. La rapidez y la sorpresa eran cruciales para el éxito. En algunas circunstancias, como en el asalto para tomar la Casa de los Trabajadores Ferroviarios, los grupos de asalto avanzaron casi sobre el fin del fuego de cobertura de la artillería y de las ametralladoras. En el asalto a la casa en forma de L no hubo preparación de artillería, para mantener la sorpresa. Otra opción más elaborada era utilizar a los zapadores para hacer un túnel por debajo de la posición enemiga y minar la posición.

Los grupos de refuerzos, se adaptaban a las circunstancias, pero la típica secuencia consistía en:
    1. Los artilleros con sus ametralladoras, rifles anti-tanque y morteros entraban en el edificio, seguidos por sus asistentes con munición y raciones para un día de combate.
    2. Una vez en el edificios, se trataba de ocupar rápidamente los pisos medios y superiores, para bloquear a los refuerzos enemigos.
    3. Después de ocupar y equipar los principales puestos, se organizaban los puestos secundarios para proteger el frente y los flancos de la construcción.
    4. Finalmente, se construían las trincheras de comunicaciones, se readecuaban las fortificaciones y se construían nuevas

Estos métodos son muy similares a los esbozados por los alemanes en 1939 e incluso a las tácticas de asalto a trincheras y fuertes que pueden observarse allá por 1916.

Las directivas soviéticas se complementaban con la orden número 171 del 28 de septiembre de 1942, que especificaba las medidas defensivas, incluyendo la preparación en profundidad de elementos anti-tanque y anti-personales.

Chuikov explicó que la base de la defensa consistía en el “Centro de Resistencia”, que incluía varios puntos fuertes. Las estructuras se unían mediante trincheras y los espacios entre ellas se barrían por el fuego y se bloqueaban con obstáculos. Los fuertes se ocupaban con unidades desde pelotones hasta batallones que debían adaptarse para afrontar varios días de batalla en forma independiente.

Los diferentes niveles de los edificios eran ocupados por la infantería, los sótanos, el nivel del suelo y los pisos bajos eran apropiados para los cañones anti-tanque y las HMGs. Los pisos altos se utilizaba para los observadores, rifles AT y LMG. Ambos bandos hicieron amplio uso de las trampas caza-bobos y de minas anti-personales.

A medida que avanzada la batalla había más tanques disponibles y aquellos que eran eliminados raramente se reparaban, pero a veces se utilizaban como fortines para emboscadas.

Muchos edificios de la ciudad tomaron importancia táctica, por mencionar algunos, las fábricas Octubre Rojo y Barrikady (viewtopic.php?f=23&t=7960), los Almacenes Univermag (viewtopic.php?f=23&t=605), el Silo de Granos (viewtopic.php?f=23&t=2232), la casa Pavlov (viewtopic.php?f=23&t=801).

Los francotiradores fueron objeto de la propaganda, pero hicieron una significativa contribución en términos de minar la moral enemiga y limitar su movilidad. Inteligencia, cuidado, capacidad para operar furtivamente eran rasgos distintivos del francotirador urbano. Con distancias de disparo generalmente cortas, éstas eran de mayor importancia que la puntería. Se hicieron uso de tácticas como múltiples posiciones de tiro, figuras como señuelos, desplazamientos nocturnos y escondites inusuales perfectamente camufladas.

Referencias
“WWII Street-fighting Tactics” de Stephen Bull

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