Publicado: Lun Jul 20, 2020 7:11 pm
por Kurt_Steiner
A las 0050 del 10 de diciembre Palliser informa a Phillips que los japoneses han desembarco en Kuantan, en la costa oriental de Malasia, a medio camino entre Singapur y Kota Bharu; Phillips se puso en camino pero sin informar de sus intenciones a Palliser, porque eso hubiera revelado su posición, y a Palliser no se le ocurrió enviar a los cazas Buffalo de Sembawang hacia Kuantan. Sólo cuando el Repulse envió un mensaje de socorro una hora después de que comenzaran los ataques despegaron los aviones de la RAF.

A las 0515 se divisaron diversos objetos en el horizonte, que resultaron ser barcazas remolcadas por pesqueros. A las 0630, el Repulse informó haber avistado que les estaban siguiendo aviones. A las 0718 el Prince of Wales catapultó un avión de reconocimiento Supermarine Walrus; voló a Kuantan, no vio nada y voló a Singapur. Se envió al destructor Express a explorar la zona, sin encontrar nada. El almirante británico ignoraba que una gran fuerza de bombarderos les estaban buscando, pero como no esperaban su desvío a Kuantan, les buscaban mucho más al sur. Hacia las 10:00, el Tenedos, destacado de la fuerza principal el día anterior y navegando a unos 140 milas al SE de la Fuerza Z, informó que estaba siendo atacado por aviones enemigos. Eran 9 bombarderos medios bimotores Mitsubishi G3M 'Nell' del Cuerpo Aéereo Genzan, cada uno armado con una bomba perforante de 500 kgs. Confundieron al destructor con un acorazado y le atacaron, malgastando sus bombas sin alcanzarlo. A las 1015 un avión de reconocimiento pilotado por el alférez Masato Hoashi divisó a la Fuerza Z y avisó de ello.

Los restantes aviones nipones atacaron a la fuera enemiga en retirada. Tras volar a lo largo de un amplio frente en busca del enemigo, llegaron en pequeños grupos y escasos de combustible, por lo que atacaron según llegaban sin esperar a formar una fuerza mayor y coordinar su ataque. La primera oleada (8 Nell del grupo Mihoro) atacaron a las 1113, centrándose en el Repulse. Además de siete bombas que explotaron muy cerca, lograron alcanzar al barco con una de 250 kg, que penetró el hangar y la cubierta superior, explotando en el comedor de los marines, sin causar daños graves. El Repulse continuó navegando a 25 nudos. Cinco bombarderos fueron dañados por el fuego AA y dos tuvieron que regresara su base.

a las 1140 atacaron 17 torpederos Nell (del grupo Genzan). Ocho fueron a por el Repulse y el resto a por el Prince of Wales. Un Nell fue derribado y tres daños por el fuego AA del Prince of Wales. Dos torpedos alcanzaron al buque en la popa. El acorazado perdió velocidad, desviándose de su rumbo, y poco después comenzó a escorar peligrosamente, Aquel primer impacto le había herido en su talón de Aquiles, la popa, provocando graves daños.

La explosión bloqueó el árbol de la hélice externa de babor; bajo la acción de su formidable potencia de impulso, el árbol se dobló y abrió en el flanco de la nave un amplio boquete, por el cual empezó a entrar agua en gran cantidad. Mientras la sala de máquinas se inundaba rápidamente, los técnicos hicieron todo lo posible para dominar la situación; pero pronto descubrieron que la explosión no solo había inutilizado los mecanismos de mando y de transmisión, sino también las instalaciones de radio, el radar e incluso los generadores de algunos cañones antiaéreos pesados. Su velocidad bajó a 16 nudos mientras el barco se escoraba 11.5 grados a babor, con lo que los cañones AA de esa banda quedaron fueron de combate. También faltaba potencia eléctrica tanto para las torretas AA como para las bombas de agua. La entrada de agua pronto redujo la velocidad a 15 nudos y la falta de electricidad lo dejó casi fuera de control.

Desde el HMS repulse, Tennant, observando al buque insignia, vio izar en su mastelero la señal de "perdido gobierno"; pero no tuvo tiempo de intentar el menor socorro, por cuando al mediodía su buque era atacado de nuevo. Mientras hacía lo que podía por reducir al enemigo, tratando de poner en práctica todas las enseñanzas adquiridas para conseguir un fuego antiaéreo mas eficaz que el anterior, la tripulación del HMS Repulse, ya al límite de sus fuerzas, se preguntaba que nuevo desastre caería sobre ellos. Las bombas empezaron a caer en racimos, cada vez mas nutridos, pero milagrosamente ninguna de ellas dio en el blanco.

Todas cayeron al mar, a pocos metros del buque, y al hacer explosión levantaban enormes columnas de agua que inundaban la cubierta y calaban hasta los huesos a los hombres que servían a los cañones. Luego, a toda velocidad, se vieron llegar a los torpedos, marcando su recta trayectoria. En cuanto a Tennant, desde el puente, pudo distinguir sus estelas, hizo virar al buque a fin de darles la popa, ordenando con fría calma: "Treinta grados a babor. Treinta grados a estribor. De nuevo treinta a babor". A medida que los hombres obedecían sus órdenes, el pesado buque se balanceaba y se inclinaba, haciendo perder el equilibrio a los marineros; luego se enderezó de nuevo para volver a inclinarse, sorteando de este modo los torpedos como si fueran una ligera canoa deportiva.

A las 12:14 los aviones japoneses habían soltado toda su carga y Tennant pudo comunicar a Phillips, por medio de señales ópticas: "Gracias a dios, hasta este momento hemos podido esquivar 19 torpedos". La maniobra efectuada por el HMS Repulse para evitar los torpedos llevó al navío a una posición muy al sur del HMS Prince of Wales; pero a penas se dio cuenta Tannant de que el buque insignia estaba todavía en peligro, cambió el rumbo y se le acercó a velocidad moderada, para intentar prestarle alguna ayuda. También tomó la iniciativa de ponerse en contacto con Singapur a fin de avisar por primera vez, que la Fuerza Z estaba siendo atacada. Pero, casi en seguida, a gran altura en el cielo, aparecieron nuevas formaciones de bombarderos y, esta ves, ambos buques sufrieron un ataque preciso y contundente. Los atacantes lograron alcanzar cuatro veces al HMS Prince of Wales con sus torpedos; uno de ellos dio nuevamente a popa, esta vez a babor, alcanzándolo en ambos costados, al buque pareció enderezarse de sus anteriores inclinaciones, balanceándose por la nueva masa de agua que fluía al interior del buque. Sin embargo, ahora el buque se inclinaba hacia popa de manera mas profunda y visible.

También el HMS Repulse fue torpedeado otra vez, y como los proyectiles procedían ahora de diversas direcciones, el Capitán Tennant, intentó evitar una serie de ellos, no pudo otra cosa que presentar a otra serie el flanco del buque en toda su longitud. Un torpedo hizo blanco en un punto situado a unos 29 metros hacia la popa del puente de mando; y a este siguieron otros, tres a la izquierda y uno a la derecha. El HMS Repulse empezó a escorarse y Tennant, que conocía a fondo su buque, se dio cuenta enseguida que no podía sobrevivir a los siguientes impactos y ordenó sin vacilación: "Preparen los chalecos salvavidas".

Y después: "Todos los hombres al puente. Prepárense a abandonar el buque". Inmediatamente los hombres empezaron a abandonar la cubierta inferior para reunirse, en la superior a toda prisa pero en buen orden. Los que habían sido heridos en el transcurso del primer ataque fueron transportados desde la enfermería por sus compañeros. Después llegó la orden definitiva: "Abandonen el buque". Entonces los marineros empezaron a lanzarse al mar: unos arrojándose desde la cubierta; otros dejándose deslizar a lo largo del costado, ahora ya muy inclinado. Durante toda la operación no se faltó en ningún momento a la disciplina.