Publicado: Mar Dic 12, 2006 5:02 pm
por Domper
Discrepo con tus opiniones. Me explico:

1. Desembarco en Europa en 1943. Stalin podría pensar lo que quisiese, pero era la receta para el desastre, para los aliados y para Stalin. Me explico:

- Había pasado la época adecuada del año. La costa atlántica francesa tiene un tiempo algo peor que el Mediterráneo. Además, como habría que trasladar las unidades situadas en Africa (o Sicilia) no se podría atacar hasta Octubre o Noviembre.

- Aunque las fortificaciones alemanas estaban muy incompletas, eran más que suficientes en los puertos (como se había probado en Dieppe, Tobruk o Argel). Tomar un puerto era casi imposible. Había que desembarcar en playas abiertas que ni siquiera se habían reconocido suficientemente.

- Vichy ya no existía salvo en as formas. La zona sur de Francia había sido ocupada en Noviembre de 1942 tras Torch.

- Se carecía de buques de asalto suficientes. Un asalto en Otoño de 1943 hubiera sido efectuado (a lo sumo) por tres o cuatro divisiones de infantería y por una aerotransportada, no por las nueve (6 + 3) de Junio del 44.

- No se tenía superioridad ni material ni, sobre todo, aérea. La Luftwaffe seguía siendo bastante potente en 1943 y hubiese interferido con el desembarco. El masivo apoyo aéreo del verano del 44 hubiese sido imposible en invierno del 43.

- No se había dañado la capacidad de movimiento alemana. Las vías férreas, etc., estaban intactas, luego los alemanes podrían concentrar en la zona varias divisiones en menos de una semana.

Un ataque en Francia en esa época significaba un desastre seguro. A lo más que se podía soñar era a conseguir una pequeña cabeza de playa (como la península del Cotentin con Cherburgo) y a atrincherarse en ella, para luego en primavera intentar romper las muy fortalecidas líneas germanas. Y las probabilidades de un desastre no eran pequeñas: sólo hay que recordar como en Salerno o en Anzio se estuvo muy cerca de ser derrotados. En Francia el desembarco supondría una mayor amenaza, luego la respuesta sería mucho peor. Un contraataque de cuatro divisiones Panzer a los cinco días del asalto ¿se podría contener? Y un desastre significaba retrasar un nuevo desembarco uno o dos años: habría que reponer los buques anfibios, las pérdidas (e Inglaterra ya no tenía reservas), etcétera. Sin contar que un desastre de este tipo podía llevar a la caída del gobierno de Churchill, y una vuelta de Inglaterra a la típica estrategia periférica (ahora una islita en el Dodecaneso, luego una incursión en Córcega, luego la isla de Jersey) poco arriesgada pero lentísima.

De rebote, esa operación hubiese significado un desastre para Stalin. Este hubiese podido avanzar en Ucrania durante el otoño del 43. Pero en invierno se enfrentaría de nuevo a los alemanes, pero esta vez aliviados (durante unos meses) tras haber derrotado estrepitosamente a los aliados. Sin la capacidad industrial alemana dañada (los bombarderos hubiesen tenido que apoyar al ejército), sin una amenaza inminente… Imagina la ofensiva de verano en Bielorrusia si tenía que enfrentarse a 15 ó 20 divisiones de primera línea que no tendrían que estar estacionadas en Francia ni en Italia.

2. Balcanes. Vuelve el sueño churchiliano. Por favor, mira el mapa:

- Un desembarco en los Balcanes es imposible sin tomar el sur de Italia. Salvo que se haga en la enrevesada costa griega.

- La costa de los Balcanes (Dalmacia, Albania y Grecia) está compuesta por una gran cadena montañosa, que habría que atravesar de alguna forma, antes de salir a las llanuras.

- Las dificultades logísticas (para los aliados) eran mucho mayores que en Francia: muchas más millas, y bordeando la costa sur italiana (en manos del Eje). O rodeando Egipto.

- Los alemanes tenían menos dificultades para mover tropas a los Balcanes (sobre todo en 1943) que a Francia. Y podían ceder terreno sin correr excesivos riesgos: ni Belgrado ni Sofía eran esenciales para Alemania.

- Los mismos alemanes dedicaron pocos esfuerzos a fortificar los Balcanes. Sabían que no era el "vientre blando de Europa" sino una ratonera.

3. Las demandas de Stalin:

Stalin era un asesino despiadado, pero por lo general sabía muy bien lo que hacía. Conocía perfectamente que los aliados no tenían medios para desembarcar en Francia sin correr el riesgo de sufrir un desastre. Aparte de eso, en el Sur de Europa tenía grandes intereses (vía los partidos comunistas autóctonos) y no le gustaba ver rondar a los aliados por ahí. Para él lo mejor es que se quedasen en Francia, y luego pillar lo que se pudiese. Aparte, desde Stalingrado sabía que no iba a ser derrotado (otra cosa que consiguiese vencer).

Con las continuas demandas del "Segundo frente" podía buscar muchos fines, unos más maquiavélicos que otros, pero todos probables:

- Hacerse la víctima, para conseguir más y mejores entregas con el Lend Lease. Se suele olvidar que este fue vital para la URSS: los pilotos rusos pilotaban aviones norteamericanos (hicieron un 30% de las misiones), o aviones rusos construidos con aluminio norteamericano (la mayor parte de los minerales estratégicos eran de ese origen) propulsados por gasolina norteamericana (más de un 30% de la gasolina de alto octanaje era yanqui), tras comer alimentos norteamericanos.

- Apartar a los aliados de los Balcanes y de Grecia, como ya he dicho.

- Azuzar a los aliados occidentales contra Hitler, esperando que ambos quedasen debilitados. Una gran derrota de Inglaterra y Norteamérica podía ser mala militarmente para la URSS, pero políticamente era lo mejor que podía ocurrir. No es lo mismo acabar la guerra en 1945 en el Elba que en 1946 en París.

De Stalin sólo pienso lo peor. Por ejemplo, hubo un modelo de avión fabricado sobre todo por demandas risas: el P-63 Kingcobra. Esta caza (uno de los mejores aviones de asalto diseñados) fue enviado preferentemente a la URSS, y la USAAF sólo empezaría a recibirlo a finales de 1945. Pues bien, Stalin almacenó la mayoría de los aparatos recibidos, reservándolos para la siguiente guerra en Europa, contra ingleses y norteamericanos. Guerra que la bomba atómica hizo inviable. Pero sin la bomba hubiésemos visto a los rusos, como muy tarde en 1950, embarcados en la Tercera Guerra Mundial.

Saludos