Publicado: Dom Ago 22, 2010 12:18 pm
por Domper
Sobre Tsouras, ya indiqué que no había leído esa obra suya. Sí alguna otra (bastante más corta). Por lo general mejor escritas. En el libro “Hitler triunfante” el capítulo de Tsouras (Stalingrado) parece que es historia real. Sin embargo, las conclusiones ya no me parecen tan reales.

Un inciso: de ese libro, el “Y si” más real me parece el primero: Churchill no llega al poder, y Halifax negocia la paz. Ese si me ha parecido siempre uno de los puntos de inflexión en la guerra.

Mi opinión sobre la Historia es que es un sistema caótico, en el que cambios pequeños pueden tener efectos insospechados. Supongamos, simplemente, que se descubre que los ingleses habían roto los códigos alemanes. No se pueden hacer estudios estadísticos, pero creo que la posibilidad de un éxito alemán en Normandía, sin ser nula, es baja ¿un 10 - 20%? Con probabilidades tan bajas, una victoria exige que todo vaya bien. Por ejemplo, que las comunicaciones aliadas sean malas (lo fueron) pero las alemanas buenas (fueron malas y en parte por acción aliada). Que haya confusión en el bando aliado (la hubo) y no en el alemán. Etcétera.

Eso no implica indefectiblemente una victoria aliada. En Midway, y aun con el conocimiento aliado de los planes, probablemente las oportunidades serían de un 40% de victoria japonesa total - 20% de empate táctico - 20% de victoria norteamericana total. Pero hubo varias carambolas que dieron a los norteamericanos una victoria inesperada.

El principal problema en el bando alemán, creo que todos coincidimos en ello, era Grofaz. Me gusta especialmente la descripción de Von Manstein de sus “habilidades” militares, de como era incapaz de tomar una decisión, y las postergaba una y otra vez. De tal forma que cuando se al fin se tomaba, era demasiado tarde. También, el temor a caer en una trampa, a ser engañado, o simplemente, a “quedar mal” (y el prestigio es clave para un dictador).

Mi impresión es que incluso con evidencia de la acción aliada, Hitler hubiese retrasado la decisión, o al menos la hubiese “descafeinado” (dejar algo en el Canal por si acaso, o retrasar unos días el ataque, o lo que fuese). Si a eso unimos la demencial cadena de mando alemana (organizada expresamente para que nadie salvo Hitler pudiese tomar una decisión) la combinación es horrible… para el bando alemán.

De nuevo, no puede hacerse un estudio estadístico, pero bastantes de los mayores éxitos alemanes se consiguieron en situaciones en los que los mandos tenían más autonomía de la habitual. Las carreras de Rommel o de Von Manstein, por ejemplo, muestran que sus éxitos se consiguieron con escasa interferencia de Dolfi, pero cuando este intervino los ató a situaciones imposibles, y acabaron en desastre. Pues dudo que ese factor cambiase mucho en la crisis de Normandía de 1944.

Ya más concretamente. No sabemos ni el resultado del plan Rommel, ni el del Runstedt, porque ninguno de los dos se siguió. Yo creo que la enorme potencia de fuego y la capacidad logística aliada hubiesen creado problemas inesperados a los alemanes. Pero por malo que fuese uno u otro sistema, peor es no tener ninguno, o seguirlos a medias, que es lo que se hizo. El resultado que de ese 10 – 20% de posibilidades, se bajó a menos del 5%.

De la potencia de fuego: pues es la que es. En 1944, aunque el control no era perfecto, ya se sabía como organizar los planes de fuegos. A la artillería terrestre se le da muy bien batir objetivos a una decena de metros de las tropas propias. Una pòsibilidad aliada, que no se suele considerar, era que disponían de proyectiles de espoleta de proximidad, pero no se usaron, hasta la posterior crisis de las Ardenas. Eso es un factor multiplicador para la artillería. A la artillería naval se le da peor el apoyo directo, pero es excelente para fuegos de interdicción, y lo mismo los bombarderos aéreos. En ese caso, lo clave es la amplitud del frente. En un frente muy estrecho (como el de Utah) casi cualquier disparo, aun hecho al azar, causaría daño a los alemanes. Las tropas de primera línea tal vez escapasen, pero el segundo escalón (el principal) experimentaría lo más granado de la potencia de fuego aliada. Eso implica unidades de refuerzo, artillería, depósitos de municiones, etcétera.

Respecto a la artillería alemana: existía, pero tenía dos graves problemas. Uno, la disponibilidad de munición, justa, y algunas unidades usaban cañones "raros" para los que no había reservas. Otro, su mínima movilidad, salvo la de las unidades mecanizadas. Un cañón remolcado parece igual sea movido por camiones o por caballos, pero no es así. Los caballos son enormemente vulnerables al fuego (no hay forma de conseguir que se pongan cuerpo a tierra). Una esquirla que apenas araña la lona de un camión, hiere o mata a un caballo. Luego, en la práctica, los cañones quedan fijos frente al fuego de contrabatería, y resulta imposible desplazarlos o retirarlos. Por ejemplo: en Krasny Bor los artilleros españoles tuvieron que destruir sus piezas (155 franceses, por cierto), mientras que de tener camiones las hubiesen podido retirar y emplazar en otro punto. Luego Alemania tuvo pérdidas de cañones muy importantes (fue la que más echó en falta Von Manstein en 1943). En 1944 la artillería alemana no era ni sombra de lo que había sido, y tras Normandía (y Bielorrusia) desapareció.

De la Luftwaffe, si poco hizo en la realidad ¿qué hubiese podido hacer en este escenario? Estaba superada 10 a 1.

Sí que creo que una cabeza de playa de Utah hubiese sido inútil para una progresión posterior. Hubiese sido un matadero tipo Gallipoli. Sólo serviría para distraer refuerzos a la espera de un segundo asalto ¿Anvil?

Saludos

P.D.: supongo qu e”Disaster at D-Day” no está traducido. A ver si le hecho un ojo, cuando acabe “Freakonomics”. Pero en la lengua del imperio (anglosajón) me manejo regular y me cuesta bastante leer lo que no sea lenguaje técnico.