Publicado: Vie Ago 13, 2010 12:39 pm
por Domper
Por partes.

Lo primero, creo que para dejar una discusión que creo que no lleva a nada: no sabemos como hubiese sido la alternativa Rommel. Pero la Runstedt, tampoco. Esta implicaba movilizar reservas rápidamente y lanzar un contraataque precoz, que no se llevó a cabo, sobre todo porque uno que yo me sé retuvo en el Paso de Calais a las tropas necesarias. Cuando se lanzó el contraataque de Mortain, la alternativa Runstedt era otra: buscar la paz. Ahí era más lúcido Hitler, que sabía que era imposible la paz con los aliados tras lo que había hecho.

Respecto al posible contraataque del primer día: si se podía lanzar, perfecto. Pero recordemos las dificultades de movimiento de la 21 Panzer, y añadamos otra división a ello. Cuando uno de sus grupos llega a la playa, no lo hizo tras derrotar a las fuerzas aliadas, sino infiltrándose. Respecto a la artillería naval, creo que el problema no se debía a que fuese peligroso usarla cerca de las tropas propias (no menos que la artillería terrestre) sino a la coordinación. Tardaría, pero más adelante y en las batallas por Caen sí tendría un papel crucial. En otro escenario, recordemos el valor que daba Ushijima en Okinawa a los acorazados norteamericanos, pidiendo insistentemente que fuesen atacados.

Eso sí, la artillería naval sí podía usarse (y se usó) para batir otro tipo de objetivos: cruces de comunicaciones y puentes (el puente Pegasus estaba dentro de su alcance: si era recapturado no serviría de mucho a los alemanes), puestos de comunicaciones, fuego de contrabatería, etcétera. Y en caso de crisis, en Salerno se uso el fuego naval para el apoyo directo para resolver una crisis mucho más amenazadora.

Lo mismo se aplica a la aviación, a la que le quedaba mucho rodaje en la coordinación. Pero estas dificultades aliadas del primer día seguían presentes una semana después.

Respecto a las fortificaciones de Rommel. Quisiera señalar algunos aspectos:

- Los explosivos, explosivos son. Si se usan para minas no se usan para municiones. Y dudo mucho que Alemania abandonase en Francia cantidades enormes de estos. Además de la necesidad e detonadores, etcétera. Lo ya dicho, supongamos que en lugar de los 200 millones de minas terrestres, disponemos de 100 millones de proyectiles de artillería (incluyendo morteros, lanzacohetes, etcétera). Como comparación, la Batalla de Verdún comenzó con unas reservas alemanas de un millón de proyectiles.

- Sobre las minas simuladas. Pues si y no. En ocasiones lo que se hacía era seguir hacia delante a toda costa: por ejemplo, en el acantilado (minado) en Omaha. Aparte del uso intensivo de medios mecánicos de remoción de minas, para los cuales les da lo mismo que las minas sean reales o simuladas.

- Las fortificaciones requieren una cantidad enorme de horas de trabajo, que se detraían de otras necesidades. Como, por ejemplo, el mantenimiento de las comunicaciones, que fue una de las principales causas de problemas para los alemanes (para el desplazamiento de sus unidades).

- Respecto a los obstáculos submarinos, los existentes fueron un inconveniente relativo: causaron bajas, pero ni siquiera fueron capaces de canalizar el asalto. Aun en caso de que fuesen efectivos, son muy vulnerables a los zapadores (al no estar protegidos por los fuegos, como los de las playas).

- De todas formas, lo importante era el tiempo. A pesar de los trabajos intensivos las fortificaciones estaban muy lejos de lo deseado por Rommel. De haberse terminado hubiesen creado un grave problema. Pero ¿cuánto tiempo se necesitaba? Uno que Alemania no tenía.

- Lo de disparar contra los buques detenidos, en esto la experiencia japonesa era categórica: cuando un cañón disparaba contra un buque, era identificado y destruido. A pesar de lo escaso del apoyo artillero sobre Iwo Jima, las baterías costeras fueron destruidas cuando se revelaron disparando contra los buzos norteamericanos, sin apenas bajas contrarias.

- Los espárragos y el puente Pegasus: es que en ese puente sí había espárragos… que ayudaron a frenar. Los espárragos son útiles contra planeadores, mucho menos contra paracaidistas. Incluso se puede modificar la táctica: lanzar primero paracaidistas, tomar las zonas de aterrizaje y despejarlas, y luego aterrizar los planeadores. En la práctica, se hizo así, los saltos nocturnos fueron sobre todo de paracaidistas. Respecto a la batería de Merville, al contrario de lo esperado estaba artillada con cañones anticuados de 100 mm. Podía molestar, pero poco más.

- Me llama la atención el cambio de criterio de Rommel, de pensar que el desembarco sería con marea alta, a pensar que sería tras la marea baja. Los cambios a la luz de las actividades enemigas son aconsejables, el problema es que se olvidó de advertir a sus tropas, y él mismo se fue de viaje a Alemania en unos días que la combinación de luna y mareas era la mejor para un ataque. Cierto que el pronóstico meteorológico era de mal tiempo, pero debería saber lo limitadísimo de los medios que tenía Alemania en 1944 para predecir el tiempo: unas pocas emisoras en Groenlandia y en el Ártico que emitían intermitentemente, unos pocos submarinos. Los barcos meteorológicos acababan de ser barridos de las aguas árticas.

- Las zonas más fortificadas iban a ser las no atacadas: los alemanes no sabían que los aliados no iban a intentar tomar un puerto, sino que atacarían en playas abiertas. Por ello, y aun reconociendo el mismo Rommel la gran importancia de Omaha (al ser la única playa entre Ouistreham y el estuario del Douve) no estaba más fortificada que sus vecinas, sólo que el terreno era bastante más favorable al defensor.

- Sobre la extensión de la zona a fortificar. Pues sí y no. Cuando se atacó Dieppe la zona elegida fue una que, teóricamente, no era apta para desembarcos: estrechas calas entre acantilados, sólo en la zona del puerto había una playa algo mayor. Similares intenciones se tenían con Tobruk. El Día D sería atacado un acantilado (Point d’Hoc). Ello quiere decir que la zona a defender era mucho más amplia. Sobre todo porque los trabajos de fortificación no pasaban desapercibidos, y podían imponer un cambio en los planes aliados.

- Respecto al apoyo artillero. Esa técnica estaba ya muy desarrollada, y precisamente la idea de ese apoyo es que fuese tan próximo a las tropas propias que no dejase prácticamente espacio libre. Ofensivamente, se intenta (no siempre se consigue) que la barrera de fuego esté tan cercana que produzca a las tropas propias heridas por metralla: siempre son muchas menos que las que pueda causar el contrario. Defensivamente es aún más fácil al estar los defensores protegidos, puede dispararse casi sobre las tropas propias. La coordinación con el fuego naval era más problemática, pero no por precisión (ese problema ya estaba resuelto) sino por las comunicaciones. Y siempre existía la posibilidad de acercarse a la costa y disparar sobre los objetivos visualmente, como se hizo en Salerno y se volvió a hacer en Omaha.

- Y lo más importante de todo esto. El ejército alemán, sin necesidad de fortificaciones, sólo con obras de campaña, consiguió resistir durante más de dos meses a un enemigo enormemente superior. Precisamente la iniciativa y la flexibilidad alemana eran sus mejores bajas: salvo casos muy concretos, las tropas alemanas eran muy superiores a cualquier contraparte aliado. Mi pregunta ¿tan importante era defender la misma playa y sujetarse a posiciones fijas?

En el caso concreto de Omaha: las bajas en la playa fueron muy elevadas, la operación se frenó durante varias horas… pero una vez anuladas las defensas, ya no había nada más detrás. Las importantes bajas, la bisoñez y lo difícil del terreno contribuyeron a que el avance no fuese rápido, pero a pesar de todo se llegó en poco tiempo a Bayeux y Argentan.

Mi opinión es la misma: que se hiciese lo que se hiciese, poco había que hacer. Peor aún, no se siguió ninguna de las dos opciones posibles (defensa adelantada de Rommel o en profundidad de Runstedt) sino que se siguió la peor: no mover la infantería cercana (alguna ni se movería y se quedaría atrapada en las “fortalezas”), desplazar sólo valiosísimas unidades móviles, y empeñarlas poco a poco. Hitler les hizo el juego a los aliados.

Saludos

P.D.: lo de que la columna responda al fuego inmediatamente es la táctica estándar en cualquier emboscada. No sé si Rommel se la atribuyó, pero es lo que hacía todo el mundo. Los aliados fueron los que desarrollaron el “reconocimiento por el fuego”, por ejemplo, sin ser sus descubridores.