Publicado: Vie Ago 06, 2010 10:50 am
por Domper
Como siempre, varias cuestiones.

Respecto a Runstedt, me sorprende que se trate de “gris” a uno de los mejores mandos alemanes. Por de pronto (y que recuerde) su Grupo de Ejércitos Sur, en Barbarroja, no tenía responsabilidad sobre Brest Litvosk, cuyo sitio correspondió al archiaclamado Guderian. Posteriormente se enfrentó a la mayor parte del Ejército Rojo sin apenas fuerzas acorazadas, a pesar de lo cual consiguió grandes victorias (incluyendo la bolsa de Kiev, en la que formó parte de la “pinza”) y llegó hasta Crimea y Rostov. A pesar de sufrir un ataque cardiaco (negándose a ser evacuado).

Aceptaría que Von Manstein era mejor (aunque también cometía pifias, véase Citadelle) y Guderian tiene a su favor el desarrollo de la nueva doctrina, aunque su desempeño táctico no siempre fue tan bueno. Compararlo con Rommel… pues no. Mi opinión ya está escrita mil veces en este foro, Rommel era un excelente táctico (siguiendo la doctrina alemana, un buen jefe operacional), pero como estratega, mediocre.

Sobre la superioridad acorazada alemana. Pues sí y no. Desde luego, si tomamos una división acorazada norteamericana y sustituimos sus Sherman por Panther y StuG (especialmente si los “repasamos” un poco con criterios serios sobre eficiencia y demás) el resultado es mejor. Pero en la práctica, no era así.

Los aliados (especialmente USA) estaban lastrados por decisiones absurdas, especialmente las de McNair al no aceptar incorporar armamento mayor, ni iniciar la producción de los M6, T23, T26 y demás. Pero esto tenía solución, y en unos meses la eficacia de los carros aliados se multiplicó. Por desgracia (o por gracia, desde el punto de vista alemán) la introducción de los proyectiles de alta velocidad (HVAP) no se empezó a distribuir hasta 1944, y siempre hubo muy pocos. Pero con este proyectil el cañón de 76 mm casi rivalizaba con el 17 libras. Por ejemplo, acabo de releer sobre el combate de Paderborn, y en este los Tiger II consiguieron una sorpresa inicial, pero luego fueron destruidos por los Sherman norteamericanos. Y en la posguerra el Sherman llevaría cañones aún más potentes (que hubiesen podido ser montados sin problemas en el T23, pero esa es otra). Problemas parecidos había con lso lanzagranadas (se habían quedado cortos, pero estaba a punto de entrar en servicio el cañón de 75 mm sin retroceso). Etcétera.

El otro problema era la bisoñez, enfermedad que se cura con el tiempo. Y el pobre empleo táctico no ayudó (aunque en el Bocage no caben muchas filigranas que no sean el ataque frontal).

Pero las unidades acorazadas aliadas tenían muchísimas ventajas. Por de pronto, tenían muchos más carros, al tener tres regimientos acorazados en lugar de uno. Aunque tenían menos infantería, operaban habitualmente unidas a una división de infantería motorizada o mecanizada. En la práctica, cada uno de sus grupos de combate tenía el potencial de una división Panzer alemana, salvo cuando estaban al completo (lo que era rarísimo: la Panzer Lehr como citas, y pocas más ). Otra ventaja era su mucho más potente artillería, con muchísima munición y métodos de fuego muy efectivos. Muy importante, las unidades aliadas estaban completamente mecanizadas (las alemanas nunca llegaron a estarlo), tenían muchísimos más vehículos de apoyo, etcétera.

Un dato que no se si se suele considerar: la disponibilidad (proporción de vehículos en servicio) aliada era muy superior. En parte, por la mayor fiabilidad. Pero sobre todo por el diferente método de mantenimiento: en las unidades aliadas, el mantenimiento se hacía en talleres regimentales o divisionales, por lo que los vehículos recuperados podían volver al combate rápidamente (o eran “canibalizados”). En las divisiones Panzer el método era que los carros que sufriesen averías importantes tenían que ser enviados a la fábrica para su reconstrucción. Eso quiere decir que una división acorazada tenía motores de repuesto para sus Sherman, pero una Panzer no, la idea era que se montaría en la fábrica (y de paso se modernizaría el vehículo). Pero en Normandía era imposible reenviar los tanques (o los camiones, o los semiorugas, o lo que fuese) a la retaguardia, y se perdían. Pero estas pérdidas no lo eran tanto por la poca fiabilidad de los vehículos alemanes, sino por el método de la Panzerwaffe.

Por tanto, no es serio que Guderian protestase por los pocos carros disponibles frente a Moscú, cuando había sido uno de los que organizaron el sistema.

Por otra parte, y en el caso concreto de la cmparación Sherman, los alemanes lo que habían pedido era precisamente un Sherman (algo mejor armado) o similar: un carro con potencia suficiente para batir al T-34, pero barato y que se pudiese producir en masa. El Panther acabó siendo un carro pesado, con sus inconvenientes aparejados. Cuando combatía, era mejor, claro. Más aún, el Panther era un vehículo innecesariamente complejo, muy costoso de producir y de mantener, pensado más para que la industria ganase dinero. De nuevo ahí personajes como Guderian tienen mucho que decir.

Volviendo. Las ventajas de las unidades acorazadas aliadas (número, potencia de fuego, fiabilidad) no se apreciaron por completo en Normandía, atacando en un frente muy estrecho, contra enemigos fuertemente atrincherados, en un terreno muy cerrado. Pero cuando las tornas se invirtieron, es decir, en los contados contraataques alemanes, fueron estos los que tuvieron que lidiar con el bocage, se encontraron con cañones aliados que no podían suprimir, etcétera. En un contraataque contra las playas se hubiesen encontrado, además, con el fuego naval.

Un contraataque conjunto, de tres o cuatro divisiones, era otra cuestión. Pero estamos en lo de siempre, tiempo. Si se dispersan las unidades por la costa el primer día es más difícil para los aliados, pero el contraataque masivo, lo realmente peligroso, se retrasa.

Saludos