Publicado: Jue Jul 29, 2010 9:15 pm
por Bitxo
La cuestión Rundstedt-Rommel es fácil de solucionar: Rundstedt (y Guderian) tenía razón. La tenía porque no se conocía el lugar del desembarco. Lo de concentrar a las mecanizadas en la playa está muy bien si sabes en qué playa o si dispones de tal volúmen de fuerzas que puedes defender con contundencia todo el litoral. Pero no se daba ninguna de esas dos premisas.

Para postre los Aliados podían ejecutar un desembarco de diversión para atraer a las mecanizadas y atacar en serio en otro lado. Además, según los informes alemanes, disponían de 8 divisiones aerotransportadas que también suponían un duro revés para las limitadas reservas de los defensores. Incluso se sospechaba que podrían atacar en el Mediterráneo. Imaginemos dos ataques simultáneos, uno en el Canal de la Mancha y otro en la Costa Azul... ¿cuál es el verdadero? Y ya antes, ¿dónde habías concentrado a las mecanizadas? ¿O están dispersas por todo el litoral?

No habían suficientes fuerzas para cubrir el litoral de manera que resultase innecesaria una reserva móvil. Para postre, las opciones de desembarco Aliadas eran variadas y podían resultar tan distantes como el norte o el sur. Disponían de un fuerte contingente aerotransportado y contaban con la Resistencia francesa, además de la superioridad aérea. No quedaba más remedio, pues, que emplearte en una defensa estratégica y no en una táctica. Y, claro, no hubo Me 262.

De haber habido superioridad de la Luftwaffe no hubiese habido tampoco una victoria alemana en una batalla, pues esa batalla no se habría librado, por supuesto. Los Aliados se dedicaron a malograr la producción alemana presente y futura con su guerra aérea, dejando que los soviéticos malograran lo que llegaba al frente. De hecho, lo que había en Francia eran divisiones ya quemadas por estos que, además, lanzaron una colosal ofensiva en el este al tiempo del desembarco. A la hora de montar What is if... hay que intentar no pintarlo todo de rosa para uno de los bandos por una mera cuestión de realismo.

Pero, ya puestos, supongamos que existe superioridad aérea alemana y, por tanto, no hay Día D. Se podría decir, entonces, que los errores pasados no importarían... si nos olvidamos de la economía y de los recursos necesarios para poder seguir en pie de guerra. Alemania no podía comerciar con nadie y se sostenía a base de esquilmar a sus ocupados y aliados. ¿Durante cuánto tiempo? ¿Hasta cuándo podría fabricar pertrechos militares de cierta calidad cuando escaseaban los materiales estratégicos? ¿Cuánto tiempo podría continuar sustituyendo las bajas? ¿Cuánto tiempo podría sostenerse políticamente el III Reich? ¿Hasta cuándo, en definitiva, una nación y un Ejército preparados para un blitzkrieg podrían sostenerse en una guerra económica?

Porque el verdadero problema a esas alturas de la guerra no era cuánto tiempo duraría Alemania, sino cuánto avanzarían los soviéticos y cuánto avanzarían los Aliados y cómo sería el mundo tras ella.

Volviendo al escenario histórico, otra grave carencia alemana fue la falta de divisiones de artillería móvil al estilo soviético. Rundstedt lo propuso y se trató de llevar a cabo pero, por lo de siempre -si no me traiciona la memoria-, por las carencias de material y por las fricciones entre los mandos, no se hizo. Contar con potencia de fuego en el momento preciso y ser capaz, en definitiva, de retrasar los movimientos del enemigo e incluso de desbaratar sus asaltos, resulta vital en una defensa estratégica. No sólo de carros y aviones vive el Comandante en Jefe.