Publicado: Vie Ago 07, 2009 10:00 am
por Domper
La potencia de fuego aliada resultó una sorpresa desagradable e inesperada para los alemanes.

Conviene que no olvidemos el efecto de la artillería aliada, especialmente la norteamericana. Se ha hablado mucho de la potente artillería soviética (con razón) pero se suele olvidar que la “reina de las batallas” de la SGM fue la artillería norteamericana. Esta era relativamente numerosa, pero sobre todo era moderna, homogénea (en la práctica se usaban sólo dos tipos de cañones, el obús de 105 mm y el obús de 155 mm), tenía una enorme cantidad de municiones, y lo realmente peligroso era sus sistemas de control. Los norteamericanos, más que ningún otro contendiente en la guerra, usaron la táctica “Time on target” (TOT) desarrollada durante la Gran Guerra. En ella se descubrió que la mayor parte de las bajas que causaba la artillería se producían en los primeros segundos del bombardeo. Durante ese corto tiempo las tropas enemigas, incluso las que se encontraban dentro de las trincheras, no estaban a cubierto. Tras los primeros proyectiles los soldados se guarecían (incluso tras pequeños relieves del terreno) y la eficacia de los fuegos era muy inferior.

La táctica TOT significa que se calcula el tiempo de vuelo de los proyectiles para que los disparados por diferentes baterías caigan a la vez sobre el objetivo: se calcula el tiempo de vuelo de los proyectiles (que dependerá del tipo del cañón que los dispare, del proyectil, de la carga de proyección, y de la distancia) y los cañones se disparan mediante una secuencia de tiempo muy exacta: normalmente se pretende que todos los proyectiles caigan en más/menos tres segundos del momento calculado: es decir, el bombardeo inicial dura sólo seis segundos, con la mayor parte de los proyectiles concentrados en dos o tres segundos (cuestión estadística). En ese tiempo resulta casi imposible incluso tirarse al suelo, y cualquier soldado atrapado al descubierto (simplemente asomando la cabeza) puede considerarse perdido. Para evitar aguar la sorpresa, no se hacen disparos de corrección del tiro, y si es preciso hacerlo, se dispara sobre otro objetivo muy separado y mediante tablas calculadas previamente se corrige el tiro.

Una vez atacado un objetivo, la artillería cambia y repite el mismo procedimiento sobre otro objetivo, y así sucesivamente. En las formas más “depuradas” cada cañón sólo dispara un proyectil contra cada blanco, lo que requiere (para que sea efectivo) que todos los cañones del teatro disparen a la vez contra cada blanco, y por tanto requiere control centralizado, en lugar de lo habitual (cada batería apoyando a tal o cual batallón). El control centralizado era parte de la doctrina artillera norteamericana desde la Guerra de la Secesión, y en la SGM se usó devastadoramente. Cuando se fue adquiriendo experiencia se añadió al fuego de la artillería terrestre el fuego naval y los bombardeos aéreos.

Esta táctica tiene dos efectos: el primero, el citado: causa más bajas al enemigo. En el libro Bando f Brothers de Ambrose recordaréis como describe el efecto de un par de bombardeos artilleros alemanes, en “la isla” (cerca de Nimega) y en las Ardenas. En los dos se cita como los soldados se ponían a cubierto mientras caían los proyectiles: con la táctica TOT no da tiempo a cubrirse, y gran parte de la unidad hubiese sido destruida a las primeras de cambio (se acaba la Compañía ‘E’).

Otro efecto es que obliga a todas las unidades enemigas a enterrarse profundamente y a “asomar el hocico” lo mínimo posible: en cualquier momento puede llegar una masa de proyectiles. Tienes que estar siempre en el fondo de la trinchera, evitando en lo posible que permanezca personal al descubierto: unos pocos vigías, los menos enlaces posibles, y punto: obliga a vivir como ratas. Para mejorar el panorama el ejército norteamericano usaba un buen número de avionetas ligeras L4 y L5 en misiones de observación artillera, buscando posibles blancos. Si se detectaba uno, quedaba en la lista para ser atacado en algún momento. Si la artillería antiaérea disparaba, recibía inmediatamente una andanada artillera: lo dicho, vivir como ratas.

Con todo, hay que señalar que tanto el fuego de la artillería como los ataques aéreos eran poco efectivos contra los tanques, como describiré en otro mensaje.

Saludos