Publicado: Lun Dic 11, 2006 10:58 am
por Domper
Lógicamente, esas atalayas se sitúan bastante lejos de la primera línea, pues el riesgo no es tanto un tirador (cuyas probabilidades de impacto son mínimas más allá de los 200 ó 300 m: no es que no alcance más lejos, sino que tiene que exponerse) sino de armas colectivas: morteros, contracarro, cañones de carros.

Al fin y al cabo, los puestos de observación son puntos clave, pues permiten no sólo dirigir el fuego artillero sino controlar la batalla. Cualquier puesto de observación identificado es más que probable que sea atacado por la artillería, y esa es la mejor forma de evitar el fuego de contrabatería. Es de suponer que la torre tendría detrás a un bosquecillo que evitaría su localización, pero aun así, subirse a esa torre era jugarse la vida.

En la Gran Guerra se habían utilizado torres y montículos artificiales para dirigir la artillería y para controlar a las unidades propias, aunque el problema era que la construcción de esas torres podía comprometer la sorpresa en la operación subsiguiente. Es notorio que Mangin dirigió los contraataques en la zona de Soissons desde una gran colina artificial.

Respecto a los aviones de observación, tienen problemas: para identificar el punto exacto del origen del fuego, por ejemplo, que debe hacerse a ojo, mientras que desde una torre pueden usarse telémetros. La torre estará unida por teléfono con las baterías artilleras, y la respuesta de estas será mucho más rápida.

El hecho fue que la artillería germana se encontró con muchos problemas en Normandía por depender de caballerías, que no podían llegar hasta una posición sometida a fuego de contrabatería. Aunque este fuego no fuese preciso, obligaba al silencio a lso cañones alemanes, y al final acabaron dependiendo de morteros, que tienen bastantes limitaciones.

Saludos