Publicado: Mié Mar 09, 2016 2:52 pm
Hola de nuevo
Sí, no hay duda. además del libro de Jean Paul Pallud de Osprey, y de las otras fuentes aportadas por Wyrm, aquí también aparece el I batallón del 9º FRJ como el que el coronel von Hoffmann se ve obligado a transferir a Peiper:
https://books.google.es/books?id=omTgSt ... er&f=false
Por cierto, todo indica que la competencia del coronel Helmuth von Hoffmann era bastante discutible, ya que en varias fuentes se dice que su mando fue deficiente durante la batalla de las Ardenas. Era un burócrata que había estado destinado en el Ministerio del Aire en Berlín, y tenía poca experiencia en este tipo de operaciones (sólo tenía como condecoración la Cruz de Méritos de guerra de 2ª clase), además de llevar muy poco tiempo al frente de la unidad. No me extraña que Peiper le echara la bronca aquella fría noche del 16 al 17 de diciembre de 1944, en el café Palm de Lanzerath. Parece ser que Peiper, le llamó "gallito de retaguardia", afeándole su actitud por no avanzar y que la tensión fue máxima entre ambos oficiales. Esta anécdota se cuenta en el libro "La guerra secreta. La batalla de las Ardenas", de Charles Whitting, editado por Crítica.
Saludos
Sí, no hay duda. además del libro de Jean Paul Pallud de Osprey, y de las otras fuentes aportadas por Wyrm, aquí también aparece el I batallón del 9º FRJ como el que el coronel von Hoffmann se ve obligado a transferir a Peiper:
https://books.google.es/books?id=omTgSt ... er&f=false
Por cierto, todo indica que la competencia del coronel Helmuth von Hoffmann era bastante discutible, ya que en varias fuentes se dice que su mando fue deficiente durante la batalla de las Ardenas. Era un burócrata que había estado destinado en el Ministerio del Aire en Berlín, y tenía poca experiencia en este tipo de operaciones (sólo tenía como condecoración la Cruz de Méritos de guerra de 2ª clase), además de llevar muy poco tiempo al frente de la unidad. No me extraña que Peiper le echara la bronca aquella fría noche del 16 al 17 de diciembre de 1944, en el café Palm de Lanzerath. Parece ser que Peiper, le llamó "gallito de retaguardia", afeándole su actitud por no avanzar y que la tensión fue máxima entre ambos oficiales. Esta anécdota se cuenta en el libro "La guerra secreta. La batalla de las Ardenas", de Charles Whitting, editado por Crítica.
Saludos