Publicado: Jue Jun 07, 2007 9:12 pm
por Capitan Miller
El Cerco.

Cuatro días antes de materializarse el cerco de Bastogne, el 18 de Diciembre, Bradley convocó a su estado mayor y generales bajo su mando en su cuartel general de Luxemburgo. Nada más comenzar la reunión Brad dijo:

-Perdonen la expresión, pero creo que la situación lo justifica. ¿De donde coño ha sacado ese hijo de puta tal potencial bélico?-

Bedell Smith le respondió:
-Bueno, Brad, estaba usted pidiendo un contraataque, ¿no es verdad?. Bien, pues aquí lo tiene.-
-Sí-, repuso él, -pero nunca se me habría ocurrido desear uno tan potente.-

Cuando Bradley preguntó a Patton sobre qué podía hacer el Tercer Ejército para ayudar en las Ardenas, Patton respondío que podía tener dos divisiones en marcha hacia el sector a la mañana siguiente, y una tercera en 24 horas. La afirmación podía parecer una fanfarronada más de Patton, pero lo cierto es que su Estado Mayor había estado trabajando en las semanas previas sobre una situación estratégica igual a la que ahora se debía afrontar, y no se trataba en absoluto de una afirmación improvisada fruto del gran ego del general californiano. Bradley debió pensar que su subordinado tendría ocasión de defender tan arriesgado planteamiento ante Ike muy pronto, y así fue. Al día siguiente, 19 de Diciembre, Eisenhower convocó una reunión con todos sus generales en su cuartel de Verdún. Aunque la situación no podía calificarse de catastrófica, gracias a los esfuerzos de las unidades situadas al norte y al sur del área de penetración alemana, que estaban consiguiendo contener los flancos, Ike quería saber en cuanto tiempo y con que efectivos se podría organizar una contraofensiva, y que fuera lo antes posible. Patton no perdió la ocasión de volver a plantear su plan, poner en marcha un Cuerpo de Ejército compuesto por tres divisiones en los próximos dos días, para el 21 de Diciembre. La respuesta de Eisenhower fue rotunda, "No seas engreido, George", al creer encontrarse ante otra de las típicas exageraciones de su subordinado. Todos eran escépticos ante la posibilidad de reorientar un Cuerpo de Ejército noventa grados, ponerlo en marcha forzada con una meteorología infernal y sostener una línea de suministros larga y débil, pero Patton insistió en que su plan había sido cuidadosamente estudiado y tenía muchas posibilidades de éxito. Finalmente Eisenhower accedió mientras comentaba que:

-Esto es gracioso, George, pero cada vez que recibo una nueva estrella (había recibido su quinta pocos días antes) soy atacado.-

Patton sonrió y respondió:

-Y cada vez que te atacan, Ike, yo te saco del apuro.- (recordando la campaña del Norte de África).

El escenario preferido por Patton para este tipo de enfrentamiento habría sido el dejar al ejército alemán penetrar 60 u 80kms, para después efectuar una pinza desde el norte y el sur y cercar por completo a los atacantes, pero también era consciente de que se trataba de un plan demasiado audaz para la habitual cautela del Alto Mando Aliado. Curiosamente ese escenario soñado por Patton era justamente la peor pesadilla que la Wehrmacht contemplaba. Model estaba preocupado porque el Ejército USA dejara a sus tropas llegar al Mosa e incluso cruzarlo, para después rodearles en un contraofensiva que significara el final para el Grupo de Ejércitos B y de la guerra en el oeste.

En paralelo al plan de Patton, Ike decidió transferir temporalmente gran parte de las fuerzas norteamericanas en el norte, incluyendo los Ejércitos Primero y Noveno, al 21ú Grupo de Ejércitos de Montgomery con el fin de reforzar el flanco norte aliado. La orden fue acatada, pero no sin recibir un gran número de quejas. Los problemas entre Bradley y Montgomery desde los tiempos de África y Sicilia eran de todos conocidos, y salieron a la luz muchas susceptibilidades. Más tarde sería el propio Montgomery quien se encargaría de echar leña al fuego con ciertas declaraciones que remarcaban su actuación en la campaña como la clave del éxito aliado. Baste una perla del mariscal en la siguiente comunicación al mariscal Sir Alan Brooke:

"No creo que el Tercer Ejército sea lo bastante fuerte para hacer lo que necesitamos que haga. Si mis predicciones no van mal encaminadas voy a tener que bregar sin ayuda con los ejércitos 5ú y 6ú Panzer. Creo que podré arreglarmelas, aunque va a ser toda una juerga."

Evidentemente, sus predicciones sí iban mal encaminadas, pero esa es otra historia. Volvamos a Bastogne.

Mientras tanto, el mando en la ciudad cercada estaba lejos de encontrarse unificado. El coronel Roberts comandaba el Grupo de Combate B de la 10ª Acorazada, y el general McAuliffe era responsable de la 101ª Aerotransportada y un conjunto de restos de diversas unidades que habían convergido en Bastogne durante su retirada. Middleton decidió que un mando único sería más apropiado dada la situación, y ese mando recalló sobre McAuliffe. Su primera decisión como comandante de Bastogne fue organizar con los restos de unidades dispersas unas patrullas de emergencia, que pudieran ser utilizadas allá donde fuera necesario un refuerzo en las defensas perimetrales de la ciudad. El nombre que se dio a la heterogénea unidad fue Equipo SNAFU, un acrónimo cargado de sarcasmo ya que sus iniciales se correspondían con "Situation Normal All Fucked Up" (situación habitual todo es una cagada). McAuliffe recibió la noticia de que la ciudad se hallaba rodeada el mismo día 21 de Diciembre. Después de revisar en un plano la disposición de sus fuerzas y las de los atacantes exclamó:

-Sinceramente que compadezco a esos bastardos, ahora vamos a poder dispararles desde todas partes.-

Era una muestra clara del caracter de McAuliffe, y de lo que se podía esperar de él. Un día después tendría una nueva oportunidad de volver a demostrar lo que opinaba de la situación.

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Las calles de Bastogne tras un bombardeo alemán.

A las 11:30 del 22 de Diciembre, dos oficiales de la Panzer Lehr se acercaron a Bastogne por la carretera de Remonfosse portando una bandera blanca y una proposición de Luttwitz ofreciendo una rendición honorable. Los oficiales fueron llevados a Bastogne, al cuartel general de McAuliffe, quien, después de ser informado de la proposición de rendición, soltó una carcajada y respondió "Aw, nuts". La respuesta dejó aturdido a su ordenanza quien, tras darle vueltas al asunto, consideró que la reacción de su jefe había sido la adecuada y escribió en un papel la respuesta:

-Nuts-

Cuando la contestación oficial fue entregada a los oficiales alemanes, estos se mostraron confundidos con el significado de la palabra, hasta que el comandante del 327ú de Infª Aerotransportada, el coronel Harper, aclaró:

-Si no saben lo que significa "nuts" en inglés, pueden traducirlo como algo parecido a "váyanse al infierno". Y les diré algo más, si continúan atacándonos vamos a matar a todo maldito alemán que intenten entrar en la ciudad".

Aunque los comentarios de McAuliffe y sus oficiales puedan sonar a bravatas, todos ellos confiaban en que si habían podido resistir durante cuatro días de constantes ataques ante una fuerza muy superior, bien podrían seguir haciéndolo por más tiempo. Pero una parte importante del éxito de su resistencia residía en la artillería que se había podido acumular en el perímetro defensivo de Bastogne, y para el 22 de Diciembre las reservas de munición estaban disminuyendo peligrosamente. La situación se volvió tan crítica en las reservas de munición artillera que cuando un comandante de regimiento solicitó al Cuartel General apoyo artillero se le respondió que lo recibiría, pero sólo si la cantidad de enemigos era considerable y no estaban a cubierto, y solamente tendría disponible dos descargas. La principal preocupación de McAuliffe era ahora que sus fuerzas quedaran sin municiones antes de que el Tercer Ejército pudiera llegar hasta ellos.

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Artillería norteamericana en Elserborn.

El apodo con el que se conocería más tarde a los defensores "The Battered Bastards of Bastogne" (Los Machacados Bastardos de Bastogne) estaba siendo ganado a conciencia. El frio, la falta de suministros y los constantes ataques enemigos estaban llevando a los defensores muy cerca del límite de su resistencia, pero la situación estaba a punto de cambiar. La mañana del 23 de Diciembre amaneció con grandes claros en el cielo sobre el área de Bastogne, y casi inmediatamente todos los defensores miraron al cielo, en dirección al ruido de los motores de 16 transportes C47, que arrojaron los primeros suministros sobre la ciudad cercada. Cuando llegó la noche un total de 214 aviones habían sobrevolado Bastogne, descargando 441 toneladas de suministros. Al día siguiente, 24 de Diciembre, otros 160 aviones dejaron caer 100 toneladas más.

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Dakotas del 73 Escuadrón lanzando suministros sobre el área de Bastogne.

El día de Nochebuena, McAuliffe dirigió la siguiente carta a sus soldados:

Feliz Navidad.
Cuartel General de la 101ª División Aerotransportada.
Despacho del Comandante de la División.
24 de Diciembre de 1944.

Os preguntareis: ¿qué tiene de feliz todo esto?, estamos combatiendo, hace frio, no estamos en casa... Todo eso es cierto pero ¿qué ha conseguido la orgullosa División Eagle con sus loables camaradas de la 10ª Div. Acorazada, el 705ú Batallón de Cazacarros y todos los demás? Sencillamente esto: hemos detenido en seco todo lo que nos han arrojado encima desde el norte, el este, el sur y el oeste. Hemos identificado a cuatro Divisiones Panzer, dos Divisiones de Infantería y una División Paracaidista. Esas unidades, encabezando la última y desesperada embestida alemana, avanzaban directamente hacia el oeste, hacia objetivos clave, cuando a la Division Eagle se le ordenó apresuradamente que detuviera el avance. Con qué efectividad se ha conseguido es algo que será escrito en la historia, pero no sólo en la gloriosa historia de nuestra División, sino en la Historia del Mundo. Los alemanes nos han rodeado, y sus mensajes de radio anuncian nuestra destrucción. Su Comandante ha pedido nuestra rendición con la siguiente insolente arrogancia:

22 de Diciembre de 1944
Al Comandante USA de la ciudad rodeada de Bastogne.
La suerte de la guerra está cambiando. Esta vez las fuerzas USA en Bastogne y sus alrededores han sido rodeadas por poderosas fuerzas acorazadas. Más fuerzas acorazadas alemanas han cruzado el rio Ourthe cerca de Ourtheville, han tomado Marche y alcanzado Saint Hubert flanqueando la línea Homores-Sibret-Tillet. Libramont está en manos alemanas.
Sólo hay una posibilidad de salvar a las fuerzas norteamericanas de su total aniquilación: la rendición honorable de la ciudad. Tienen dos horas de plazo, desde el momento de la presentación de esta nota, para pensar sobre ello.
Si esta proposición fuera rechazada, el Cuerpo de Artillería y seis Batallones de Artillería Antiaérea Pesada están preparados para aniquilar a las fuerzas USA en Bastogne y sus alrededores. Inmediatamente después de transcurridas las dos horas de plazo se dará la orden de disparar.
La gran cantidad de bajas civiles causadas por este bombardeo de artillería no se corresponde con la conocida humanidad americana.
El Comandante Alemán.

El Comandante Alemán ha recibido la siguiente respuesta:
22 de Diciembre de 1944.
Al Comandante Alemán:
NUTS!
El Comandante Americano.

Las tropas Aliadas están contraatacando. Seguimos teniendo Bastogne. Y manteniendo Bastogne aseguramos el éxito de los Ejércitos Aliados. Sabemos lo que el comandante de nuestra división, el general Taylor, diría: ¡Bien hecho!
Estamos dando a nuestro país y a nuestros seres queridos en casa un buen regalo de Navidad, y tener el privilegio de tomar parte en este valiente hecho de armas nos está dando a nosotros mismos una Feliz Navidad.
A.C. McAuliffe.
Comandante.


Aún con mensajes triunfalistas como el anterior, la preocupación de McAuliffe crecía, y tenía motivos sobrados para ello. A la vista de que los ataques sobre el sur del cerco sólo habían conseguido avances limitados en el área de Marvie, Manteuffel decidió que el próximo intento se realizaría donde se suponía que las defensas norteamericanas eran más débiles, en el noroeste. En esa zona el terreno favorecía el uso de blindados, y Manteuffel esperaba poder disponer del mayor número posible de ellos para se empleados en el ataque. También estaría disponible la 15ª Division Panzergrenadier, recién llegada de Italia, con experiencia en combate y reequipada. Finalmente, la fuerza atacante que se lanzaría sobre el norte de Bastogne estaría compuesta por la 15ª Panzergrenadier más el Kampfgruppe Maucke, con dos batallones de infantería, 30 tanques y dos batallones de artillería, y el ataque quedó listo para iniciarse a la medianoche del 24 de Diciembre.

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Enfermería improvisada en Bastogne.

McAuliffe recibió las primeras noticias del ataque a las 3:30 del 25 de Diciembre, cuando la Compañía A del 502 de Infª Aerotransportada, atrincherada en Rolle, informó que los alemanes estaban sobre ellos, y la comunicación se cortó inmediatamente después. Aunque alarmado, McAuliffe no quería enviar una compañía de refuerzo en mitad de la noche hasta saber el alcance y la situación del ataque. La mañana del día de Navidad estaba muy claro que el avance alemán constituía un serio peligro. Los tanques del Kampfgruppe Maucke estaban avanzando entre las posiciones ocupadas por el 502ú Paracaidista y el 317ú Aerotransportado; y la 15ª Panzergrenadier se movía hacia el oeste, entre Champs y Hemroulle.

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Los ataques alemanes del día 25 de Diciembre.

La amenaza más seria la constituían los tanques que estaban a punto de caer sobre la Compañía A del 327ú Aerotransportado, pero los granaderos que avanzaban en vanguardia se encontraron con un fuego concentrado desde las posiciones de la Cia A del 327ú, de forma que los blindados alemanes hubieron de dividirse en dos columnas, una hacia Hemroulle y la otra en dirección a la retaguardia de la Cia. B del 502ú Paracaidista, en Champs. Dos M18 del 705ú Batallón de Cazacarros lograron poner fuera de combate algunos blindados enemigos, pero pronto fueron destruidos cuando intentaron retirarse. Ahora los panzer viraban hacia el norte, en dirección a Champs, pero dejando sus flancos expuestos al fuego de un par de M18 y los bazookas de los hombres del 502ú atrincherados en los bosques de las afueras de la ciudad. El fuego de los paracaidistas abatió a gran número de granaderos, mientras los tanques sufrían el castigo de los lanzagranadas y los M18 desde corta distancia. Finalmente un único Panzer IV logró entrar en Champs, para ser detenido por un anticarro de 57mm y los bazookas de los paracaidistas.

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PIV del Kampfgruppe Maucke abatido durante los combates del día de Navidad.

Y si el plan alemán no había salido en Champs como estaba previsto, tampoco la columna que se dirigía hacía Hemroulle iba a tener mejor suerte. Cuatro cazacarros norteamericanos se situaron entre las Cias. A y B del 327ú Aerotransportado, y dos M4 hicieron lo mismo apoyando a la Cia. C justo momentos antes de que llegaran los panzer. Ni uno sólo de los blindados alemanes sobrevivió al combate, dos fueron destruidos por impactos de los obuses de 105mm de los M7 disparando a cota 0, y el resto cayeron ante el fuego concentrado de los cazacarros y bazookas. En total 18 Panzer IV fueron destruidos, y una gran cantidad de panzergrenadier fueron abatidos o cayeron prisioneros. Había terminado el asalto alemán del día de Navidad, y sería el último gran intento de tomar Bastogne antes de que el Tercer Ejército de Patton rompiera el cerco.

El Tercer Ejército Contraataca.

El III Cuerpo del Tercer Ejército comenzó a moverse en dirección a Arlon el 19 de Diciembre, liderando el avance la 4ª División Acorazada y con el apoyo de las divisiones de infantería 26ª y 80ª y tres grupos de artillería de campaña. Para el día 22 de Diciembre la 4ª Acorazada había alcanzado Martelange, 21 kilómetros al sur de Bastogne.

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El avance del Tercer Ejército desde el sur.

El 23 de Diciembre las fuerzas del 7ú Ejército alemán, comandado por Brandenberg, estaban en las afueras del sur de Bastogne, y la 5ª División Fallschirmjager se hallaba cubriendo la carretera que desde Arlon llegaba hasta Marvie y Bastogne. Los combates entre las fuerzas alemanas y los Grupos de Combate de la 4ª División Acorazada y la infantería americana crecían en intensidad y dureza conforme se acercaban a Bastogne. Para el día 26 de Diciembre, el Grupo de Combate R era el más próximo a la ciudad sitiada, y después de emplear todo el día en combates se encontraban, a primera hora de la tarde, a muy corta distancia de las defensas perimetrales de la ciudad. Había que dar un último empujón, y si tenía éxito el cerco se rompería.

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Patrulla de la 3ª Div. Acorazada americana en Houfalize.

Tras analizar la situación se llegó a la conclusión de que el punto más adecuado para romper el sitio se encontraba en la localidad de Assenois. Se formó una fuerza de asalto compuesta por la Compañía C del 37ú Batallón Blindado y la Compañía C del 53ú de Infantería Acorazada, y después de un bombardeo de artillería ambas compañías se lanzaron al asalto. La resistencia alemana fue muy dura, al menos 4 semiorugas del 53ú fueron puestos fuera de combate, y después comenzó una dura lucha casa por casa hasta que el grupo de asalto americano se hizo con el control de la población, tomando más de 400 prisioneros. A última hora de la tarde un M4 Sherman de la Cia. C del 37ú Blindado se acercó a las afueras de Bastogne. El propio McAuliffe llegó al encuentro del blindado, y fue saludado por el capitán William A. Dwight:

-¿Cómo está usted, general?-
-¿Cómo quiere que esté?-, respondió McAuliffe, -¡Pues encantado de verlos, capitán!-

Poco después de la medianoche, el grupo norteamericano de asalto continuó su ataque en dirección a los bosques al norte de Assenois, y para las tres de la madrugada se había conseguido abrir la carretera al tráfico de vehículos. A la mañana siguiente, 27 de Diciembre, los tanques de la Cia. D del 37ú Blindado escoltaron una columna de 40 camiones de suministro y 70 ambulancias hasta Bastogne.

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El Cobra King, el primer Sherman norteamericano en entrar en Bastogne el 27 de Diciembre.

La situación para entonces en la ciudad cercada era ya crítica. Una muestra es el testimonio del doctor Henry Hills, que pertenecía a uno de los equipos médicos de campaña que fueron desembarcados en planeador en las afueras de Bastogne el 26 de Diciembre, coincidiendo con la ruptura del cerco. Tres de los cirujanos murieron víctimas del fuego antiaéreo alemán, y todos los aparatos que transportaban el material sanitario fueron derribados. Una vez que los supervivientes pusieron pie en el suelo fueron trasladados a un garaje que hacía las veces de hospital de campaña:

"En cuanto abrimos la puerta para entrar pudimos percibir el olor a gangrena. Había mujeres que trataban de ayudar a los heridos, dándoles agua y demás. Morían como moscas, y llevaban allí diez días sin más luz que la que llegaba del extremo más alejado del garaje, donde los mecánicos llevaban a cabo sus reparaciones. Había un hornillo de campaña con café y cuatro mesas (camillas apoyadas en caballetes). Después de una operación echábamos todo el instrumental en una tina enorme llena de alcohol. Huelga decir que no teníamos batas ni mascarillas. En la planta baja del garaje había cuatrocientos heridos graves, y en la alta otros tantos que podían caminar. De estos últimos ni nos preocupábamos."

Pero el asedio de la ciudad había terminado. Las bajas de la 101ª Aerotransportada habían sido de 1.641 hombres, y las unidades del 10ú Blindado habían sufrido 503 entre muertos y heridos. La 4ª División Acorazada del Tercer Ejército también había pagado un alto precio por la liberación de Bastogne, 1.400 bajas en total. Aunque el Grupo de Combate R había roto el cerco todavía harían falta varios días más de duros combates para asegurar el corredor que unía Bastogne con el Tercer Ejército, pero las fuerzas alemanas del sector eran las más débiles de las que amenazaban la posición, y la ruta de enlace nunca llegó a estar seriamente amenazada. Aunque los combates por Bastogne no habían terminado, la balanza se había inclinado definitivamente a favor del Ejército Norteamericano.

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Columna de suministros entrando en Bastogne después de haberse roto el cerco de la ciudad.

El espíritu de los defensores de Bastogne, aún habiendo pasado por una terrible experiencia, quedaría reflejado en el comentario que muchos de los veteranos de la 101ª hicieron a Stephen Ambrose para su obra Hermanos de Sangre, ninguno de ellos estaba de acuerdo con que la División hubiera necesitado en modo alguno ser rescatada. El espíritu de McAuliffe seguía estando en el aire tantos años después.

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El coronel Roberts, comandante del Grupo de Combate B condecorado por el general Middleton con la Estrella de Plata.

Dos días antes de la ruptura del cerco de Bastogne, y cuando las fuerzas acorazadas alemanas habían alcanzado su punto máximo de avance a escasos kilómetros del Mosa, el 24 de Diciembre, Guderian había reconocido que la ofensiva en las Ardenas era un fracaso, y había recomendado a Hitler su cancelación inmediata para que las unidades aún efectivas fueran retiradas al este. Era evidente que el Ejército Soviético estaba a punto de comenzar una gran ofensiva sobre el Vístula, evidente para todos menos para Hitler, que seguía soñando con una victoria en el oeste. El Fuhrer no dio su brazo a torcer hasta el 3 de Enero, y entonces, como había asegurado Guderian, ya sería demasiado tarde. Pero esa también es otra historia.

Fuentes:
www.wikipedia.org
www.army.mil
Battle of the Bulge; Bastogne. Steven J. Zaloga. Osprey Publishing.
Armagedon. Max Hastings. Memoria Crítica.