Publicado: Mié May 23, 2007 11:59 am
por Kurt_Steiner
Primero, una apreciación personal. Friedrich August Freiherr von der Heydte era un soldado con todas las letras. Un profesional impresionante.

Ahora, el resto.

La Operación Stösser en las Ardennas fue la única en la que realizaron un salto nocturno los Fallschirmjäger durante la Segunda Guerra Mundial.

El Oberst Baron Friedrich August von der Heydte usó un paracaídas capturado soviético en el salto en las Ardennas. A pesar de estar convaleciente de una herida anterior y sufrir otra durante el salto, reportó que el paracaídas era mejor que el alemán, más controlable y no sufría mucha oscilación durante el descenso.

A diferencia de los otros soldados de la Wehrmacht que llevaban su Soldbuch (libreta de paga) en el bolsillo de su chaqueta, los Fallschirmjäger de la Operación Stösser no la llevaban durante el salto, sino que quedaba guardada en el lugar de partida. Sólo saltaron con una identificación especial.

Todas las operaciones aerotransportadas llevadas a cabo en la Segunda Guerra Mundial, con excepción del salto de las Ardennas tuvieron lugar fuera del rango de alcance de la artillería alemana. Los hombres involucrados en la Operación Stösser estaban supuestamente apoyados por artillería de largo alcance, pero no pudo ser utilizada ya que el aparato de radio se dañó durante el salto. Un observador de artillería, el Obersturmführer Etterich de la 12ú SS Panzer Division, los acompañaba.

Tanto los aliados como los alemanes utilizaron maniquíes para engañar a las fuerzas enemigas. El problema asociado con esto, no importa que tan realistas fueran, era que el engaño no duraba mucho tiempo. Los maniquíes fabricados por los aliados hacían explotar petardos al tocar el suelo, simulando disparos.

Los alemanes decidieron que el mejor uso de maniquíes era junto con las tropas paracaidistas para dar la sensación de que el número real de hombres implicados en la operación era mayor. Además experimentaron con el uso de latas de gas sujetas a los maniquíes para cubrirlos en el aterrizaje, dilatando el período del engaño. Esta idea nunca pasó de la etapa de planificación.

Pensando en la forma de recuperar los planeadores de las zonas de aterrizaje, el Alto Mando Alemán jugó con la idea de montarles motores livianos para que una vez que hubieran descargado a los hombres, pudieran retornar para usarlos nuevamente. Vamos, ni el doctor Bacterio...

Solamente el 20% de los hombres lanzados en las Ardennas estaban entrenados para saltar con sus armas y equipo. Esta desventaja provocó que un muy alto porcentaje de los contenedores de armas y suministros nunca fueran recuperados. Resultado: Apenas una veintena de hombres sin apenas armamento pesado encargados de tomar un cruce de carreteras vital. Imposible.