Publicado: Dom Sep 27, 2009 2:01 pm
por Domper
Un comentario al margen, aprovechando el excelente hilo que nos propone Paradiselost.

Lo que llama la atención es el mal uso de los recursos que hizo el ejército alemán en Stalingrado (y en otros puntos). En principio, un ataque a un punto fortificado sin apoyo es una receta para un fracaso costoso. Más contra un enemigo veterano y alerta. Precisamente el ejército alemán fue pionero en el uso de armas combinadas, que permitían aprovechar lo mejor de cada arma. Pero por lo que se relata en el hilo (y a la espera de lo que nos puedas aportar del último libro que has leído) contra la Casa Pavlov se hizo todo al revés.

Es razonable un ataque inmediato contra una posición recientemente tomada por el enemigo, incluso volverlo a intentar si fracasa. A partir de entonces, hay que pensar en otra cosa. Una opción es los carros, pero ya se ha dicho que el fuego con fusiles antitanques hecho desde lo alto era peligroso. Luego la solución obvia era destruir el edificio. Mediante zapadores, aviación o, mejor aún, artillería. Aunque no se consiguiese destruir a toda al guarnición, al menos parte de ella sería baja al derrumbarse el edificio, y perdería los puntos elevados (de observación o desde los que hacer fuego contra los carros), por lo que los tanques ahora sí podrían apoyar el ataque. O simplemente, ignorar las ruinas resultantes, ahora que ya no podían observar al enemigo.

Y si el edificio no se puede tomar ¿de verdad tenía tanto valor? En un frente estabilizado, desangrarse por un montón de ladrillos no tiene mucho sentido ¿qué más da 100 m delante o detrás?

Para acabar, se ha dicho que los alemanes sólo dieron valor a la “Casa Pavlov” cuando la perdieron. Pero esa paradoja no es rara durante la guerra. Simplemente, porque algunas posiciones son de escaso valor para un bando, y muy valiosas para otro. Un ejemplo (en otra época) puede ser el puerto de Mahón en Menorca, durante el siglo XVIII. Mahón tiene una de las mejores bahías del Mediterráneo, con fondos profundos, protegida del mar y de los vientos, y relativamente fácil de defender. Sin embargo, hasta la Guerra de Secesión ni España (la poseedora) ni Francia o Turquía (los que la atacaron) le dieron demasiado valor. Simplemente, porque todos ellos tenían bases navales tan buenas o mejores (en el caso Español en el Mediterráneo, Cartagena o Barcelona) y que al estar comunicadas por tierra eran más fáciles de aprovisionar y de defender.

Pero cuando Inglaterra se hizo con la isla consiguió una base con la que amenazaba gravemente las comunicaciones hispanofrancesas en el Mediterráneo. Lo que llevó a repetidos forcejeos, en el siglo XVIII y a principios del XIX Menorca fue sucesivamente española, inglesa, francesa, española, inglesa y finalmente española, con largos asedios. Durante esa guerra se mostró la debilidad fundamental de la isla, su aislamiento hacía que una vez desembarcaba el enemigo, podía darse por perdida, pero su puerto seguía siendo valioso (para lso ingleses) o peligroso (para españoles y franceses).

Y la solución tomada puede parecer aberrante: no es razonable fortificar, porque hay que hacerlo con todo: Menorca (los tres puertos que tiene), Mallorca e Ibiza, otros islotes, etcétera, a un coste inasumible. Pero puede hacerse lo contrario: demoler: tras la toma de Menorca por España en 1802 se destruyeron sistemáticamente las fortificaciones de la isla. Así no se podría impedir que tal o cual potencia tomase el puerto, pero su dominio sería siempre precario, en cualquier momento podría llegar una flotilla española y recapturarlo. Eso fue desfavorable en 1798, cuando Inglaterra tomó la isla casi sin luchar, pero la indefensión fue clave en la cesión definitiva a España por la Paz de Amiens.

Otro ejemplo, en la SGM: Iwo Jima. Era un islote de valor mucho menor para Japón que para USA, por lo que lo primero que se investigó era si se podía destruir la isla (con enormes zanjas que la dividiesen en partes) o al menos impedir que se construyesen aeródromos. Al ser imposible tuvo que ser defendida, en una batalla que todos conocemos. Tener que defender cada isla fue un gravísimo problema estratégico para Japón.

Con la casa Pavlov ocurrió probablemente algo parecido. Y la conslusión, la msima: si no tenía valor para los alemanes, y no se podía conservar, debía ser negada al enemigo: minada o destruida. Y no reconquistada en ataques costosos. Pero eso es sentido común, que no sobró en Stalingrado.

Saludos