Publicado: Vie Dic 08, 2006 7:38 pm
por Domper
No te equivoques sorbe el DDT. A pesar de sus efectos deletéreos sobre el medio ambiente (incuestionables) ha salvado millones (o decenas de millones) de vidas humanas. Y hoy día sigue siendo el medio de elección para control de la malaria en zonas endémicas (con las salvedades que indicaré).

Ninguno de nosotros lo recordamos, pero para eso están los libros de historia. La malaria llegó a afectas a latitudes tan templadas como Londres, y hasta mediados del siglo XX fue endémica en muchas zonas de Europa. Especialmente lo era el en Sur de Italia y en los humedales de Levante y Andalucía. Así, los reclutas procedentes de la Albufera de Valencia o de lugares similares eran apreciados porque eran resistentes a la malaria en Cuba o Filipinas. Claro que por cada recluta "resistente" un hermano había muerto en la infancia de paludismo.

Toda la costa española tenía zonas peligrosas: los humedales (hoy sustituidos por cemento) que había junto a la costa. La única posibilidad de lucha contra el paludismo era la desecación y roturación de dichos terrenos: visita el Golfo de Rosas y verás como las zonas húmedas actuales serán apenas un 10% de las originales.

El DDT es también eficaz como otros artrópodos como los piojos, que son los transmisores del tifus exantemático que mató a cientos de miles de personas durante la SGM. Fue precisamente el uso de estos pesticidas lo que acabó con el tifus exantemático, hoy una enfermedad rarísima que ya no ha vuelto a causar brotes, ni siquiera en situaciones horribles como el GULAG o las guerras de Indochina.

Aunque el DDT surgió durante la guerra se empleó enseguida para ayudar a la población civil. Tras los desembarcos en Italia fueron empleados masivamente sorbe las ciudades para eliminar mosquitos y piojos. Evitando epidemias, y erradicando de paso la malaria de Italia (combinado con el uso de antipalúdicos). En 1955 se emprendió un programa mundial de erradicación de la malaria que, aunque no consiguió el objetivo final, la consiguió erradicar de grandes regiones, y disminuyendo la mortalidad en el resto.

Posteriormente se comenzó a apreciar su toxicidad, pero esta se debía no tanto al uso para control de vectores de enfermedades, sino por su empleo indiscriminado para aumentar la producción agrícola en países desarrollados. La alarma creada pro la toxicidad de dicho compuesto hizo que se prohibiese en países desarrollados (siendo sustituido por otros productos menos persistentes pero más caros) pero de rebote causó una grave crisis en los países tropicales subdesarrollados, especialmente en Africa.

En esos países se sigue recomendando el uso de DDT (o de agentes similares) para el control de enfermedades, pero no con uso indiscriminado (es decir, nada de fumigar selvas) sino para proteger a los individuos: rociando las pareced de las viviendas (basta una impregnación cada seis meses) y con mosquiteras impregnadas. La cantidad de agente empleado es muy inferior (cien o mil veces menos que en las campañas de los cincuenta) y el impacto ecológico y sanitario, mínimo. Pero la prohibición del DDT en países desarrollados, y las presiones que sufren las empresas químicas por grupos ecologistas han hecho que apenas se fabrique DDT (o agentes similares, insisto) por lo que los países de Africa no pueden obtenerlo (ni pueden costearse otros agentes más caros). El resultado ha sido un aumento espectacular de la mortalidad por malaria. Se calcula que la prohibición del DDT ha causado cerca de 90 millones de muertes: el doble que la Segunda Guerra Mundial.

Yo soy el primer ecologista, pero si tengo que elegir entre volver a tener malaria en la costa española y el uso de insecticidas, pues… España puede permitirse fumigar con metoxiclor una región si hay un brote autóctono de paludismo, pero Mali, Bolivia o Sri Lanka no pueden permitírselo.

Recordad, además, que en España sigue habiendo mosquitos Anopheles transmisores de la enfermedad, y que los viajes en avión han provocado contagios ocasionales en aeropuertos, etcétera. Es cuestión de tiempo que tengamos un brote autóctono.

La cuestión del DDT sigue abierta, y parece que hay que revisar la relación riesgo (que es pequeño pero no nulo) y beneficios. Por cierto, no se ha demostrado que el DDT sea cancerígeno (sólo hay estudios en animales que recibieron dosis enormes, y estudios epidemiológicos bastante dudosos) ni afecta a la absorción del calcio. Sólo se ha demostrado que produce nacimientos pretérminos y se ha relacionado con la supresión de la lactancia materna. Recuerda que hay poblaciones que llevan sesenta años usando el insecticida y en ellas no se ha demostrado toxicidad: es uno de los agentes más seguros de este tipo (no creerás que el Lindano no es tóxico, supongo). A cambio de esa dudosa toxicidad, lo que sí se ha demostrado es que disminuye la mortalidad infantil por malaria y, como digo, se recomienda su uso en regiones de alto riesgo.

La cuestión: si viviésemos en Mozambique, y tuviésemos niños ¿usaríamos organoclorados?

Saludos