Publicado: Vie Dic 08, 2006 7:32 pm
por Domper
Ezoniev escribió:Recuerdo en la mili a mi capitán, un legionario práctico. Nos decía que para tomar una cota defendida por una ametralladora, lo utilizable era un pelotón con c90 y cetmes. Si usas un misil, gastas 3 millones para destruir un arma de 50000 pesetas. A la larga el enemigo te gana arruinándote. Es mas barato entrenar tres soldados que sustitutan a los muertos que comprar un misil. :shock:


Pues tu capitán no era un genio como estratega, no.

Por de pronto, un pelotón tiene que hacerlo muy bien para lidiar con una ametralladora bien emplazada, si su único apoyo depende de su propio armamento. Los lanzagranadas (tipo C90, pero lo mismo puede decirse del LAW o del Panzerfaust) son muy eficaces, pero aceptando sus limitaciones. Si atacas una posición con poca potencia de fuego estás buscando un desastre.

Para eso, una cita de Eisenhower (en su etapa de político, cuando reclamaba fondos al congreso para rearme):

"Si tengo que atacar una colina defendida por un batallón con dos batallones, la tomaré, pero será una carnicería. Si la ataco con una división la tomaré con facilidad y casi sin bajas". Lo que viene a ser el principio táctico más adecuado desde los tiempos de los Hititas (por lo menos): concentración.

Otro aspecto muy importante es que cada misión requiere su equipo adecuado. Tomar esa colina con una ametralladora (con un arma de 50.000 pelas, pero con varios servidores que valen mucho más) puede ser un problema para un pelotón, pero es una minucia para un tanque. Otras veces, al revés, los israelíes descubrieron en 1973 que asaltos que resultaron costosos fracasos usando tanques con infantería se vencía casi sin bajas.

Por otra parte, el entrenamiento de un soldado profesional (o de un veterano) cuesta bastante más que los tres kilos del misil. Seguro que sus padres lo reen, y el soldado también. Aparte, hay otros factores que influyen. Uno es la moral, que no queda favorecida cuando debe compensar con sangre la racanería. Otro, es el tiempo, el factor más importante, según Napoleón.

El hecho es que en los últimos conflictos, dijese lo que dijese el capitán, se ha hecho un uso muy intensivo del armamento guiado. El objetivo no es destruir una ametralladora, sino incapacitar y abrumar al enemigo. Por ejemplo, en la última guerra "sólo infantería", la de las Malvinas. En ella los ingleses gastaban alegremente sus misiles Milan contra los puntos de resistencia argentinos, pero ese supuesto desperdicio quedaba compensado por la parálisis en que quedaba sumida la fuerza argentina, incapaz de responder con sus armas "clásicas" (morteros, lanzagranadas, cañones sin retroceso), y al final era vencida y desalojada de posiciones que hubieran debido ser inexpugnables.

Fue precisamente en la SGM cuando los norteamericanos inventaron lo de combatir con dinero y no con sangre. Es decir, malgastar equipo y municiones a ritmos increíbles evitando perder vidas. No lo hicieron bien del todo, y demasiadas veces eran contenidos por no querer arriesgar. Pero en el Pacífico la receta (potencia de fuego, más potencia de fuego y todavía más potencia de fuego) resultó abrumadora para los soldados japoneses, e incluso en las batallas más duras perdían cinco soldados por cada baja norteamericana.

Saludos