Publicado: Mié Dic 06, 2006 10:35 pm
por Bitxo
Entrar en el mundo de las suposiciones y hablar de errores es hablar demasiado. Puedes decir que estás o no de acuerdo, que sospechas lo mismo o que sospechas otra cosa. A fin de cuentas, me das la razón: Stalin no pretendía una ofensiva en el 41, sino más adelante en todo caso.
Pero vamos a repasar esos "errores":

Tanto la Guerra de Invierno como la ocupación de los Estados Bálticos y de la Besarabia rumana fueron evidentes movimientos defensivos: La Guerra de Invierno sucedió porque los finlandeses no se avinieron al acuerdo de intercambio de terrenos propuesto por Stalin. Sin entrar en detalles, el intercambio suponía el dominio del Báltico con piezas artilleras desde la costa finlandesa y de las repúblicas bálticas (de ahí su ocupación también), permitiendo tanto la defensa de Leningrado como de las islas bálticas. Además, se creaba un colchón defensivo ante Leningrado nada despreciable. La ocupación de Besarabia, y parte de Bucovina, no era sólo una revancha por los tratados resultantes de la PGM, sino otra manera de protegerse amenazando la principal fuente de petróleo alemana con un ataque preventivo.

Stalin era realista y Churchill no podía pactar un reparto de Europa... Bueno, yo respeto mucho tu opinión. La mía sigue siendo que Hitler temía un acuerdo de este tipo. Después de todo, Churchill trató de acercase a Stalin tras la caída de Francia, pero Stalin rechazó todo acuerdo con los ingleses. Señal de que no deseaba entrar en guerra todavía, por cierto, que esa se me había olvidado. Mi opinión es que Hitler realizó un ataque preventivo contra la URSS al ver que GB no se rendía, y empujado también por motivos económicos.

Hitler no podía esperar la derrota rápida de Francia por los siguientes motivos:
-Hitler no deseaba una guerra en Occidente, y de hecho buscó la paz durante la "PhoneyWar".
-El primer plan de ataque apenas se diferenciaba del de la PGM.
-El segundo plan de ataque resultaba tan novedoso que nadie podía esperar su fulgurante éxito. De hecho, durante la campaña, Hitler estuvo sujetando las riendas de sus comandantes para que no avanzaran demasiado y se expusieran a contraataques de flanco que cortaran sus líneas de suminstros.
Otra cosa es que tuviera prisa por atacar a Francia. El lamentable estado financiero del Reich, del que luego hablaremos, invitaba a actuar deprisa, antes de que la inflación se elevase demasiado, como sucedió en la PGM.

Vamos a ver eso de la economía. Para ello te copiaré un texto de Götz Aly, de su libro "La utopía nazi":
"A diferencia de 1939, en 1914 Alemania recordaba las tres guerras victoriosas de Bismarck y una paz de más de cuarenta años, la época de la unificación, la expansión económica y el bienestar burgués. Los almacenes y comercios del sector privado estaban bien abastecidos, y representaban al comienzo de la PGM un valor de alrededor de 40 millardos de marcos. En 1940 el Reich sólo podía recurrir a existencias almacenadas por valor de unos 5 millardos de RM, teniendo en cuenta además que un marco de 1940 representaba un valor claramente más bajo que el de 1914. En vísperas de la PGM el Banco del Reich disponía de unas reservas de oro por valor de 1.400 millones de marcos con los que hacer compras en los países extranjeros neutrales, y el valor de las monedas de oro en circulación ascendía a otros 2.500 millones de marcos. El 1 de septiembre de 1939, en cambio, las reservas de oro alemanas acreditadas o mantenidas en secreto representaban tan sólo unos 500 millones de RM".
Si bien es cierto que la capacidad de financiación era mucho más eficaz en la SGM que en la PGM, la situación de partida era mucho peor. Todos temían que, con la guerra, y como sucediera en la PGM, el nivel de vida de los alemanes se redujera hasta quedar bajo mínimos, algo nada deseable para la estabilidad política necesaria.
A finales de agosto de 1939, por culpa del rearme vertiginoso, la deuda pública del Estado se elevó a 37.400 millones de RM. Para el mismo año, las necesidades civiles ascendían a 16.300 millones de RM y las de la Wehrmacht a 20.500 millones. Los ingresos corrientes del Estado se situaban en torno a los 17 y 18 millardos de RM. Las serias advertencias de Schacht provocaron su sustitución por Funk.
El 1 de julio de 1940, Friedrich, comisario de precios del Reich y futuro opositor a Hitler, advirtió que para finales de 1941, si continuaba la guerra, habría que dedicar 3/5 partes de los ingresos anuales para saldar deudas pasadas, lo que conllevaría a que ni siquiera se podría cubrir la deuda con los ingresos corrientes, pues esta iría aumentando constantemente.
La Gran Depresión afectó a todos, pero para los que ya andaban muy mal, como Alemania, fue mucho peor.

Si Stalin hubiese atacado a Hitler, tal y como deseó Churchill desde la caída de Francia, no hubiese habido más remedio que incluirlo en las conversaciones de paz, tal y como sucedió en 1945.

Los constantes aumentos de "Gastos de ocupación" a todos y cada uno de los países ocupados, me inducen a pensar, junto a la opinión de Friedrich, que la ocupación de Francia no bastaba para saciar el constante endeudamiento del Reich.

Si comparamos las otras conquistas, especialmente Polonia, con Francia, nos damos cuenta de que el Armisticio con este país lo respetaba mucho y a sus colonias. Francia seguía siendo soberana, con su flota y sus colonias, y su situación se reestudiaba tras la caída de Inglaterra. Por supuesto tendrían que poner un gobierno pro alemán y habría algún tipo de tratado ventajoso para Alemania, pero de ahí a ocuparla indefinidamente hay un trecho muy largo.

Hitler tenía miedo a Stalin y por ello deseaba tener las manos libres. Por muy loco que estuviera o se volviese, no era como para desear la temida guerra de dos frentes. Remitiéndome una vez más al análisis financiero de Friedrich, vemos que a Alemania le interesaba la paz. De continuar la guerra, debía derrotar a Inglaterra antes de meterse en la URSS. Pero la negativa de esta a rendirse, pese a ofertas teóricamente aceptables dada su situación desesperada, hizo suponer un ataque de Stalin y, para prevenirlo, la planificación de Barbarroja.

Churchill no podía negociar por su cuenta, pero sí proponer en su Parlamento. Y no lo hizo.

La industrialización, lejana, en un país subdesarrollado en infraestructuras, se planificó por miedo a un ataque de occidente.
La colectivización de los Kulaks supuso que unos 20 millones de rusos murieran de hambre o en campos de concentración. Para 1936 la colectivización alcanzó el 90%. No resulta un panorama muy apto para la estabilidad política. Lo único que faltaba era una guerra para la que se sabía no se estaba preparado. El gasto militar se incrementó desde poco más del 3% del Presupuesto del Estado en 1928, hasta el 33% en 1940 como clara respuesta a la escalada nazi. Para dar otra imagen, quizás más acertada de lo contentos que podían estar los rusos con Stalin, apuntaré que en Moscú, ¡en Moscú!, sólo un 6% de las familias disfrutaban de más de una habitación, un 40% de sólo una habitación, un 24% compartía habitación con otra familia y un 25% precisaba de dormitorios públicos.

Mientras Stalin se mostraba confiado en público, se realizaban preparativos militares para la defensa de la URSS. Ello explica el llamamiento de reservistas y todo lo demás. De las casi 130 divisiones soviéticas, 60 defendían Ucrania, 40 el centro y 30 el norte, pues Stalin pensaba que el ataque vendría por el sur por motivos económicos. "La idea misma de que el Ejército Rojo tuviese que hacer una guerra defensiva se interpretaba como señal de una actitud inadmisible por derrotista. Así pues, muchas de las unidades que combatieron en junio se encontraron con que sólo tenían mapas del territorio alemán, por donde supuestamente avanzarían, y no del territorio nacional que estaban defendiendo y en el que tal vez tendrían que retirarse", según Williamson Murray y Allan R. Millett en su libro "La guerra que había que ganar".

La manera en que Stalin malgastaba en un principio la vida de sus soldados con ataques suicidas arrojándolos contra los alemanes, es otro claro indicio de la preocupación que le causaba la cesión de territorios y la consecuente inestabilidad política. Es decir, que cometió el mismo error que los estrategas polacos que se negaron a ceder las ricas regiones fronterizas. Esto, además, es reforzado cuando se considera la manera en que se ocultó a la población del interior el avance alemán.

La falta de materias primas fue una de las mayores causas de la Revolución bolchevique, y eso no llegó a subsanarse del todo. Trataré de averiguar más para resultar más preciso, pero ahora mismo ya me quedé sin tiempo.