Publicado: Mar Oct 21, 2014 5:50 pm
por Fallschirmjäger
Tomando en cuenta su dureza, no es de extrañarse que esta infame orden fuera presentada como evidencia en los varios juicios que se siguieron a los altos líderes políticos y militares del Tercer Reich. La primera alusión de su existencia fue en la vista del 8 de febrero de 1946 de los Juicios de Núremberg. El fiscal en jefe de la delegación soviética, general Roman Rudenko, hizo la siguiente alusión sobre la orden:

Mientras ellos saqueaban y robaban propiedad pública y privada, los invasores hitlerianos condenaron al hambre y a la muerte a la población de los distritos así saqueados. La orden del 10 de octubre de 1941 del mariscal de campo Reichenau, que fue distribuido como un modelo entre las unidades alemanas junto a una nota diciendo que Hitler la consideraba una orden excelente, contenía la siguiente incitación para saquear y exterminar a la población: “Proveer a los habitantes locales y prisioneros de guerra con comida es un acto de humanidad innecesaria.”


Cinco días después, la orden de von Reichenau sería presentada formalmente como evidencia por el sub fiscal en jefe de la delegación soviética, coronel Pokrovsky:

Cnel. Pokrovsky: …Osterreich también habla acerca de directivas que proveen la ejecución de todos los comisarios políticos del Ejército Rojo, comunistas y judíos. Tal disposición prácticamente abría el camino para el exterminio de cualquier prisionero de guerra soviético bajo el pretexto de que era sospechoso de pertenecer al partido comunista o si tenía aspecto judío.

Al resumir el testimonio del general Kurt von Osterreich es necesario citar una frase mencionada, creo, por el comandante en jefe, general mariscal de campo von Reichenau en “La conducta del Ejército en el Este” Pongo a consideración del Tribunal este documento como nuestra Prueba Número USSR-12 (Document Number USSR-12). Esta cita está en la página 33 en su libro documento: “Proveer a los habitantes locales y prisioneros de guerra con comida es un acto de humanidad innecesaria.” Pongo a consideración del Tribunal Militar esta despreciable directiva del mariscal de campo de Hitler y pido que sea aceptada como evidencia. Este documento está registrado bajo el Número USSR-12. Tres de los oficiales de alto rango de Hitler confirmaron que incluso al comienzo de la guerra, en una conferencia especial…

Presidente del Tribunal Geoffrey Lawrence: Podría decirnos si esta orden fue emitida por el mariscal de campo von Reichenau? Por el general mismo?

Cnel. Pokrovsky: La orden está firmada por el general mariscal de campo von Reichenau.

Presidente: Fue capturada o qué?

Cnel. Pokrovsky: Este documento fue uno de los trofeos capturados por el Ejército Ruso.

Presidente: Por el Ejército Ruso?

Cnel. Pokrovsky: Por el Ejército Ruso.

Presidente: Gracias.

Cnel. Pokrovsky: Tres de los oficiales de alto rango de Hitler han confirmado que ya al comienzo de la guerra la cuestión de exterminar a los prisioneros de guerra soviéticos fue establecida durante una conferencia especial. Ellos –los testigos- difieren levemente en los detalles, pero el hecho mismo ha sido definitivamente establecido. La frase que cité de la directiva del mariscal de campo Reichenau también confirma que incluso el suministro de comida a los soldados del Ejército Rojo tomados prisioneros por los alemanes fue considerado como “humanidad innecesaria”.


Paulus fue llamado como testigo, casi de imprevisto, en las vistas del 11 y 12 de febrero de 1946. De su testimonio solamente puede rescatarse lo siguiente con relación a las órdenes ilegales dentro del 6º Ejército:

Dr. Heinz Fritz (abogado del acusado Hans Fritzsche): Testigo, usted conoce al acusado Fritzsche?

Paulus: Sí, lo conozco.

Dr. Heinz Fritz: Está enterado del hecho de que durante el verano y otoño de 1942 él estaba con su ejército?

Paulus: Sí.

Dr. Heinz Fritz: Testigo, en el curso de este juicio hubo una discusión acerca del mando del OKW que, como escuché, también fue duramente criticado por usted, acorde al cual todos los comisarios del ejército ruso capturados debían ser ejecutados. Está consciente de aquella orden?

Paulus: Sí, fue de mi conocimiento.

Dr. Heinz Fritz: Recuerda que el acusado Fritzsche, después de que fue conocedor de aquella orden en el curso de su deber en el este, hizo una propuesta a usted y a sus oficiales de inteligencia (Ic) acorde al cual esa orden debería ser cancelada hasta donde la zona de su ejército concernía?

Paulus: No puedo recordar ese incidente. Creo que es perfectamente posible que Herr Fritzsche discutiera esa cuestión con mi estado mayor, pero cuando asumí el control de aquél ejército el 20 de enero de 1942, esa orden no fue cumplida en mi zona. Hasta donde sé, esta orden, que en la práctica no fue operativa, de hecho fue cancelada posteriormente.


Luego de las preguntas de algunos abogados de la parte acusada, el juez estadounidense y el soviético hicieron sus preguntas a Paulus, de ellas se desprende lo siguiente:

El Tribunal (General Iona Nikitchenko, Representante soviético): Qué sabía de las directivas emitidas por el gobierno, organizaciones en Alemania y el Mando Supremo, referentes al trato de la población soviética por parte del ejército?

Paulus: Recuerdo que sí aparecieron instrucciones, pero no puedo recordar la fecha al momento. En esas instrucciones se dieron reglas definitivas para la manera de conducir la guerra en el Este. Creo que este principal decreto fue incluido en el llamado Folder Verde, pero pudieron haber sido órdenes aisladas y especiales al efecto de que ninguna consideración particular debería ser mostrada a la población.

El Tribunal (Gral. Nikitchenko): A qué se refiere por “no mostrar consideración particular”, o tal vez la traducción no es correcta?

Paulus: Eso significa que sólo necesidades militares deberían ser consideradas como base para todas las medidas que fueran tomadas.



Ya sea que la conocida “Orden de los Comisarios” fuera anulada por Paulus o que no hubiera sido operativa desde que tomó el mando, las unidades que formarían parte del 6º Ejército que pereció en Stalingrado fueron muy activas al momento de cumplirlas desde el inicio de la campaña en 1941. Robert Kershaw en su libro War without Garlands da varios datos como referencia:

En el Sexto Ejército alemán con el Grupo de Ejércitos Sur, la orden de los comisarios había sido pasada hasta el nivel de batallón. Asesinatos después que comenzó el avance fueron lo suficientemente comunes como para ser poco asombrosos. Veinticuatro horas dentro de la campaña, el Panzergruppe 1 reportó al Ic (oficial de inteligencia) del Sexto ejército que ambos, XXXXVIII y III Cuerpo de Ejército, habían tomado cada uno a un comisario político y los habían “manejado apropiadamente”. Acorde a un reporte de la 62 División de Infantería, nueve supuestos civiles irregulares y un comisario político, capturados en los bosques al norte de Sztum “fueron tratados apropiadamente según la directiva ordenada”. Subsecuentes ejecuciones siguieron: La 298 División de Infantería despachó a un comisario el 1 de julio, y la 62 División de Infantería ejecutó a cinco y nueve al día siguiente. El XXXXIV Cuerpo de Ejército mató a otro y con uno que subsecuentemente cometió suicidio después de su captura. La ejecución de comisarios en el Sexto Ejército se convirtió en rutina: 122 fueron “despachados” durante operaciones partisanas en el área del LI Cuerpo de Ejército para el final de la batalla de Kiev.


Como Omer Bartov afirma, las directivas del tipo de la “Orden de los Comisarios” y la “Jurisdicción de los tribunales militares” hicieron su mella en la totalidad de las tropas alemanas incluso cuando estas órdenes ya hubieran sido revertidas. En este sentido, Antony Beevor cita un par de hechos que se sucedieron luego de que Paulus hubiera asumido el mando del 6º Ejército:

Aunque las maneras bastante distantes de Paulus lo hacían parecer frío, era más sensible que muchos generales al bienestar de sus soldados. Se dice también que canceló la orden de Reichenau del 10 de octubre fomentando un tratamiento «severo» de los judíos y partisanos, aunque cuando el VI ejército llegó a Stalingrado, su Feldgendarmerie recibió al parecer la orden de arrestar a los activistas comunistas y a los judíos para entregarlos al Sonderkommando SD para «medidas punitivas».


Los incendios y ejecuciones de represalia no terminaron con la muerte de Reichenau y la llegada de Paulus. Por ejemplo, el 29 de enero de 1942, unas tres semanas después de que el nuevo comandante en jefe del VI ejército asumiera el mando, la aldea de Komsolomsk cerca de Jarkov, con 150 casas, fue quemada hasta los cimientos. Durante la operación, ocho personas fueron ejecutadas y dos niños, quizá tan aterrorizados que permanecieron escondidos, murieron quemados.


En la vista del 15 de febrero de 1946, el consejero judicial y fiscal asistente soviético, L.N. Smirnov, presentó ante el tribunal de los procesos de Núremberg varios documentos concernientes a los crímenes cometidos contra la población civil de la Unión Soviética, Yugoslavia, Polonia y Checoslovaquia. De entre estos documentos se desprende lo siguiente:

Refiero otro documento que no ha sido incluso ni parcialmente leído dentro del registro. Refiero la prueba Número USSR-63 (Document Number USSR-63) del comisario del Consejo Distrital Djerjinski de la ciudad de Stalingrado. Llamo la atención del tribunal al hecho de que esta acta oficial, que fue redactada por miembros de la autoridad soviética local y de la comunidad del distrito Djerjinski de Stalingrado, fue aprobada por la Comisión Extraordinaria del Estado bajo la firma de un miembro de la comisión, académico Trainin, y por otras personas. Los miembros del tribunal encontrarán el acta en cuestión en la página 222 del libro documento, columna 1 del texto.

Debo comenzar la cita del reporte de la comisión, que investigó el territorio del distrito Djerjinski de Stalingrado después de la derrota de los alemanes en Stalingrado. Este reporte contiene información concerniente a los anuncios fijados en las calles de Stalingrado por la comandancia (Kommandantur) alemana y los resultados de esos afiches. Comienzo mi citación en la página 222 del libro documento en poder de los miembros del tribunal, en la columna 1 del texto, último parágrafo:

“… la comandancia militar sembró muerte en todas partes. Fijó anuncios en las calles, amenazando de muerte por ejecución a cada paso. Por ejemplo el siguiente anuncio fue colocado en la calle Aral: ‘Muerte a quien pase aquí.’ En la esquina de las calles Nevskaya y Medveditzkaya: ‘Paso libre prohibido a los rusos; por la violación de esta orden – muerte.’ Como un asunto de hecho, los alemanes ejecutaron a los ciudadanos a cada paso: Cientos de tumbas a lo largo de las calles del distrito Djerjinski de la ciudad de Stalingrado rinden testimonio de las ejecuciones. Los cuerpos de aquellos que fueron torturados, disparados o colgados en la misma comandancia fueron al principio arrojados dentro de una zanja cerca del edificio de la comandancia (Kommandantur). Después de que los invasores fueron expulsados, se hallaron 31 cuerpos en esta zanja. Cuando la zanja se llenó, los cuerpos fueron traídos al cementerio, a 2 kilómetros de la comandancia. En el cementerio había otra zanja de 6 metros de profundidad, 40 metros de largo y 12 metros de ancho.

Después de que los invasores fueron expulsados, 516 cuerpos de ciudadanos soviéticos fueron encontrados en esta tumba, incluyendo los cuerpos de 50 niños quienes habían sido torturados hasta morir, ejecutados o ahorcados en el edificio de la comandancia y en otros lugares. Una exanimación de los cuerpos llevada a cabo el 25 de marzo de 1943 estableció que los hitlerianos habían torturado salvajemente al pueblo soviético antes de matarlos. Adicionalmente a los cuerpos de los niños, los cuerpos de 323 mujeres, 69 ancianos y 74 hombres jóvenes fueron descubiertos. Ciento cuarenta y un cuerpos mostraban marcas de heridas infligidas por armas de fuego en la cabeza y en el pecho; 92 cuerpos tenían marcas en sus cuellos que mostraban que habían sido ahorcados. Todos los demás cuerpos fueron mutilados y tenían señales de tortura. Ciento treinta victimas, mujeres y niñas, tenían sus brazos torcidos atrás de sus espaldas y atados con alambre, y 18 de los cuerpos tenían sus pechos cortados, algunos tenían sus orejas y dedos arrancados, y la mayoría mostraba signos de quemadura en sus cuerpos.

Una exanimación a aquellos cuerpos reveló que 21 mujeres murieron por torturas y heridas y que los restantes habían sido primero torturados y luego ejecutados.

Incluso los cuerpos de los niños fueron mutilados. Algunos tenían sus pequeños dedos cortados y los ojos fuera de las cavidades.”


Ahora finalizo la citación de este documento, y, en cumplimiento con los deseos del tribunal al efecto de que no detalles sino casos testificando nueva información en el sistema de terror de Hitler sea reportado, omito tres páginas del reporte y paso a la siguiente sección sobre la presentación de evidencia: “Sobre torturas infligidas por los hitlerianos en el curso de las interrogaciones…


Aunque la actitud de un comandante tan tradicionalista como Paulus indudablemente influyó positivamente en la conducta de su ejército, no creo que los vestigios dejados por von Reichenau hubieran desaparecido de la noche a la mañana.

Indiferentemente si la cita del fiscal asistente Smirnov fuera cierta o no, es evidente que existieron crímenes de guerra dentro de la batalla de Stalingrado. Los desalojos forzados de los civiles y el despojo de sus alimentos, con la llegada del invierno se convirtieron en una sentencia de muerte segura; así como las mujeres y niños que intentaban obtener algo del grano almacenado en el conocido silo de la ciudad hallaban la muerte si eran descubiertos.