Publicado: Mar Abr 22, 2008 4:44 pm
por Simon dice
Algo mas para agregar a lo de Ana Frank
Asunto: Lo que Ana Frank no anotó en su "Diario" Vie 08 Jun 2007, 11:02 Responder citando
algo interesante que acabo de leer para compartirlo.

Lo que Ana Frank no anotó en su "Diario"

"Biografía de Ana Frank. 1929-1945"

Los lectores del "Diario de Ana Frank", uno de los documentos más estremecedores sobre el Holocausto judío, suelen sentir un culpable desasosiego ante el plácido final del libro, redactado por su autora durante los dos años y casi dos meses que pasó escondida de los nazis con su familia en una buhardilla de Amsterdam. El último escrito está fechado el 1 de agosto de 1944, y la adolescente se entrega a una inofensiva disquisición sobre las dos caras de su propia personalidad. Y así, sin ninguna conclusión, todo termina. La mayoría de las ediciones del famoso diario, traducido a más de cincuenta idiomas, culminan con un sucinto epílogo en el que se consigna la detención de los ocupantes del escondrijo y su terrible final.

Carol Ann Lee, una británica nacida en 1969 y fascinada desde los 7 años por esta triste historia, sacia esta inconfesada curiosidad arrancando su "Biografía de Ana Frank" con una crónica detallada de la detención de los judíos escondidos, ocurrida tres días después, el 4 de agosto. Colaboracionistas holandeses irrumpen en una tranquila oficina de Amsterdam y exigen a los empleados de Otto Frank, padre de Ana y propietario de la empresa, que les conduzcan hasta el anexo donde se ocultan los perseguidos.

El matrimonio Frank y sus hijas Ana y Margot, los Van Pels con su hijo Peter y Fritz Pfeffer bajan las escaleras hacia la deportación y el exterminio "como perros apaleados", como dice Miep Gies, única de sus protectores que aún vive.

Si de algo puede acusarse a Carol Ann Lee no es de falta de meticulosidad. Licenciada por la Universidad de Manchester, trabajó en el Museo Judío de la ciudad y en 1991 coorganizó la exposición "Ana Frank en el mundo". Inició las investigaciones para esta biografía hace diez años, y el bagaje acumulado hizo que en 1997 lograra el apoyo de Buddy Elias, único pariente vivo de Ana (eran primos).
En el libro, Lee muestra en cada línea lo exhaustivo de sus pesquisas. Así, reconstruye la genealogía de los Frank y los Holländer (apellido materno) y sus raíces en Francfort del Meno, donde nacieron Ana y Margot, al tiempo que recrea la persecución nazi contra los judíos. Los Frank emigraron a Amsterdam en 1933, donde se sintieron seguros hasta la invasión de Holanda.

Lee acumula entonces cifras y más cifras de judíos emigrados, judíos escondidos, judíos deportados, judíos asesinados, judíos salvados... La autora ha rastreado archivos y hemerotecas en busca de números que indicaran el volumen de la tragedia. Además, el libro rebosa citas del "Diario", de familiares y amigos, cartas, algunas fotografías inéditas, y el aliciente de que Lee ha visionado casi todos los documentales existentes sobre Ana Frank.

La corta vida de Ana (murió de tifus a los 15 años en el campo de Bergen-Belsen) permite a Carol Ann Lee detenerse profusamente en una infancia feliz. La narración de esos años tiene un agradable toque costumbrista, con niñas jugando a la rayuela, escuelas, cumpleaños, vacaciones en la playa, e incluso amistades por correspondencia.

Para los amantes del "Diario" resultará fascinante oír hablar con voz propia a personas que Ana menciona en sus escritos, que sobrevivieron a la guerra y han contado sus recuerdos: su primer "novio", Sally Kimmel; su amiga Sanne, a quien ella llamaba Lies; su maestra, la señora Kuperus; su primo Buddy; Juanita, su amiga por carta...

La ocupación de Holanda cambia las cosas y, el "Diario", nacido libre, se traslada a la cautividad. Con los protagonistas ya escondidos, el relato de sus cuitas pierde un tanto el interés: la voz directa de Ana Frank en su "Diario" es demasiado poderosa para que Lee pueda competir con ella. Lo salva con un análisis de la personalidad de Ana de la adolescencia (incluido su romance con Peter) hacia una prematura madurez.

Tras el arresto, la voz de Lee recobra autoridad al narrar el periplo de los ocho judíos y de dos de sus protectores, también detenidos. En los campos que Ana conoció (Westerbork, Auschwitz y Bergen-Belsen), el horror sólo intuido, y amueblado en nuestra imaginación por tantas imágenes de prisioneros famélicos, cadáveres amontonados y humo de crematorios, resulta tan increíble como difícil de describir.
Lee lo consigue echando mano de una precisión notarial en el encadenamiento de sufrimientos de los Frank, los Van Pels y Pfeffer. El trayecto de Holanda a Auschwitz es narrado por quienes lo soportaron apiñados en el mismo vagón que los Frank. Y las espeluznantes condiciones de Bergen-Belsen, en cuyas fosas comunes yacen Ana y Margot, cobran realidad en las penalidades de ambas hermanas: vestidas con sacos y enfermas de sarna, sin comida, con frío, tifus y muerte.

Pese al título, el libro no acaba en 1945, sino que recoge el regreso del único superviviente, Otto Frank (falleció en 1980), y su decisión de publicar el diario para honrar así a los difuntos. De la biografía de Lee subsiste el afán por documentar una tragedia, pero se aprecia en su prosa una cierta falta de calor ante tanta desdicha, como si la autora hubiera ahogado en cifras y datos el alma verdadera de los protagonistas.

Posteado por el usuario manfred von richtoffen (moderador)

Fuente : http://www.1y2gm.com/shoah-f11/lo-que-a ... o-t253.htm


Muy interesante.