Publicado: Jue Jul 14, 2016 12:03 am
por Richard Hiedrich
Ésta es la historia de Arthur Brady, marino del P-251 HMS Subtle, destinado en el pacífico

HMS SUBTLE junto al pequeño HMS XE-8
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Fuente: http://www.maritimequest.com/warship_di ... page_1.htm

Nací en 1924, tenía tan solo 14 años cuando empecé a trabajar, y justo entonces estalló la guerra. Habíamos sido pertrechados con máscaras de gas y se nos había proporcionado multitud de información para que los civiles nos protegiésemos de los ataques aéreos. Muy pronto decidí que quería alistarme en la Marina Real, pero aún era demasiado joven para entrar a tiempo completo así que me uní a los Cadetes Marinos para allanarme el camino cuando el momento llegase. Para llenar mi tiempo empecé a trabajar en Siemens Brothers & Co en Woolwich, y cuando los ataques aéreos comenzaron trabajamos para la industria de guerra, haciendo partes de avión y bobinas de desmagnetización para buques, siendo frecuentemente interrumpidos para tomar refugio en los sótanos apuntalados bajo el suelo de la propia fábrica.

Cuando todas las noches los londinenses se refugiaban en sus casas de los bombarderos alemanes, yo solía patrullar las calles como vigilante de incendios tratando con las bombas incendiarias que llovían a cientos. Al estar tan cerca del arsenal de Woolwich (vivía en el mismo distrito) y de los muelles de Londres, fuimos sometidos a una gran cantidad de bombardeos.

En Enero de 1943 fui a Worcester de Cadete Marino para formarme como radiotelégrafista. Allí pasé las noches en el campanario de la catedral por si las bombas incendiarias llegaban a golpear el techo. Afortunadamente nunca lo hicieron.

Fui elegido muy pronto para servir en submarinos donde existía cierta escasez de operadores de radio. Entrené en el HMS Dolphin en Gosport y en el HMS Elfin en Blyth, Northumberland, finalizando el proceso de entrenamiento en alta mar a bordo del H44, un submarino de la primera guerra mundial navegando en las inmediaciones de Londonderry.

Después del entrenamiento marítimo llevé a cabo todas las clases necesarias para trabajar, todo marino necesita nociones de otras tareas que no son las suyas propias como un curso de maniobra, mantenimiento de la profundidad, la carga de torpedos etc. Yo ya estaba listo para unirme a mi primer navío y partir. Cuando estaba esperando para embarcar conocí a mi mujer durante un ataque aéreo en un baile en Welling, Kent. Después quedamos otra tarde y no nos volvimos a ver hasta después de la guerra cuando regresé, tan delgado como un rastrillo y extremadamente pálido como resultado de pasar días y noches encerado en un submarino. Nos casamos más tarde en 1947 y estoy orgulloso de llevar 67 años juntos.

Llegué a Ceilán (actual Sri Lanka) a bordo de un buque de transporte. Embarqué en el HMS Subtle, operando desde Trincomalee labores de patrulla en el estrecho de Malacca y los alrededores de Singapur. Nos encontrábamos allí para hundir navíos de guerra japoneses y otras embarcaciones que portaban suministros para las fuerzas japonesas en Burma. También trazábamos la superficie que abarcaban los campos de minas, llevamos a cabo misiones secretas, inspecciones de costa encontrando posibles puntos de despliegue. A veces, de patrulla, tomábamos parte en misiones de rescate aire-mar, o haciendo guardia para recoger a la tripulación de los bombarderos si era necesario.

La vida a bordo de un submarino de la segunda guerra mundial era de todo menos cómodo, con el agua severamente racionada, practicando el “hot bunking” que viene a significar dormir en diferentes momentos del día o de la noche en el lugar en el que hubiera espacio, en la cubierta, en una mesa o hasta en un armario, manteniéndonos hasta un mes en aguas enemigas. Realicé cuatro patrullas a bordo del HMS Subtle.
Finalmente, tras ser severamente dañado por cargas de profundidad el 8 de Mayo, volviendo a puerto, atacamos un crucero japonés, el Haguro, que terminó siendo hundido por una flotilla de destructores. Ésta fue la última batalla de destructores de la guerra. Al regresar a la base fuimos recibidos por un reflector de señales que nos indicaba que “habíamos regresado a puerto en una ocasión trascendental”-Era el día de la victoria sobre Japón, algo que ignorábamos por completo! Celebramos tal ocasión trascendental a bordo del HMS Wolfe, nuestro buque de aprovisionamiento, con unas cuantas botellas de ron y algunas salvas de celebración.

HMS WOLFE
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Fuente: http://www.iwm.org.uk/collections/item/object/205121677

Navegamos de vuelta al Reino Unido y permanecimos organizados en flotillas ante cualquier brote de hostilidades. La nuestra constaba de de 16 submarinos anclados a las afueras del Río Orwell en Harwich. Éstos submarinos estaban tripulados por verdaderos esqueletos andantes, y estaban anclados frente a diferentes astilleros para ser modernizados o desguazados dependiendo de sus condiciones.

Fui desmovilizado en Portsmouth después de navegar a bordo del HMS Scout al rededor de Chatham y se me dio ropa de civil, gemelos, tirantes y una corbata. Después de la guerra retomé mi aprendizaje gracias un programa del gobierno en la compañía Siemens Brothers & Co. Tras acabar la carrera de ingeniería, me acabé convirtiendo en ingeniero jefe del Centro de Investigación de Armamanto Atómico de Foulness, Essex, desarrollando el programa de Aldermaston y sus series de pruebas.

Texto original en inglés: http://www.bbc.co.uk/history/ww2peoples ... 4499.shtml

Saludos, R. Hiedrich