Publicado: Mié May 09, 2012 11:31 pm
por ParadiseLost
Supervivientes recuerdan la batalla de Stalingrado (XVI).

Heinz Kreutz
La máquina de coser


En nuestro puesto de observación había un joven cabo. Era una persona alegre, y querida en general. Se llamaba Metzler o algo parecido. Tenía un defecto de dicción y por ello le tomaban el pelo. Su padre fue compañero de escuela de Hermann Göring. Éste dispuso que Metzler debia ser trasladado lejos del peligroso frente. Debía llevarse a cabo al día siguiente. No resultó extraño que se alegrase. Se le notaba en su cara radiante.

Esa noche los rusos enviaron como era habitual un avión sobre nuestra posición. Era un aparato lento con un ruido de motor que petardeaba. Lo llamábamos "la máquina de coser". Por aquel entonces corría el rumor de que los pilotos eran mujeres (fue confirmado por los rusos después de la guerra). Una máquina de coser llegó por la noche, cuando Metzler me sustituyó en la guardia. Esos inofensivos aviones son de temer, me aclaró. Los pilotos lanzan pequeñas bombas con metralla, que no se pueden oir cuando caen. "Apresúrate y entra en el búnker", me recordó. Apenas había puesto mi cabeza a cubierto, cuando una de esas bombas pequeñas explotó al lado mismo. Encontramos el cuerpo de Metzler sin vida, alcanzado por incontables esquirlas. La bomba había caído justamente a su lado. Fue el primer muerto que vi en el frente, y aun no sabía que pronto iban a ser miles.

Imagen
Foto: Scaner del libro: Erinnerungen an Stalingrad
Heinz Kreutz.

Fuente: Erinnerungen an Stalingrad, de Heinz Kreutz

Saludos