Publicado: Lun Sep 29, 2008 3:37 pm
por Winrich Behr
Existen un sinfín de mitos históricos que muchas personas tienen por verdaderos, por indudables, por ciertos. Muchos mitos, que con un mínimo de análisis histórico, se consigue tumbar y desbrozar hasta que finalmente, lo verdadero reluce indiscutiblemente. En este artículo nos ocupamos de un mito que en infinidad de ocasiones se usa con el fín de demostrar la perversidad de la democracia. Mito que han usado profesores de secundaria, bachiller, que incluso catedráticos de universidades siguen usando con total impunidad. ¡Nuestro profesor de Derechos Humanos (Jesus Ballesteros) lo dijo hace un mes! Y es que, por mucho que se diga, es falso que Adolf Hitler ganara algunas elecciones de manera democrática. ¿A que usted lo pensaba?

La últimas elecciones libres de la República de Weimar a las que concurrió el Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP), fueron el 6 de noviembre de 1932. Era una Alemania dividida, que sangraba por las crisis internas, la hiperinflación y por los dictámenes de un anciano y senil canciller, Paul von Hindenburg. En estas elecciones, el Parlamento quedó configurado de la siguiente manera:

Nacionalsocialistas: 196

Partido Socialdemócrata: 121

Partido Comunista: 100

Centro Católico: 70

Partido Popular Nacionalista Alemán: 51

Partido Popular Bávaro: 20

Grupúsculos: 12

Partido Popular: 11

Partido Democrático Alemán: 2

Partido Económico: 1

Como se podrá apreciar, los nazis obtuvieron el 30 y poco por cien de los 584 escaños del Reichstag. La suma de las papeletas de los 3 grupos más votados por debajo de ellos era suficiente para relegarlos a la oposición. Las izquierdas le habían ganado la batalla a los nacionalsocialistas. Hitler no tenía que ocupar la Cancillería, pero un dedazo del Presidente de la República, cuya demencia le hacía confundir a Hitler con el Káiser, lo sentó al frente del Parlamento. Muy democrática, a mi, no me parece que sea esta medida. Hitler finalmente ascendió a Canciller el 30 de noviembre de 1933, pero por decreto. Von Papen se conformó con la Vicecancillería.

¿Es cierto que la sociedad alemana le apoyaba? Echando un vistazo a las elecciones de julio de 1932, podemos obervar que los nazis habían obtenido 230 escaños, con lo que los 196 de noviembre del mismo año suponía un gran retroceso: habían perdido, en 3 meses, 2 millones de votos. Los comunistas, por cierto, aumentaron de una elección a otra 10 escaños.

En estas elecciones de noviembre de 1932 los nazis venían respaldados por una campaña de terrorismo callejero contra comunistas y socialdemócratas (reventando actos políticos y conferencias, apaleando a los candidatos locales izquierdistas, quemando locales…) y por generosas donaciones de dinero que hacían que su presupuesto fuese notablemente mayor que el del resto de los partidos; si sumamos esto, digo, veremos que parece ser que no fue la democracia la que aupó a Hitler al poder, sino el desprecio hacia la democracia de los nazis combinado con la connivencia de los poderes fácticos de la República de Weimar y con el "mirar a otro lado" de las autoridades alemanas ante la violencia nacionalsocialista. Mientras tanto, Von Papen, Canciller alemán, gobernaba de forma autoritaria y realizaba grandes concesiones a los nazis con el fin de satisfacerlos. Unas semanas antes de las elecciones de 1933, los nazis quemaron el Reichstag acusando a los comunistas y forzando a Hindenburg a que suspensiese algunas garantías constitucionales.

El triste final de esta historia no hace sino confirmar nuestra tesis: en las elecciones de marzo de 1933, con un Hitler ya investido Canciller con plenos poderes y con los demás partidos perseguidos por las autoridades, los nazis obtuvieron 288 escaños, frente a los 200 de los partidos socialistas. Es decir, que en unas elecciones no-libres Hitler ganó (como se aprecia, de forma fraudulenta) pero no consiguió acabar con la democracia y el pluralismo. Sólo en el momento en que Hitler decidió prescindir de todo procedimiento electoral y prohibir todos los partidos del Reichstag excepto el suyo (que sumaban juntos mas escaños que el NSDAP), solo entonces, se instauró el totalitarismo. Y ello con el silencio del presidente Hindenburg, de los partidos de derecha, de las Iglesias alemanas (incluyendo la católica) y con el dinero y el apoyo de los grandes capitalistas.






Mucha gente habla de la perversidad de la democracia, habitualmente se dice que ésta es "la menos mala de las formas de organizar políticamente la sociedad". Pero lo que es erróneo, es fundamentar los fallos de la democracia en una tesis tan chabacana como es que Hitler ganó las elecciones de forma democrática. Hemos podido comprobar que no fue así.






fuente del texto:
http://jullei.wordpress.com/2008/06/08/ ... unca-gano/