Publicado: Vie Mar 16, 2012 12:11 pm
Después de un rato bastante largo en la trinchera, sin ninguna novedad, el frío es demasiado intenso como para permanecer más tiempo ahí. Las cejas, ya blanqueadas, y la cara tan helada que parece que se os podría romper en cachitos, os obliga a dirigiros al interior del refugio. A vuestra entrada, Conrad, Günter y Hans os relevan en el exterior.
Hlaine y Krueguer están hablando, de pie, en un esquina. Fritz está cocinando algo en su casco, lo más seguro que lo de siempre, patatas, y Rudolf está tendido en el suelo medio adormilado. Su hombro está medianamente vendado, pero la venda ya ha tomado el color rojizo de la sangre. Éstos casos son los peores, porque después de varios días, eso empieza a oler a queso del fuerte, y si hay algo que amputar, ahi se perdería todo el brazo...
Cuando os estáis aproximando, una voz irrumpe en el refugio. La voz viene de la radio, y el Gefreiter Adler, comienza a tomar notas.
- ¿Hay algún miserable ahi? -Pregunta la voz
- ¿Quién habla?
- Maldita sea, aqui las preguntas las hago yo. -Grita el extraño- Soy el Sturmbannführer Rössner. ¿Hay algún miserable ahi?
- Si..si señor. -Responde tartamudeando Adler
Hlaine se abalanza sobre Adler, y de un empujón con malas maneras -normal- lo quita de la silla y se coloca él.
- Aqui el Oberleutnant Hlaine. Señor, aqui no hay ningún miserable, pero si un grupo de soldados.
- Soldados...miserables...bueno, bien. El caso es que tenéis nuevas órdenes.
- Ya tenemos órdenes. Debemos permanecer aqui.
- Si, si, ya he hablado de eso con el Oberst Von Korff. Está de acuerdo en que seais vosotros los que hagáis el trabajo. Sois los más cercanos.
- Si...señor.... -Responde Hlaine, bastante confuso, y casi se podría decir que indignado
- Así me gusta. Debéis ir a un búnker, situado en XXX* y recoger unas cajas que están cerradas y listas. Con esas cajas iréis a YYY*, y me las daréis. El búnker está cerca de varias posiciones de los malditos rojos. No podéis permitir que estas cajas caigan en sus manos, o yo mismo me encargaré de que paguéis por ello. ¿Has entendido Oberleutnant?
- Psi...señor...
- Muy bien. -La comunicación se corta.
Hlaine, con cara de enfado, le da una colleja a Adler.
- ¿Qué es eso de decir "Si" a lo de los miserables? ¿Acaso tú lo eres? Idiota...
- ¡Ja! - Ríe Krueger- Claro que lo es. Para mi el mayor miserable de este lugar.
- ¿Y ahora, qué hacemos? -Pregunta Heinz
- Pues lo de siempre, morir por los intereses de los de arriba, muchacho -Responde Krueger
....
Hlaine y Krueguer están hablando, de pie, en un esquina. Fritz está cocinando algo en su casco, lo más seguro que lo de siempre, patatas, y Rudolf está tendido en el suelo medio adormilado. Su hombro está medianamente vendado, pero la venda ya ha tomado el color rojizo de la sangre. Éstos casos son los peores, porque después de varios días, eso empieza a oler a queso del fuerte, y si hay algo que amputar, ahi se perdería todo el brazo...
Cuando os estáis aproximando, una voz irrumpe en el refugio. La voz viene de la radio, y el Gefreiter Adler, comienza a tomar notas.
- ¿Hay algún miserable ahi? -Pregunta la voz
- ¿Quién habla?
- Maldita sea, aqui las preguntas las hago yo. -Grita el extraño- Soy el Sturmbannführer Rössner. ¿Hay algún miserable ahi?
- Si..si señor. -Responde tartamudeando Adler
Hlaine se abalanza sobre Adler, y de un empujón con malas maneras -normal- lo quita de la silla y se coloca él.
- Aqui el Oberleutnant Hlaine. Señor, aqui no hay ningún miserable, pero si un grupo de soldados.
- Soldados...miserables...bueno, bien. El caso es que tenéis nuevas órdenes.
- Ya tenemos órdenes. Debemos permanecer aqui.
- Si, si, ya he hablado de eso con el Oberst Von Korff. Está de acuerdo en que seais vosotros los que hagáis el trabajo. Sois los más cercanos.
- Si...señor.... -Responde Hlaine, bastante confuso, y casi se podría decir que indignado
- Así me gusta. Debéis ir a un búnker, situado en XXX* y recoger unas cajas que están cerradas y listas. Con esas cajas iréis a YYY*, y me las daréis. El búnker está cerca de varias posiciones de los malditos rojos. No podéis permitir que estas cajas caigan en sus manos, o yo mismo me encargaré de que paguéis por ello. ¿Has entendido Oberleutnant?
- Psi...señor...
- Muy bien. -La comunicación se corta.
Hlaine, con cara de enfado, le da una colleja a Adler.
- ¿Qué es eso de decir "Si" a lo de los miserables? ¿Acaso tú lo eres? Idiota...
- ¡Ja! - Ríe Krueger- Claro que lo es. Para mi el mayor miserable de este lugar.
- ¿Y ahora, qué hacemos? -Pregunta Heinz
- Pues lo de siempre, morir por los intereses de los de arriba, muchacho -Responde Krueger
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Offtopic:
Os dejo continuar un poco la conversación si queréis, y luego os encaminaré, cuando estéis listos, en la dirección del búnker...
XXX, YYY, *: Dice unas coordenadas que Adler ha apuntado. Luego os paso más o menos la localización del lugar en el mapa de Bielki.
XXX, YYY, *: Dice unas coordenadas que Adler ha apuntado. Luego os paso más o menos la localización del lugar en el mapa de Bielki.