Publicado: Jue Mar 01, 2012 7:09 pm
por Capitan_Sparrow
Recostado sobre la espalda, dolorida por la humedad y la madera, Franz Bittrich miraba al infinito. La pregunta de aquel oficial, el rechinar de las bisagras oxidadas y el frío le hicieron volver en sí mismo. No era una situación cómoda para él que había sentido la libertad en sus días de juventud correteando y cometiendo fechorías por las calles de Múnich cual pirata del siglo XVII hasta que topó con la contienda y el tribunal. Ahora lejos de su casa subsistía como un animal acorralado, durmiendo si terciaba hacerlo con el cuchillo en una mano y el sub-fusil en la otra. Sus ojos antaño fríos y calculadores iban posándose ahora uno a uno sobre los camaradas con los que le tocaba compartir aquel infierno helado.

Incorporándose un poco Franz Bittrich se dirigió a su oficial al mando en un tono un tanto brabucón, casi tanteandole, ya había tratado con otros oficiales así en diferentes unidades aunque quizá éste tuviese algún matiz diferente.

- ¿Quiere que le cuente mi vida Herr Oberleutnant? ¿o sólo la parte de ella en que empezó a torcerse la cosa?. Dijo socarronamente.

El Oberleutnant Claus Hlaine levantó la vista e inclinó un poco la cabeza para ver la cara de Bittrich.

- Conteste a la pregunta que le hecho soldado.- Dijo de forma casi marcial.

- Bueno señor, órdenes son órdenes. Me crié en Múnich y hasta que topé con la ley no había conocido más lejos de mi ciudad. Ahora tengo tantos kilómetros a mis espaldas que casi se podría decir que he dado la vuelta al mundo. Participé en la ocupación de Polonia, pan comido según muchos oficiales. ¡Jé!.- Rió entre dientes.- Allí tuve varios problemas con algunos oficiales, así que me ascendieron a la 999th Afrika Brigade, me quitaron mis condecoraciones y me mandaron al infierno africano. Cuando tuvimos que abandonar África pasé a Grecia, bonita tierra por cierto, de allí me mandaron de una patada en el culo a guerrear con los "soviets" y a seguir luchando por la patria el resto de la historia mi Oberleutnant ya se la puede imaginar, frío, hambre, muerte y supervivencia.

Claus Hlaine observó detenidamene a Bittrich, escudriñando en aquellos ojos verdes las razones que podrían mover a un hombre así a llegar tan lejos y llegado a un punto dio por sentado que lo único que podría mover a un hombre así,como a los animales era el propio instinto de supervivencia.