Publicado: Jue Mar 01, 2012 12:29 am
por grognard
Después de pensarlo un buen rato, decido hablar con Krueger, que tiene la mirada perdida siguiendo las volutas de humo de su pipa
- Eh, Unteroffizier... ¿Puedo hacerle una pregunta?
Krueger me mira con una expresión que puede significar cualquier cosa, pero asiente con la cabeza
- ¿Qué piensa que nos puede tener preparado Iván? Cuando estaba en el frente de Leningrado, una calma como la que tenemos ahora sólo podía significar una cosa
El Gefreiter Fritz me mira curioso. Hasta ahora me ha tratado con bastante brusquedad, despreciándome por ser un soldado castigado. Pero mi mención a Leningrado parece haberle impresionado
- ¿Estuviste en Leningrado, Böhme?
- Eso he dicho, Gefreiter
- Pensaba que eras uno de esos enchufados de retaguardia que había venido a parar aquí por mercado negro o robar gallinas a los paisanos rusos
- Böhme era paracaidista -interviene Krueger con una sonrisa indefinible en la cara-. Estuvo en Holanda y Creta antes de conocer a Iván, así que harías bien en tener en cuenta sus observaciones
- Sí, Unteroffizier -contesta Fritz, mirándome, ahora sí, con cierto respeto
- Deberías haberlo deducido por su forma de llevar el equipo y por cómo cuida su arma. ¡Cosa que deberíais estar haciendo vosotros, idiotas! -les grita a Muller y Diederich, que dormitan junto a la estufa
El grito de Krueger los espabila y de mala gana cogen sus fusiles y comienzan a limpiarlos, mirándome con cara de pocos amigos. Le hago un guiño de complicidad a Bielki, como diciéndole que hemos tenido suerte al ser recogidos por esta unidad y no por algún estúpido coleccionista de medallas. Bielki se encoge de hombros, que es su forma de decir "ya veremos".